¿Raros? Raro es no oírlos
Que Mujercitas Terror es algo así como la némesis de Miranda! salta tan a la vista como tildada de prejuiciosa puede ser la declamación. Se sabe (a pesar de los pocos, pero sin dudas inquietos testigos), de las noches compartidas a fines de los años 90 por sus futuros integrantes (Marcelo Moreyra y Daniela Zahra por un lado; Juliana Gattas y Ale Sergi por el otro), en Cemento, musicalizando las "sesiones" de la obra Clásico amoral , de Omar Chabán. Poco después, cada uno a su manera, formarían sus respectivas bandas, en extremos que van del post punk gótico al pop manufacturado y saboreado con actitud rock.
"Chabán nos invitó a participar de la obra y nosotros hacíamos canciones como de cabaret moderno, Marce con una máquina de ritmo y yo con un vestido blanco, nada que ver con la banda, pero fueron años de mucho aprendizaje. Ahí estuvimos durante dos años, con idas y venidas, todos los miércoles", dice Zahra, voz de esta banda que deambula la escena under desde principios de siglo, pero que con su segundo álbum, Excavaciones (editado el año pasado), confirmó su potencia creativa con total desparpajo.
"Componíamos especialmente para la obra y con Chabán terminamos reamigos -completa el guitarrista y compositor Moreyra, la otra mitad de esta pareja que comparte techo y banda-. Nos daba consejos: «No se vistan de negro», nos decía. A mí me resirvió porque le mostré unas canciones y me dijo, «buenísimo, hacéte doce canciones de éstas». Me sentía como los Rolling Stones cuando los encerraron a hacer canciones. Hacía dos canciones por día. Después nos las criticaba mucho, las veía desde un punto de vista más filosófico y te decía cómo «la caída del rock se debe a que cantan siempre canciones que no van a ningún lugar, es un vacío». Al final nos armamos de esas canciones".
Daniela: -En cierto punto, curtimos parte de una época que ya no existe. Y que probablemente no existirá más.
A la dupla amorosa a prueba de espanto que forman Daniela y Marcelo (con pasado de vida en hoteles suburbanos y venta de vinilos y libros para pagar noche tras noche incluido) se le suma en batería Federico Losa y así, como trío, se convirtieron en una de las sorpresas más frescas y agradables del under porteño. Si es que existe algo parecido.
De hecho, con más de diez años on the road , Mujercitas Terror recién encontró en 2011 -coincidiendo con su gran segundo disco- un espacio para ser. Pero no se trata de un local como alguna vez fue Cemento, sino de un ciclo itinerante de fiestas, creado y organizado por ellos mismos y bautizado Fiesta Muda. "Las hacemos una vez por mes, más o menos -precisa Daniela-. Primero yo paso una hora de videos en una pantalla, después tocamos con otra banda y al final hay un DJ, Andrés Cases. Convocamos a grupos nuevos, raros, con diferentes formatos, que por ahí no llevan tanta gente y no consiguen tocar en los pocos lugares que hay."
Marcelo: -Además, uno nunca tiene el dominio del lugar, porque te imponen una cosa medio carcelaria que nada tiene que ver con nosotros. Te sacan de onda: no fumar, no amplificar la batería, todo no.
Daniela: -No punk... No toqués... Para nosotros es un respiro y también para el público es algo diferente dentro de todo lo que hay.
Marcelo: -La estética del público es muy copada. Se producen más que nosotros y eso está rebueno.
Daniela: -También tiene como una cosa de película, entrás y está todo decorado y después aparecen los videos. Es muy raro. La gente está una hora atenta a los videos y aplauden como si estuvieran en un show más.
Una acepción de "emergente" es la de algo "que nace, sale y tiene principio de otra cosa". Mujercitas Terror supera la definición, es cierto, pero sin dudas queda enmarcada en la etiqueta creada específicamente para el festival que se desarrolla este fin de semana, como desde hace cinco años, en el Centro Cultural Recoleta, que los tendrá por primera vez en su programación, hoy, a partir de las 16.30, en la sala Villa Villa. Recién llegados de su primera gira fuera de casa, en México, donde invitados por los mexicanos Mueran Humanos lograron editar su primer disco de vinilo de 7".
Marcelo: -Me gustaría volver a tener discos. Yo tenía una colección, con algunas bandas de afuera, discos importados, pero terminé vendiéndolos para pagar hoteles. En una época con Daniela vivíamos mucho en hoteles, no estábamos en casa, sino que dormíamos en cualquier lado... Siempre juntos. Ahí vendí libros y todos los vinilos que tenía. Igual, no los cuidaba mucho, se me rayaban. Pero ahora me gustaría volver a empezar a armar una colección.
Daniela: -Y bueno, la empezamos con el nuestro.
Un buen comienzo para el final.
Se busca baterista para la foto
"La primera nota que nos hicieron fue acá, en el suplemento Vía Libre, hace diez años", dice Daniela ni bien ingresa en los pasillos de la redacción. "Fue muy gracioso, porque cuando surgió lo de la nota, Federico no tocaba y como nos dijeron que teníamos que sacarnos una foto y no teníamos baterista, lo llamamos y le dijimos: «Mirá, nos falta un integrante para la foto, ¿nos hacés la gamba?» Vino y después de la nota nos fuimos a un bar y le dijimos «Fede, ya saliste en la foto y la semana que viene tenemos una fecha en el Pueyrredón. Sumate a la banda y listo». Ustedes nos ayudaron a convencerlo."