"Le ponemos transpiración y carne al tango"
La orquesta tocará en Londres en una obra de Kenneth Branagh; tiene milonga, escuela y prepara nuevo disco
Corría 1998 y unos intrépidos jóvenes, entre los que estaba el músico Julián Peralta, decidían armar la orquesta Fernández Branca. Rápidamente buscaron diseminar la semilla y el fervor por la típica entre otros jóvenes. Primero en IMPA y después en un centro cultural de Boedo se empezó a cocinar buena parte de la escena tanguera actual. "Era un club con piano y allí empezamos a dar clases a los chicos que nos venían a ver. Se llegaron a armar nueve orquestas, a las que les solicitábamos que pagaran una cuota de diez pesos, tocaran con piano acústico y armaran un conjunto de no menos de diez personas para que haya sacrificio colectivo y que tuvieran arreglos propios. Era para salir del tango for export", explica Julián Peralta, que en ese momento era pianista, arreglador y director de la Orquesta Típica Fernández Fierro.
Pasó el tiempo y Peralta se fue de la OTFF; siguió desarrollando su Conservatorio Orlando Goñi (un semillero de típicas con promedio adolescente, como Ciudad Baigón), y armó el sexteto Astillero, con el que grabó Tango de Astillero (2007), que volvió a sacudir la escena con un repertorio de composiciones propias y una estética más oscura y radical que la Fierro. "Nosotros demoramos diez años en aprender a tocar bien los instrumentos por respeto a Leopoldo Federico y a Salgán. Ahora podemos decir sin problemas que somos tangueros y componer temas más acordes con nuestra época, con una identidad propia. Aunque tenemos mucho del lenguaje de tango del 40, nuestro gesto es distinto. Somos más ácidos. Es un tango más violento", define el director de este sexteto tanguero, que esta noche y el próximo jueves tocan en el Torquato Tasso.
El combo musical formado por Julián Peralta (piano y dirección), Patricio "Tripa" Bonfiglio (bandoneón), Peyo (voz), Osiris Rodríguez (violín), Leonhard Bartussek (violonchelo), Mariano Calo (bandoneón) y Félix Arcángeli (contrabajo) aporta con su sonido una crudeza inusual al género tanguero. "Nosotros le ponemos transpiración y carne al tango -comenta con acidez Peralta-. Lo que siempre nos gustó de Pugliese es que se nota que los tipos están transpirando cuando tocan. Lo mismo que al escuchar a Troilo, ves toda la emoción que le ponía al fueye. Pero claro, a esa actitud hoy, en el tango, se la asocia con el rock, porque durante cuarenta años el tango se había puesto for export o intelectual. En esencia hacemos algo bien tanguero." Para reconfirmarlo, el pianista cuenta una llamada telefónica: "El otro día nos habló Leopoldo Federico, y me dijo: «Mirá pibe, no la voy con el modernismo, pero lo que hacen ustedes es tanguero, tanguero. Tienen efectos que parece que se caen catedrales». Un groso".
En los músicos de Astillero hay un antes y un después de los Beatles, Zitarrosa o Yupanqui. Esa ironía y esa actitud vibrante del testigo de época forman el contexto generacional del grupo. "Como músicos nos dimos cuenta de que no podíamos tocar tango como se hacía en el 40. El contexto social y sus vidas son diferentes de los nuestros. Repetir eso sería mentirnos. Nosotros no podemos imitar el gesto corporal de un Di Sarli porque había cosas que se tocaban desde otro lugar. Nosotros tenemos otra tensión. Ellos no tenían que mirar a la esquina para ver si te vienen a chorear . El contexto es diferente porque uno ve la violencia que genera tener la marginalidad al lado de la opulencia. Esa bronca aparece en el tango. Se trata de asumir donde estamos", dicen los Astillero, que siguen fieles a los encuentros de los jueves en su milonga de Independencia 572, el mismo reducto donde los descubrió un productor inglés que los llevará a Londres en 2009 para tocar sus tangos "ricoteros" en una versión de Romeo y Julieta , dirigida por Kenneth Branagh.
-¿Reconocen la influencia del rock en sus tangos?
-Sería simplificar nuestra estética, pero es verdad que la poesía de los Redondos de Ricota aparece como una mueca sarcástica en Astillero, tanto en las letras como en la música. Seguramente suena así porque no tenemos referencia de tangueros de 2000 y las cosas que surjan con este código van a tener ese efecto. Hacemos un tango de ruptura.
-Tampoco eligieron al típico cantor.
-Antes el cantor de tangos era un narrador objetivo, pero a partir de los Beatles, la música popular se canta con cojones. El cantor de vibrato no cuajaba con nuestro sonido y buscamos alguien del rock. Las ventajas a nivel comunicacional se notan enseguida. En la música popular se necesita un ida y vuelta con el público. Tocamos para ellos. Como dijo Pugliese: "Somos un poroto de la máquina tanguera".
Para agendar
Astillero , el sexteto muestra sus originales composiciones.
Torquato Tasso , Defensa 1575.Hoy y el jueves 28, a las 22. Milonga Astillero, Independencia 572, todos los jueves, a la medianoche.