María Elena Chagra. Testigo de la canción folklórica
Búsquedas y recuerdos: de eso se trata el presente artístico de la cantante salteña María Elena Chagra; la "Negra" Chagra, como se la conoce de grupos como Allaquí, de las propuestas de Jaime Torres o de Sara Mamaní, y como solista, con su segundo disco, que acaba de publicar y que presentará en vivo el próximo jueves, en el escenario de La Trastienda.
Su historia también marca algunas idas y venidas. Un título de licenciada en Psicología, estudios de teatro -incluso anduvo de gira con una compañía para representar una comedia musical infantil- y luego la canción. "Desde entonces, el teatro debe estar agradecido", dice la intérprete.
Empezó con el grupo "Mensaje", en los ochenta, en su Salta natal; luego vino su primer disco, "Pruebas al canto" (publicado en 1989 con la participación de Gustavo "Cuchi" Leguizamón y reeditado hace algunos años), y más tarde una estada en Francia, donde hasta hizo giras nada menos que con el "Cuchi".
"En Europa estuve dos o tres años. Me fui a París con el disco grabado, aunque todavía no estaba editado. Ahí me dediqué a cantar más profesionalmente; comencé a largarme sola."
Al regresar, integró Allaquí (integrado por Sara Mamaní, Gabriel Redín y Sergio Suárez) hasta que el grupo se disolvió. Después participó en los proyectos individuales de Jaime y Mamaní, y finalmente volvió a su labor solista. "En el último tiempo estuve de gira por todo el país, con Jaime, pero después de toda esta experiencia decidí que tenía que hacer mi camino, sin dispersarme."
Repertorio visceral
Aquí entran los recuerdos y su flamante producción, "Pequeños testigos". "He ido buscando y hallando cosas que son representativas del norte argentino, que quise decir porque me gustan y porque las siento. Es bastante visceral. Hay temas que me gustan mucho, que tienen historia y representan la música de allá. Son estos pequeños testigos." Y ahí hasta figura la "Serenata del 900", recopilación de Leguizamón, que Chagra hace con un marcado ritmo de habanera y que, según cuenta la cantante, en Salta es tan conocida como la "Zamba de mi esperanza".
"Hay historias que fueron apareciendo en la historia de uno; hay gente que he ido conociendo y autores que admiro. También quise poner a los más representativos de mi provincia en este disco."
La búsqueda tiene que ver con el sonido propio y el repertorio que amplía de a poco, porque en este disco también aparecen un candombe y "Las agujas del reloj", sobre una base de marcha camión. "Un día lo escuché en vivo a Daniel Viglietti hacer ese tema y me encantó. Salí corriendo a comprar el disco porque quería cantarlo, aunque no tuviera mucho que ver con el resto de mi disco porque no está dentro del folklore del Noroeste. Pero salió esta versión, que me pareció válida. Adoro la música del Uruguay y a gente con la que me siento identificada a través de sus letras."
A esta Chagra la humedad rioplatense no le quitó las inflexiones salteñísimas de su voz. Pero a pesar de su larga estada en Buenos Aires, nunca se animó demasiado con el tango: "Me gusta cantarlos, aunque me dan un poco de miedo. Cuando estaba en Salta, tenía alguno en el repertorio: «El corazón al Sur» o «Sueño de barrilete». Pero era más que nada para darme un gusto".
Eso no significa que la música de Buenos Aires detenga su búsqueda. "Me gustan la milonga y el candombe. Me le animé al que grabé en el disco porque es una especie de candombe salteño. Pero me estoy animando a transitar por otros caminos. Uno de los músicos que más admiro es Rubén Blades. Me gusta su manera de encarar las cosas y la trascendencia que eso tiene de una manera universal. Me gustaría que la música de uno pudiera ser escuchada por todo el mundo."
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