Opera en el Teatro Argentino platense. Una conjunción lírica atípica
Programa doble con "La voz humana", de Poulenc, e "I pagliacci", de Leoncavallo
Si el expresionismo francés de "La voz humana" estaba, en su momento (1958), lejos de congeniar con el exultante verismo de "I pagliacci" (1892), la posteridad no tiene problemas en reunirlos. Es lo que sugiere este doble programa del Teatro Argentino de La Plata que, desde hoy, convoca sin vueltas a este juego, al menos aparente, de incompatibles. Al fin y al cabo, nada impide que cada quien haga las más inesperadas combinaciones, como la que ahora se propone. Otra cosa será ver cómo funcionan dentro de un mismo espectáculo. Por lo pronto, y en tren de buscar puntos en común, puede decirse que se trata de dos autores de buena cultura literaria y poética.
"Si se escribiera sobre mi tumba: «Aquí descansa el músico de Apollinaire y de Eluard», sería mi mayor título de gloria". Así se expresaba cierta vez Francis Poulenc. Aseguran sus biógrafos que apenas entrado en la adolescencia ya devoraba a Mallarmé, Apollinaire, Claudel, Gide, Valéry y comenzaba a conocer a Eluard, Aragon y Breton.
Poulenc aseguraba que la transposición musical de un poema debía ser un acto de amor, jamás un matrimonio de conveniencia. Pero ese "acto de amor" era largamente meditado, según se desprende del mismo texto, cuando asegura que una brevísima canción era resultado de un trabajo de meses.
Sin duda en esto reside el atractivo de "La voz humana", que compuso en 1958 según el monodrama en un acto de Jean Cocteau. Es innegable que para la intérprete de la pieza el esfuerzo es descomunal, tratándose de un largo monólogo telefónico, sin verdadera acción, con un encadenamiento de ideas sin lógica aparente, propias de un estado psicológico de crisis extrema. Drama expresionista "a la francesa", Poulenc aborda la creación de Cocteau con una formidable unidad de estilo, vigorizando el texto con un recitativo muy próximo al habla. Por su parte, la orquesta aporta una trama sonora de gran sensualidad, perfecta para aumentar la densidad dramática sin ahogarla.
El teorema de "I pagliacci"
También Leoncavallo tuvo una apreciable cultura literaria alimentada en los cursos del poeta y erudito italiano, premio Nobel además, Giosuè Carducci, en la Universidad de Bolonia. Con tan sólida formación, opuesta al decadentismo e inclinada al retorno a los clásicos, no extraña que se haya podido ver en "I pagliacci" la auténtica estructura de un teorema: expuesta la proposición en el prólogo, los dos actos resultan su demostración. Y no está mal la referencia. Entre otras razones porque por atrás y por debajo de la explosión sentimental que propone Leoncavallo hay una construcción formal de sólido rigor lógico. Esto explica la razón de su rotundez como obra concluyente y definitiva de un credo estético. Es posible sospechar que sin "Cavalleria rusticana", la obra de Mascagni que inaugura el verismo italiano en la ópera, no habría existido "I pagliacci"; pero se puede oponer a tan temeraria suposición que esta última exhibe en varios puntos una superioridad respecto de su modelo. Volver a "I pagliacci" es siempre un placer y una lección de estilo para el espectador de ópera.
Fechas
- "La voz humana" de Poulenc e "I pagliacci" de Leoncavallo. Programa doble presentado por el Teato Argentino de La Plata. Funciones: hoy y los domingos 29 de agosto y 5 de septiembre, a las 17, y los sábados 28 de agosto y 4 de septiembre, a las 20.30. Dirección musical: Bruno D´Astoli y régie de José María Paolantonio. Informes: 0800-666-5151
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