Teatro Colón. La Orquesta de Cámara de Israel llega a Buenos Aires
El Mozarteum presenta este concierto que dirige Yoav Talmi y del que participa el pianista Alon Goldstein
JERUSALÉN.- A l emprender días atrás la Orquesta de Cámara de Israel una gira por nueve países de América latina, su director Yoav Talmi, no ocultaba su emoción. A pesar de haber desplegado gran parte de su carrera en el exterior -es director emérito de la Sinfónica de Quebec y ha dirigido varias de las principales orquestas europeas- afirma que al iniciar su viaje hacia el nuevo mundo, siente una gran emoción.
Pocos días antes de partir, Talmi y su esposa Erella -hoy miembro de la Comisión Directiva de la orquesta, y durante años flautista solista en la orquesta- reciben a LA NACION en su casa particular en la ciudad de Kfar Saba. Talmi procura, ante todo, ofrecer un buen café que él mismo prepara. Cuenta sobre su amor por la música en general y sobre el placer que le produce escuchar ritmos latinoamericanos. También sobre los estudios compartidos por la pareja en la Juilliard de Nueva York, sobre un festival de Casals en Puerto Rico para el que compuso una pieza. Sigue hablando sobre la dirección del Departamento de Conducción de Orquestas en la Escuela de Música de la Universidad de Tel Aviv , de su nacimiento en el Kibutz Merjavia, en el norte de Israel, y de su condición de nieto de abuelos que murieron en el Holocausto. "Todo es parte de uno y todo influye en la creación artística -asegura Talmi-. Es difícil decir dónde está todo eso, supongo que en mi obra."
En este emprendimiento poco común que lleva a la Orquesta de Cámara de Israel a México, Guatemala, Costa Rica, Colombia, Perú, Ecuador, Argentina, Brasil y Uruguay, Yoav Talmi lleva consigo al pianista solista Alon Goldstein, considerado un joven talento.
-No todos los días se realiza una gira como la que lo lleva a América latina, ¿verdad?
-Es cierto. Una gira así es algo muy poco común por su alcance. No se ve a menudo a una orquesta, independientemente de su tamaño, en una gira por nueve países, para dar 16 conciertos, algunos de ellos en las mejores salas de América latina. Nuestra esperanza es que logremos presentar el peso cultural de Israel como valor agregado a las series de conciertos en las cuales nos presentaremos.
-¿Cómo eligen el repertorio?
-Dado que somos una orquesta que representa a Israel, tenemos una especie de política por la cual en toda gira grande presentamos al menos una obra israelí. Así lo haremos también esta vez, con una obra que yo compuse. El resto de las piezas se eligen de acuerdo con nuestro gusto en relación con lo que una orquesta de cámara puede presentar a diversos públicos del mundo. Naturalmente, una orquesta con 37 músicos no puede tocar las sinfonías de Tchaikovsky; el repertorio es más íntimo...
-¿Me puede contar algo de la obra que usted compuso y que se presentará en estos conciertos?
-El nombre formal es Elegía para cuerdas, tímpano y acordeón y su subtítulo, Reflexiones sobre Dachau . La obra fue escrita después de una visita que realizamos al campamento de concentración de Dachau con la orquesta, cuando yo era su director musical. Allí, en forma muy espontánea, el primer chelista sacó su chelo y tocó una sarabanda de Bach para un chelo solo; todos se pararon a su alrededor, en silencio. Alguien dijo el "Izkor", la plegaria de recuerdo por los muertos y otro, el "Kadish", la oración por los muertos. Todo fue muy emotivo y generó en mí el proceso de gestación de esta obra que ahora podré dar a conocer en tierras tan lejanas.
Orquesta de Cámara de Israel
Con la dirección de Yoav Talmi
Hoy y mañana, a las 20.30.
Teatro Colón, Libertad 621.
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