La tierra prometida de Cattaneo, tan electrónica como sinfónica
Connected. Dirección: Hernán Cattáneo. Dirección orquestal y versión sinfónica: Gerardo Gardelín. Versión electrónica: Oliverio Sofía y Baunder. Artistas invitados: Richard Coleman (voz), Leandro Fresco (voz), Oriana Favaro (voz), Josefina Silveyra (voz), Martín Keledjian (cello), Mercurio (guitarra), Javier Zuker (bajo) y Nick Warren (DJ UK). Dirección y puesta visual en escena: Sergio Lacroix. sonidista: Néstor Stazzoni. Sala: Teatro Colón. Próximas funciones: Lunes, a las 19, en el Colón; y sábado 3 de marzo, al aire libre, en Avenida Figueroa Alcorta y la Pampa. Nuestra opinión: muy buena
Mientras el público se terminaba de acomodar, aún con las luces encendidas y casi a modo de preludio, Hernán Cattáneo comenzó modestamente, a sala llena, el primero de sus cinco shows -que serán cuatro funciones en el Teatro Colón y una quinta al aire libre- de Connected, con la intro de la película Blade Runner, de Vangelis. Concentrado y sereno, se dispuso sobre el centro del escenario, en un banquete electrónico y sinfónico, escoltado por los DJ Oliverio Sofía y Baunder. Lo que estaba abordando era el primer concierto de música electrónica en una de las salas líricas de mayor prestigio a nivel mundial.
Con un repertorio de temas clásicos entre los que figuraron algunas canciones de Depeche Mode, Moby, Underworld y Giorgio Moroder y otros que marcaron su trayectoria de casi cuatro décadas, Cattáneo funcionó como un ingeniero que maridó los kicks, campanas y pasajes a cappella con los arreglos instrumentales de la orquesta comandada por Gerardo Gardelín. Si bien en el preludio las transiciones entre los distintos universos fueron algo bruscas, los 50 músicos en escena potenciaron las melodías, que lograron expandirse en múltiples texturas y llenar el espacio sonoro.
Bajo la dirección anterior del Colón, Darío Lopérfido había invitado al DJ a formar parte de la grilla del teatro, pero con su renuncia, el proyecto -para el cual Hernán ya tenía armada la programación- quedó en el aire hasta que el director de la orquesta habló acerca de la posibilidad de participar en el Festival Únicos. Un ciclo por demás cuestionado pero que ayuda al teatro a incorporar nuevos públicos a superar la dialéctica de la baja y alta cultura en el siglo XXI.
A medida que avanzaba Connected, los elementos rítmicos y melódicos se fueron conectando junto a interludios heterogéneos. Los relojes de "Time" y las campanas de "High Hopes", de Pink Floyd, se propagaron desde el escenario hasta la cúpula de Soldi -pese a la limitación de los decibeles-, como introducción a "Tuesday Maybe", de Way Out West, mientras el público ovacionaba las presencias del DJ inglés, Nick Warren, y a Mercurio, en guitarra. Lo mismo pasó con los interludios vocales de los fragmentos de la serie True Detective y una entrevista a Prince, que añadieron la cuota épica.
Otro de los tantos ingredientes que le aportaron color a la noche fue el paso de tantos invitados especiales, que pudo haber complicado las transiciones. Sin embargo, las performances de Javier Zuker, en bajo, o las voces de Leandro Fresco -en "Porcelain", de Moby, y "Cups", de Underworld-, las femeninas de Oriana Favaro y Josefina Silveyra, que sumaron matices, o la de Richard Coleman, resultaron airosas. El guitarrista de Fricción sumó su vozarrón para interpretar a Dave Gahan en "Enjoy the Silence" y continuar con "Golden Path", de los Chemical Brothers.
Si bien la invitación no era al baile, y se le solicitó explícitamente al público a través de comunicados su colaboración en el respeto del espacio, los asistentes se sacudían sentados en las butacas mientras sonaban "At Les" (Carl Craig) y "Knights of Jaguar", de The Aztec Mystic, a modo de coda. El set sonó fluido y muy bien acompañado por las visuales diseñadas por Sergio Lacroix, que fusionaron imágenes psicodélicas y proyecciones yuxtapuestas de Cattáneo y el director de orquesta, en blanco y negro. Para cerrar, "Promise Land", de Joe Smooth, invitó a todos los artistas a que volvieran al escenario para una interpretación en conjunto.
El proyecto que rompió el récord de taquillas del ciclo Únicos y que tuvo en vilo durante casi dos años al mejor DJ argentino fusionó una gran cantidad de elementos técnicos y visuales, recursos tímbricos, rítmicos, sinfónicos y con la participación de grandes artistas. Durante 90 minutos, Hernán Cattáneo dio una clase magistral de electrónica en el Teatro Colón ante un público transversal y heterogéneo. Algo inédito para la música argentina.