Tangos de la Generación Cero y de la actual 2.1
Hoy, Rodolfo Mederos evoca sus inquietudes de los setenta en el CCK; mañana, en CAFF, comienza la 3° edición FACAFF
El 3 de febrero de 2001 el periodista y crítico de LA NACION Alejandro Cruz publicó una columna que comenzaba con este párrafo: "Hace once años la calle Guardia Vieja al 3600 era lo más parecido al Bronx porteño. El Mercado de Abasto no era un shopping, y donde actualmente hay un gran supermercado había apenas un terreno baldío. Alrededor de ese descampado con mucha historia de malevos, casas tomadas y sensación de margen permanente, Graciela Casabé y Javier Grosman decidieron copar un viejo depósito de bananas e instalar Babilonia, un espacio dedicado al teatro y al arte en general. Para este matrimonio implicó el cambio más abrupto de sus vidas. Para la escena porteña significó el nacimiento de la sala más representativa de la escena de los años 90".
La mítica Babilonia, avant garde del teatro porteño entre 1990 y 2001, también supo ganar la calle y lo hizo con conciertos de música. Sobre Guardia Vieja, se montaba un escenario franqueado por esa escenografía Bronx que con tanta precisión definió Cruz en aquel texto que refería al cierre de una sala ("Por lo pronto, parece ser que el nuevo siglo no le sentaba bien. Que tanto esplendor, tanto supermercado enfrente, torres impersonales y un shopping sin magia fueron opacando a este antiguo depósito de bananas convertido en disparador de fantasías"). Quizás la versión musical de la muy teatral Babilonia sea el CAFF, a unas pocas cuadras de allí, en un viejo taller mecánico de taxis (pasillo al fondo de Sánchez de Bustamante 772). La Orquesta Típica Fernández Fierro nació el mismo año del cierre de Babilonia (aunque el dato es caprichoso porque nunca existió conexión real entre la orquesta y aquella sala teatral). Pero acaso pueda ser un "disparador de fantasías" la creación, años después, del Club Atlético Fernández Fierro (CAFF), espacio que la orquesta primero utilizó para difundir su música y luego para abrir sus puertas a otros grupos y solistas, del tango y de otros géneros.
Mañana el CAFF gana la calle. Saca los parlantes a la vereda para que se arme la milonga. Será el puntapié para el Facaff, la tercera edición del festival que se realiza de manera autogestionada y que involucra a buena parte de las últimas camadas de tangueros. Se desarrollará durante todo el mes en la sede de Sánchez de Bustamante 772 y escenarios satélites (el Espacio Cultural Benigno, Chiclana 3045, y La Catedral, Sarmiento 4006. Serán 17 noches con 80 shows. Osvaldo Peredo, Cuarteto La Púa, Victoria Raimondo, la orquesta de Juan Pablo Gallardo, Los Hermanos Butaca, la Orquesta Victoria, Ariel Prat, la Siniestra, el Sexteto Fantasma, la Vidú y la Rantifusa son solo algunos nombres de una extensa grilla artística. El día de estreno habrá murga, talleres y clases de baile además de milonga (si llueve se reprogramará para el 29 de septiembre); y adentro del CAFF habrá conciertos desde las 20. Para consultar la agenda se puede visitar la web del festival.
Generación Cero
Mucho tiempo antes de que surgieran Babilonia y el CAFF, el Bronx del tango estaba en la exploración sonora de artistas como Rodolfo Mederos. Este músico, que había sido parte de la fila de bandoneones de la orquesta de Osvaldo Pugliese a finales de los sesenta, en la década siguiente inició una búsqueda que lo llevó por los territorios del jazz rock y el rock progresivo, para abrir una puerta que no dejara al tango atrapado en su propia historia. En la agenda porteña de conciertos de este fin de semana figura Generación Cero en el CCK, y la pregunta obligada es si Mederos volvió la vista y el oído a los discos que, con aquella formación, grabó en los setenta.
"No soy una persona que se maneje con nostalgia, para mí, la mirada debe estar puesta en lo que viene. Lo que no quiere decir que no tenga memoria. El 20 por cierto del repertorio será de aquellos años", dice este hombre de 79 marzos y miles de horas de vuelo a bordo de su bandoneón. "No estoy para satisfacer deseos de otros", sigue. Y tiene más: "Si hubiera hecho grandes éxitos hoy me quedaría apoltronado esperando la jubilación y el geriátrico. Pero no, estoy con el fusil al hombro".
Lo que llevará al escenario del CCK hoy, a las 20, tiene un guiñó a aquello que gestó en 1976 (y que germinó en un par de discos con dos formaciones diferentes); pero que hoy apele a ese nombre tiene más que ver con un espíritu de búsqueda que de evocación. "Y tiene tres razones -aclara-. La primera es el deseo de expandir mis límites creativos. La segunda es la esperanza de que este sonido colabore con la identidad de la música de Buenos Aires que, creo, necesita revitalización. La tercera es la alegría de trabajar contra modos y hábitos de los mecanismos de consumo".
Mederos dice que es Generación Cero y también "La cumparsita". Que es como decir tradición y vanguardia. "Para mi, con Generación Cero cumplí una etapa en la que busqué. Luego la abandoné porque tuve la necesidad de volver a casa. Formé el trío y la orquesta típica. Ahora es el momento de salir a caminar de vuelta". Y lo hará acompañado por Armando de la Vega en guitarra, Jacqueline Oroc en violonchelo, Facundo Amaya en batería y Guido Martínez en bajo eléctrico y contrabajo.
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