Un triángulo lumínico de música
El trío Open 24 se lució en su presentación navideña con una propuesta diferente
Con el último acorde del guitarrista Marcelo Gutfraind, el escenario de Thelonious comenzó su transformación. Las versiones indicaban que una puesta distinta y una música de arrasadora potencia le pondrían a la trasnoche de Navidad mucha vibración, claro que de la mejor calidad, y así fue. Tres tubos fluorescentes verticales armaron un triángulo lumínico en el que el trío Open 24 hizo una presentación corta y poderosa. Lucas Cutaia en guitarra y phonebox, Ezequiel Cutaia en bajo Fender y Rodrigo "Gordoloco" Gómez en batería.
Pero no sólo fue sorpresiva la estética con la que el trío encaró esta nueva etapa, que de aquella onda casual glam pasó a una sospechosa formalidad de trajes oscuros con corbata, sino que la música también mutó de un funk abierto a una reciedumbre de cuadrado compás, sostenida con convicción y una belleza de diamante en bruto, con Ezequiel Cutaia revelándose como un cantante por demás interesante, de timbre y fraseo si no originales sí de tono tierno y triunfal, al mismo tiempo.
Primero, subieron al escenario el bajista junto a "Gordoloco" para un corto aperitivo de alud rítmico y distorsión. "¿Esto es funk?", se preguntaron entre el público. "No, es Open", contestó una dama sentada detrás de este cronista. En fin, ya con los tres arriba del escenario, el grupo lanza un resucitado "Post-crucifixión", tema de Luis Alberto Spinetta, incluido en aquel bellísimo "Desatormentándonos", primer álbum de Pescado Rabioso.
El fraseo vocal de Cutaia tiene tantas influencias que no se pueden contar, pero aquel Spinetta de los años setenta surge notablemente desde su voz. En respuesta a esta impresión se podría decir que las voces se pueden guardar en cualquier lugar, pero especialmente en las gargantas, como lo hizo hasta anteanoche Ezequiel Cutaia con la del Flaco. Mientras la música se sostiene sobre estructuras de riffs de una marcada espesura sonora, "Gordoloco" sacude sus tambores con una gracia de "bailarín de psiquiátrico", en palabras de otro de los presentes.
Los "funkdamentalistas"
La banda está envuelta en una mística de fuerte llegada con su auditorio. El club, con un lleno total, muestra una adhesión por la música de este trío que pasó de ser un "funkdamentalismo" evidente a una nueva mirada musical, por cierto, no original, pero que atrapa por la actitud del combo. Luego habrá temas como "Perra", rebautizada sobre el escenario como "Tito, te llevaste el vino aprovechándote de la oscuridad", que, con un medio tiempo interrumpido por digresiones sonoras, mostró contundencia y una lírica de realismo callejero.
El público se suma a este trepidante sonido que tiene como complemento esos tubos lumínicos que le dan un aire casi fantasmagórico a la escena. Aunque parezca algo desmedida la comparación, el Open 24 tiene en su concepción irreverente de ciertos estilos un acercamiento a las propuesta del Mothers of Invention, del genial compositor y guitarrista norteamericano Frank Zappa.
En cuanto a lo instrumental, el trabajo es impecable, y el grupo no pierde fuerza ni se cae en su salvaje vitalidad. La utilización de recursos como el guitarvox fue hecha con gusto y prudencia, para no opacar el trabajo general del trío. Una excelente adaptación del Open 24 a estos tiempos. Músicos de una genuina pasta artística que logran plasmar distintas influencias en un cruce de fuerte inspiración. Es como un juego que juegan con humor musical, pero con seriedad artística.
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