Otra visita de Gregory Hopkins
WASHINGTON.- Una anciana se para con dificultad y empieza a agitar las manos. A su lado, un joven de no más de 30 años levanta los brazos y comienza a cantar sin levantarse de la silla. Son parte de las mil personas que espontáneamente se ponen de pie y cantan en una sala en la que un coro gospel de 250 miembros interpreta las nuevas canciones que se incluirán en el repertorio de las iglesias bautistas afroamericanas.
Es el final de la 70ª convención nacional de coros y cantantes gospel, la más tradicional del país, que reunió en esta ciudad a 2500 personas de todo Estados Unidos que exploraron, aprendieron y mejoraron el repertorio gospel, desde el más tradicional, vinculado con el blues, hasta el más contemporáneo, relacionado con el soul y formas musicales melódicas y el rap.
En el jurado de quienes seleccionan el nuevo repertorio está el talentoso tenor lírico, pianista y director del coro The Great Voices of Gospel Gregory Hopkins, que el 29, 30 y 31 de este mes volverá a presentar un nuevo espectáculo en el Luna Park, como parte de una gira que incluirá Rosario, Córdoba, La Plata, Santiago de Chile y Montevideo.
Hopkins, director artístico del Harlem Opera Theater y ministro de música de la Convent Avenue Baptist Church de Harlem, Nueva York, estará por quinta vez en Buenos Aires para presentar un programa de canciones de su música religiosa y negro spirituals que cautivaron al público argentino, además de composiciones de HŠndel, los Beatles y Stevie Wonder.
En el hotel donde se realiza la convención, fundada en los años 30 por el padre del gospel, Thomas Dorsey, Hopkins recibe a LA NACION antes de empezar a dictar una clase para jóvenes cantantes.
En la Argentina "espero encontrar el mismo tipo de entusiasmo que hemos recibido en los años anteriores. Una de las cosas particulares de vivir en Estados Unidos, como un afroamericano, es que escuchamos gospel todo el tiempo, vivimos en ello. Pero ver cómo otra gente, que no tiene todos los días contacto con este tipo de música, recibe, absorbe y disfruta de la música gospel, su energía y cómo aprecia este tipo de arte que es completamente diferente de su culto es fantástico y algo que respetamos mucho. Esperamos, porque tenemos un nuevo y emocionante programa, tener un nueva y excitante audiencia", dice este ministro de la iglesia bautista nacido el 7 de octubre de 1955 en Filadelfia.
El gospel es música religiosa, que refleja las experiencias y el sentimiento de los afroamericanos, fundamentalmente de las ciudades del norte de Estados Unidos. Nació en los años 30, cuando el pianista Thomas Dorsey transformó su estilo de hacer blues en una nueva música en la que se mezclaron su fe religiosa y sus propios sentimientos, tras la muerte de su mujer y de su hijo en un accidente.
Hopkins es un hombre de voz pausada, amable, profundamente creyente en Jesucristo, que ama el gospel porque le permite compartir su fe religiosa con la música.
Una de las características del espectáculo que presentará en la gira latinoamericana es que se van a mantener encendidas las luces de la sala para que el coro pueda interactuar con el público, como ocurre cuando los coros gospel hacen sus interpretaciones en las iglesias.
"Dada la forma en que el gospel es predicado en las iglesias afroamericanas, si no tiene respuesta no se puede sentir cómo ello está siendo percibido. Lo mismo ocurre con los cantantes, si no tenemos respuesta sentimos que no ha sido entendido o comprendido lo que estamos tratando de decir. Por eso tenemos que cruzar la energía y consolidarlo en un proceso de ida y vuelta (feedback)", señala Hopkins, sentado al lado de su amigo, manager y productor, el argentino Arturo Carvajal, que algunas veces suma su voz al coro de la Convent Baptist Church de Harlem.
Ida y vuelta
El coro The Great Voices of Gospel que se presentará en Buenos Aires está integrado por 14 cantantes y tres músicos (batería, piano y bajo), con la dirección de Hopkins.
"Lo que hace que la música afroamericana sea única es el ritual de la improvisación", explica el director de gospel, porque uno "nunca va a escuchar dos veces lo mismo de la misma manera. La experiencia del acercamiento religioso del llamado y la respuesta es también una improvisación.
"En la liturgia católica hay una respuesta programada. En el culto afroamericano también hay una respuesta apropiada, pero está hecha con una gran improvisación", destacó el ministro bautista.
Hopkins agrega que es muy importante puntualizar que la música gospel, salvo excepciones, "no era considerada un arte elevado. Pero ahora es recibida como un nivel artístico elevado" y está influida por la música europea. En la gira habrá música de HŠndel ("A Joyful Celebration", un arreglo de "El Mesías" hecho por Quincy Jones para gospel), clásicos de la música popular y de los Beatles.
-La cultura asiática y la europea, llegadas con la inmigración a Estados Unidos, ¿están influyendo al gospel?
-La influencia está probablemente ocurriendo al revés. Ahora tenemos representantes de esta convención en Japón. Gente oriental escuchó y aprendió aquí esta música y volvió a su tierra, donde está enseñando y transfiriendo su experiencia a la cultura local. Estamos encontrando ahora que la música gospel se está cruzando con nuevas riquezas, pero no hay mucha influencia de la música asiática, por ejemplo, en el gospel. Es lo opuesto.
En el coro que hizo el cierre de la convención nacional gospel se distinguía un cantante japonés, el único que no era negro de los 250 miembros.
Hopkins explica que este encuentro de coros es el mejor lugar para mezclar, aprender y transmitir nuevas corrientes, en el que sin un espíritu de competencia surgen las mejores voces e intérpretes.
Es un reflejo de la tradición religiosa de transmitir el mensaje tal como era escuchado e interpretado. "Como no había aptitud para escribir o leer -dice-, la música básicamente era transmitida tal como era escuchada."
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