Sokol, por nuevos caminos

Alejandro Sokol no es hombre de muchas palabras. Al menos, públicamente. Prefiere expresarse a través de emociones, desparramar sentimientos delante de quien sea. Pero hace un mes dejó de ser el cantante de Las Pelotas, luego de una corrida de rumores más de programa de TV de la tarde que de banda de rock, y tanto a él como a su "excelente grupo de trabajo" -así llama a los compañeros, amigos y manager con los que hoy comparte su viaje- les pareció que era momento de decir algo: "Lo mío es desprendimiento total. No voy a vivir a la sombra de nadie, como pasó con Sumo. Con El Vuelto vamos a hacer temas de Las Pelotas, al principio, para no dejar caliente a la gente y después haremos lo nuestro", larga casi sin que se le pregunte nada.

El Vuelto es la banda en la que Sokol canta desde hace cuatro años, haciendo covers de Bowie, Marley y Sumo, y que hoy actuará en un festival en el microestadio de Argentinos Juniors. "Lo que pasa es que como la banda, que el nombre completo es El Vuelto SA, ya tiene cuatro o cinco años, no me costó salir al ruedo. No es que me fui de Las Pelotas y me puse a armar algo desde cero -confiesa-. Ahora vamos a grabar un demo para que tengan las radios y se pueda promocionar lo que estamos haciendo. Estoy con mucho entusiasmo, muchas ganas y mucha paciencia. Me siento bien, tranquilo, sin rencores."

El grupo que formó con su viejo amigo Germán Daffunchio sigue adelante. Por estos días, Las Pelotas ofrecerá su primer concierto tras la partida de Sokol, en España, y luego volverá al país para pensar cómo, cuándo y dónde se presentará en Buenos Aires. Por ahora, no hay discurso oficial acerca de la desvinculación del cantante, aunque han circulado infinidad de teorías: que estaban cansados de los desplantes de Sokol, que tenía la cabeza en su otra banda, que la relación con el resto de los integrantes se había quebrado y así hasta el chusmerío más miserable.

-¿Te fuiste o te fueron?

-Me fui para seguir disfrutando de la música. Estoy bien, porque hay enfermedades más peligrosas que otras, como el tipo que es calculador y sólo piensa en el dinero. Eso no me va. No quiero decir que yo sea un tipazo, pero lo mío no es con mala intención, no tengo más cosas en la cabeza que disfrutar de la música. No sé si estoy enfermo o qué, pero carácter fuerte siempre tuve.

-¿Fue difícil hacer el show del Quilmes Rock, sabiendo que era el último?

-Un poquito sí. Pero fui a hacer un buen show, mi último show. Primero, sentí cosas en el estómago y eso, pero después me integré un poco más a la banda y estuvo todo bien. Nuestro público no se merece que llevemos al escenario los problemas personales.

-Qué lejos ha quedado la reunión de Sumo, apenas un año atrás, ¿no?

-Sí, puede ser. Juntarnos trae sentimientos agradables, siempre lo viví como un encuentro de compañeros de diversión de Sumo. Pero yo me fui de la banda en los primeros cinco años, antes de grabar, me fui amigo de todo el mundo. Después empezaron a pelearse por los derechos de autor. Lo que no quiero es enroscarme con la plata. Disfruto las cosas de la misma manera que cuando empecé y ahora, encima, me rodeo de sangre fresca. Ahí justo llega mi hijo: ¿Querés hablar con él? ¡Ismael! Vení, estoy haciendo una nota para LA NACION...

-¿Qué onda ahora que lo tenés a tu papá full time en la banda?

Ismael: -La mejor Está bueno estar con él, apoyarlo y compartir esto que, en realidad, empezó con dos guitarras acústicas en Córdoba, cuando yo tenía 14 años [ahora tiene 23].

-A esto te referías con lo de "sangre joven", ¿no?

Sokol: -Sí, claro. En todos los lugares por donde ando hay gente joven. No sé bien qué significa eso, pero está bueno.

PARA AGENDAR

Festival Rock y Reggae, con El Vuelto, Riddim, Dread Mar I y Karamelo Santo.

Microestadio Argentinos Juniors, Gutenberg 350. Hoy, a las 18.