Mark Lanegan: sin prejuicios, un regreso a las fuentes
Somebody's knocking: "Disbelief Suspension", "Letter Never Send", "Night Flight to Kabul", "Dark Disco Jag", "Gazing from the Shore", "Stitch It Up", "Playing Nero", "Penthouse High" y otros / Nuestra opinión: muy buena

Hay personas que con la edad empiezan a preferir el sosiego. No es el caso de Mark Lanegan: en Somebody's Knocking camina por una senda en llamas con un bidón de nafta en la mano. Si bien la música combina el rock oscuro, el altcountry y el synthpop, lo cierto es que en las letras no busca ni reconciliación ni perdonar a nadie. Siempre metafórico y complicado, Lanegan es otra de esas figuras que a esta altura milagrosamente siguen entre nosotros. En este disco logró equilibrar lo que en otros discos aparecía a veces diluido.
El álbum empieza realmente en el tercer tema, "Night Flight to Kabul", con una línea de bajo firme y una melodía pegadiza y por momentos ochentosa que en esta época de pop bastante mediocre parece una novedad. Lanegan, al parecer, decidió lanzarse al frente con sus gustos musicales de siempre y mostrarle un fuck you bien grande a quienes no creían que podría hacer algo cercano a un hit. En "Gazing from the Shore" construye una canción a lo The Psychedelic Furs, aunque suene extraño decirlo. Y en "Penthouse High" las influencias son New Order y Depeche Mode, tal como admitió Lanegan. Ni hablar de "Name and Number" que podría ser un tema firmado por Echo & The Bunnymen. Lo bueno de siempre sigue siéndolo hoy.