Festival de Tango. Suenan el pasado y el porvenir
Hasta el 31 del actual, los artistas de todas las épocas deleitarán a la audiencia
Gabriel Chula Clausi nació en 1911 y vivió el desarrollo completo del tango, desde los tiempos de la Guardia Vieja a la explosión de las orquestas, y de los años de oscuridad a la revitalización por el encuentro con las jóvenes generaciones. Ahora el "Chula´´ está tocando con su fueye una pieza de Arolas, con la frescura de un adolescente, en la apertura oficial del Festival de Tango. Su imagen es un símbolo: sintetiza la pasión del amateur y la excelencia musical alcanzada por el género. El bandoneón del maestro Clausi, que da el puntapié inicial de la celebración tanguera, le pasa la posta a los sesenta chicos de la Orquesta Típica Porvenir, que promedian los 15 años. La postal de un arco generacional que tiene que ver con la misma historia del tango y su constante renovación.
El Teatro Avenida está poblado de familiares de los integrantes de esta atípica, de cuerdas y vientos, que forman parte del programa de orquestas juveniles en zonas de riesgo. También hay turistas extranjeros, que caminaban por Avenida de Mayo y entraron de apuro al escuchar los acordes tangueros. Y hay funcionarios y delegaciones de Medellín y Uruguay, que están pujando junto con el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, para que el tango sea reconocido patrimonio cultural del mundo en septiembre en los Emiratos Arabes.
Pero las estrellas de la noche fueron los chicos de la Orquesta Porvenir. Tanto es así que sensibilizaron a un reconocido profesional como el violinista Pablo Agri que se sumó al proyecto con su cuarteto y escribiendo varios arreglos. Hasta le dio ánimos en los ensayos a uno de los chicos que se puso a llorar porque no le salía una nota y Agri lo tranquilizó diciendo que eso le pasaba a todos los profesionales. Guillermo Fernández también se emocionó, antes de vestirse de varón del tango para cantar "Ventarrón", cuando dijo: "Ellos nos dieron más que nosotros a ellos. Te devuelven la frescura que uno puede perder cuando se hace profesional".
El primer tema fue "Cabulero", con Leopoldo Federico en bandoneón. El músico se puso al hombro a los sesenta chicos y los llevó a buen puerto a pesar de los nervios del debut. Poco a poco los chicos se fueron soltando, se olvidaron que los miraban sus padres y unas 700 personas, y disfrutaron con Luis Salinas en "El Porteñito"; con Raúl Lavié en "Volver" y con la Tana Rinaldi en "Corazón al sur´´ y "El día que me quieras". Al final bajó la ovación para esos pequeños grandes músicos. Fue una excusa para abrir oficialmente un festival que, tras las elecciones y la crisis de la gripe, siguió andando y reunirá a 500 artistas, hasta el 31 de agosto. Ayer ya se habían agostado las 15 mil entradas para las principales sedes.
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