Abdulaye Badine. Un tambor africano que eligió la Argentina
Hoy, en el ciclo "Buenos Aires Percusión"
Un tambor, un morocho de Senegal y un farol porteño. Esa es la postal que ofrece la calle Balcarce.
El senegalés es Abdulaye Badine, uno de los músicos que participan en el ciclo "Buenos Aires Percusión", de la Dirección de Música de la Ciudad. Mañana, a las 15, actuará al frente de su grupo, Banakabú, y a las 17 ofrecerá una clínica sobre percusión africana que denominó "Nasiyama Bere (que llegue mucha paz)".
Además, por estos días participa en el reciclaje de una casona donde instalará una escuela de percusión. Los vecinos, chochos. "Antes había un boliche africano que no funcionó muy bien. Eso molestaba más porque se escuchaba música fuerte de noche. Ahora los vecinos me dicen que se despiertan con energía (se ríe). En unos tres meses la escuela va a estar funcionando", anuncia.
Abdulaye es un profesor de música que salió varias veces de su país para dar clases en universidades y centros culturales. Eso fue hasta que, tres años atrás, llegó a Córdoba y luego se instaló en Buenos Aires. Así lo cuenta en español o, más en bien, en modesto argentino: "Yo llego con un amigo que era alumno mío en Senegal". No habla con la misma fluidez como con la que se comunica al momento de hacer música con sus colegas, pero se hace entender.
"Viajé bastante. Trabajé con la percusión en Alemania, Bélgica, Francia. Fui a dar seminarios en Europa sobre historia africana y música. También clases en lugares turísticos. Ahí la gente se interesa, pero es más por diversión." En la Argentina fue diferente: "Empecé con lo simple y le di confianza a la gente. Porque tenés que tener confianza en vos mismo. Si querés ser un profesional o si es sólo para divertirte, igual tiene que ser algo bien hecho. No toques el tambor para molestar a otro (se ríe)".
El año que comenzó con sus clases tuvo más de 50 alumnos. Un día se le ocurrió salir a la calle con su tropa y enfiló hacia la Costanera. "Estaba tan bien coordinado que se armó una fiesta. Pero hay que estar concentrado. Si tocás mal, la gente no baila", aclara.
Al año siguiente armó una muestra en Urania con 87 percusionistas ("que estuvo rebuena", asegura) y planea otra para diciembre próximo. Por ahora, además de la actuación en el ciclo Buenos Aires Percusión, tiene agendado un show con su grupo Banakabú el 10 de julio, a las 21.30, en el Teatro Luz y Fuerza, de Perú 823.
Mientras las manos de Abdulaye percuten uno de sus parches, su voz deja consejos: "En la clínica voy a aprovechar el momento para dar un poco de técnica de manos y de coordinación y relajación. Porque hay un poco de fantasía con que la percusión quiere decir fuerza. Los chicos tal vez creen que para tocar bien hay que fumar o tomar cerveza. Primero tenés que estar bien sano y tranquilo. En general, en Africa los mejores son los más tranquilos. De tan tranquilos parecen tontos. Pero cuando agarran un tambor no lo podés creer".
Badine tampoco puede creer que llegó hace tres años a la Argentina y desde entonces no ha vuelto a su país. "Viajé a muchos lugares, pero lo que siento acá no lo siento en ningún lugar. Example Europa: allá me fue bárbaro a nivel de la plata. Siempre trabajo con contratos, hago clínicas y vienen muchas personas. Grandes, chicos, viejos. Van a la clase, pero cuando se termina te sentís solo. Acá es más parecido a Africa. La gente está tan pobre, no tiene nada, pero está recontenta. Buenos Aires es una ciudad grande y hay menos confianza, pero en Córdoba, Santiago, Tucumán o Salta la gente es muy de corazón".
Para agendar
- Orquesta Amarilla y Banakabú. Hoy, a las 15.
Espacio Cultural Carlos Gardel. Olleros 3640. Gratis.
lanacionar