La túnica que parecía una carpa
¿Qué fue lo que determinó la decisión de la diva de borrarse, literalmente, en vida? Esto ha dado lugar a mucha especulación por su ambivalencia ya que, como es evidente, a través de su voz la artista siguió colmando la necesidad de sus seguidores, viejos y nuevos, de continuar escuchándola, asegurándose al mismo tiempo la continuidad de una presencia cuanto menos sonora. Es significativo que cada álbum reprodujera, en la tapa, una imagen clownesca o ligeramente deformada de lo que era el recuerdo de su figura física, pero ninguna fotografía que diera cuenta de su aspecto actual. Este es el motivo central de la cuestión: Mina no quería mostrarse con un cuerpo que no respondía a su imagen original de diva. La leyenda enhebra historias de alcoholismo y barbitúricos para explicar el desborde de obesidad creciente en el que se había precipitado su figura física.
En 1995, cuando ya hacía muchos años que nadie la veía, el semanario Il Venerdì, del diario La Repubblica, se atrevió a publicar fotos tomadas a la distancia de la cantante en una playa, acompañada por un amigo, cubierta hasta los pies por una suerte de túnica que se parecía a una carpa. En un ensayo sobre la obesidad, el filósofo Jean Baudrillard asocia estos desbordes e hipertrofias con lo social, y es al contacto social, precisamente, a lo que renunciaron la lombarda señora Mazzini y la diva Mina. Porque, trátese del deficiente mental, del débil o del obeso, “el diagnóstico más probable es que lo social se ve fascinado por su desaparición”. El subrayado es de Baudrillard, que bien habría podido apuntar esta reflexión hacia Mina.