Lejos de la violencia, Abel Pintos invitó a un viaje emocional en su show en La Plata
Las luces del estadio se apagan. Los gritos llenan todo el Estadio Único de La Plata, las miradas se fijan en el escenario esperando verlo por primera vez y allí aparece raudo y sonriente, con look sencillo pero llamativo y unos anteojos de sol. No hay palabras entre él y su público, una lluvia de papelitos plateados cae sobre las primeras filas del estadio. Es tiempo de canciones, de bailar, de descargar, de aunarse con la música en un día cargado de violencia, pero que no va a empañar ninguna fiesta y menos la que propone Abel Pintos a su familia abelera.
"De solo vivir", "Revolución", "Pájaro cantor", "Bella flor", "Luna Llena" y "Juntos" son los primeros seis temas que canta Pintos mientras su público se muestra en perfecta comunión con su ídolo. Corean, se vuelven primera voz cuando él los invita y se emocionan junto él cuando lo ven conmovido por esa unión que tienen desde hace ya varios años. Este primer set de canciones de su show, en el que está presentando su último trabajo La familia festeja fuerte - un recorrido por su larga carrera - suena con una impronta bien rockera.
Ahora sí, después de que la música se hizo presente, Pintos se saca los lentes negros y toma el micrófono para hablarle a su público, para agradecerle por estar ahí, por poder tener con ellos una convivencia en armonía y poder compartir sus canciones. Después de contonearse y bailar por todo el escenario en los primeros minutos de su show, el cantante propone sentarse y disfrutar un poco más tranquilos hasta que otra vez el cuerpo pida "bailongo". Antes hace una advertencia: el show será largo, muy largo. "El que avisa no traiciona", bromea y luego pide perdón a los que fueron simplemente de acompañantes de una o uno de sus fieles seguidores.
Pintos invita a hacer un viaje emocional, a dejarse llevar por la música y disfrutar de una montaña rusa de sensaciones pasando por diferentes géneros musicales y recorriendo gran parte de su carrera. "Espero que la pasen bien y que sean felices como yo lo soy en este estadio", dice antes de pasar a otro set de canciones: "Como te extraño, "Lo que soy", "Flores en el río" y "Mariposa", entre otras. Son momentos de mayor intimidad y más melódicos.
Tras algo más de tres horas de show, Pintos dejó algo muy claro: ama cantar, ama la música y su entrega sobre el escenario es total
"Muchas gracias, muchas gracias", repite cada tanto durante el show mientras mira conmovido a la platea. Toma agua, respira y sigue atento su setlist, apenas pasó un poco más de una hora y media de show, pero Pintos ya atravesó diferentes estadios emocionales: de la euforia a la alegría y de ahí a las lágrimas, todo está permitido.
"A esta familia no la detiene nada ni nadie. Son días conmovedores, pasan cosas fuertes, pero a esta familia no la para nadie", sentencia el cantante de 34 años antes de comenzar con sus temas más folclóricos y ponerse un sombrero a tono, en color blanco.
Luego llega un set de cumbias y el cantante demuestra su destreza al bailar, su desenfado y por qué puede dar cátedra de showman. El final se acerca, pero aún le quedan por delante esas canciones que su público adora como "Todo está en vos", "Aquí te espero", "Ya estuve aquí" y "Motivos".
Para la primera despedida, "Oncemil" es el tema pautado, está antes de los bises, que en realidad son cinco canciones más. Ya es medianoche y a Pintos le bastan unos minutos para cambiarse y volver al escenario a despedirse definitivamente, pero con unas ganas de quedarse ahí que se dejan ver por el fraseo final, a cappella, de la canción "A-Dios" que dura varios, varios minutos.
Son días conmovedores, pasan cosas fuertes, pero a esta familia no la para nadie
Tras algo más de tres horas de show, Pintos dejó algo muy claro: ama cantar, ama la música y su entrega sobre el escenario es total. No necesitó de grandes despliegues visuales, ni artilugios ni muchos cambios de vestuario, su banda, su voz y su carisma le alcanzaron para desplegar su talento. Un largo camino tiene recorrido aquel niño de Bahía Blanca que amaba la música y tuvo la suerte años después de cruzarse con Raúl Lavié y poder entregarle un cassette con su música que le permitió poder emprender el viaje que lo trajo hasta aquí, hasta este escenario, en donde demostró por qué es uno de los artistas argentinos más convocantes actualmente.
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