Los 50 años del Álbum Blanco: cuando los Beatles rompieron todas las formas y establecieron un nuevo paradigma
Hoy y ayer en los Beatles son categorías temporales confusas. Se fusionan. Conviven. Porque el presente es la reedición de su décimo disco de estudio The Beatles en vinilo y en versión de CD triple con el agregado de las sesiones llamadas Esher Demos (el interesante plus de grabaciones acústicas de algunos de los temas originales de la producción conocida como Álbum Blanco más otras perlitas). Y el pasado es hace 50 años, cuando se lanzaba este disco el 22 y 25 de noviembre en Inglaterra y Estados Unidos, respectivamente.
Entonces, ¿por dónde empezar? Transcurría el año 1968 y sucesos histórico-sociales marcaban un antes y un después en las expresiones artísticas y las discusiones intelectuales de Europa y América. Y, como en todo lo acontecido en esa década, el nombre de los cuatro de Liverpool era protagonista de esos acontecimientos. Porque justo el 30 de mayo de ese año se grababa el primer tema que formaría parte del White Album, "Revolution 1". El mismo mes emblema de los levantamientos estudiantiles de Mayo del 68 y la misma palabra que circula en el disco y en las voces de las tomas universitarias y las huelgas: revolución. Y el estallido de ideas es estallido de sonidos, de producciones más solitarias que grupales, como John Lennon explicaba en algunas entrevistas: es un disco con temas de John y su banda, o de Paul y su banda, o de George y su banda. Y esta supuesta desunión no afecta el resultado de esta producción, cargada de 30 temas. Al contrario, la potencia.
Se sabe que las canciones fueron escritas mayoritariamente en Rishikesh, en su retiro en la India. Y la sobreproducción final los enfrentó con un primer dilema: elegir entre las treinta y sacar un solo disco, o animarse al set doble. Y así fue.
La decisión fue lanzarse con todo, y por todo. Con un gesto conceptual también doble: la tapa conceptual en blanco diseñada por Richard Hamilton (antagonista del collage pop del arte de Peter Blake en Sgt. Pepper) y el track "Revolution 9", la primera inserción de la vanguardia en un público masivo: el Álbum Blanco vendió dos millones de copias en la primera semana en Estados Unidos y las cifras se fueron multiplicando por años.
Entonces, ¿cómo seguir?
Con palabras como fragmentos de un discurso del rock y del pop, en canciones con letras a la medida de la música. Y viceversa.
Revolución. Aparece en sus tres temas: "Revolution 1", "Revolution 9" y "Revolution" (la grabación realizada para lanzar como lado B del single "Hey Jude").
Y la controversia: "Revolution 1" fue criticada por la prensa de la Nueva Izquierda británica, calificada de "lamentable grito de pánico pequeño burgués" (como indica Ian MacDonald en Revolución en la mente) y, a la vez, denostada por la derecha americana que llamaba a los Beatles "simples subversivos moderados".
Armas. La emblemática e indispensable "Happiness Is a Warm Gun" es una minisuite que Lennon gestó a partir de un emblema de la Asociación Nacional del Rifle Americana: la increíble frase "la felicidad es un revólver caliente". Y también el arma con que se equipa "Rocky Racoon" para volar a su enemigo, que dispara primero. Y el cazador de "The Continuing Story of Bungalow Bill", inspirada en un compañero de meditación de los Beatles que, literalmente, se tomó un receso para cazar tigres con su madre. De las vivencias de esos días surgieron otros temas como "Dear Prudence", compuesta a partir de la reclusión de Prudence Farrow (hermana de Mia). Y "Saxy Sadie", la visión desencantada y ácida sobre el papel del Maharishi, reescrita en clave para evitar demandas.
Mamá. "Julia" es la primera dedicatoria directa de Lennon a su madre. Como explica Walter Everett en Los Beatles como músicos, John estaba leyendo un libro de aforismos de Kahlil Gibran, Arena y espuma, de donde extrajo la frase: "La mitad de lo que digo no tiene sentido, pero lo digo para que la otra mitad pueda alcanzarte". Desde ahí, las ensoñaciones sobre su madre confundidas con el amor a Yoko.
Animales. Las alusiones son variadas: algunas metafóricas; otras, directas. "Martha My Dear" es una suerte de homenaje de McCartney a su perra. "Everybody’s Got Something to Hide Except Me and My Monkey" es un guiño de Lennon a Ono frente a las críticas; el hermoso "Blackbird" trae mensaje sobre aprender a volar. Y "Piggies", de Harrison, parodia la sociedad. Charles Manson interpretó este tema llamado al asesinato burgués y su secta escribió en las paredes de la mansión de Sharon Tate y Roman Polanski "Little Piggies" en la masacre de 1969.
Joyas. "While My Guitar Gently Weeps" es, quizás, uno de los mejores temas de Harrison con los Beatles y la histórica invitación a Eric Clapton en guitarra solista contribuye al logro. Pero hay más indispensable en este cancionero: "Mother Nature’s Son", "Why Don’t We Do It In the Road?" (la supuesta favorita de Lennon entre las producciones de Paul), "Yer Blues" y "Good Night". Esta última como colofón ominoso de buenas noches después del despliegue inasible de "Revolution 9" y como manual de instrucciones sobre cómo dejar sin aliento en el final de un disco.
Entonces, ¿hay un final?
Temas
Más leídas de Espectáculos
En fotos. De la divertida escapada de Pink y su familia al paseo de compras de Oriana Sabatini por Milán
"Amo lo que hago". Victoria Vannucci: su vida en Utah, el pacto con su ex y su experiencia como chef con los soldados en Tel Aviv
"Debo aprender a vivir con la enfermedad”. Celine Dion se refirió a su salud y al duro proceso que debe atravesar día a día