Zakiya Hooker en La Trastienda
El blues tiene sus sorpresas. La hija del legendario John Lee Hooker, Zakiya Hooker, se presentará mañana, a las 22, en La Trastienda, Balcarce 460, junto a su banda, Bluz 4 U, un grupo sólido y potente.
La cantante centra su propuesta en un blues moderno en el que el acento está compartido por su voz y los arreglos musicales, trabajados con un enfoque orquestal por el bajista de la banda, Ollan Christopher Bell.
Nacida en 1948, quizá por el peso de su apellido, se lanza como cantante profesional con 40 y tantos años encima. Aunque, en rigor, cantó toda su vida.
Zakiya presentará en Buenos Aires sus dos discos, "Another Generation of the Blues" (1995) y "Flavors Blues" (1996), además de algunos temas de su padre. La música de estos trabajos muestra un blues ágil, bailable y con un envidiable swing, en el que se luce el guitarrista Anthony Cook, un músico que se sitúa entre el blues y el funk.
Zayika actuó durante una década en la banda de su padre y fue quien terminó el disco póstumo de John Lee, "Face to Face", que acaba de ser lanzado en el mercado internacional.
Vive en las tierras del roble, en Oakland, California, un lugar tranquilo y sin los rigores climáticos de Chicago. Atiende el teléfono como un ejecutivo de Wall Street: "Zakiya" y comienza un cálido diálogo de LA NACION con la hija del último gran icono del blues.
Para derretir el hielo inicial una pregunta de orden general:
-¿Cuál es el estado actual del blues?
-No es el que debería. En verdad no tiene el status de la música joven, como el hip-hop o el rap, pero siento y veo que está mejorando. Está recuperando su fuerza. El blues es la esencia, podrá estar relegado, pero nunca será ignorado.
-Su música tiene evidentes atmósferas funkys, ¿busca así cultivar el aspecto más bailable del género?
-No me parece que mi música tenga atmósferas funkys. Sí creo que hay evolución, porque siento que me refleja como una mujer del blues. Como también el jazz vive su proceso cuando refleja las vivencias de sus intérpretes, muestra dónde está hoy mi generación.
Y agrega: "Mi blues no es distinto. Permito que sea alegre, como el de mi padre. Los tiempos han cambiado, no existe la segregación que había en la juventud de mi padre, le canto a otros aspectos de la vida".
Por cierto, la música de su padre jamás desdeñó el aspecto bailable. Sus clásicos boogie-woogies demostraron su placer por esas formas de ocho compases, en los que la cadencia era todo junto a una lírica por momentos sarcástica, con un dejo de dolor.
Respecto de su trabajo vocal, Zakiya evidencia un manejo sólido de la tradición del blues. Tiene un recuerdo feliz de su infancia -a pesar de las ausencias de su padre por las giras- , rodeada de estrellas del blues que le dieron una formación integral.
-El rap y el hip hop parecen conquistar a los músicos jóvenes, ¿encuentra nuevos valores en el blues?
-Hay nuevos valores, pero es cierto que hoy el primer lugar, el foco, está sobre la música joven como el hip-hop y el rap. Por ejemplo, en la entrega de los Grammy, el blues estuvo en un lugar secundario. De los músicos actuales, mis preferidos, que no son jóvenes, son el guitarrista Buddy Guy y la cantante Etta James.
-¿Cómo serán sus shows en Buenos Aires (volverá a presentarse el viernes 5)?
-Muy fuertes. Los definiría como muy energéticos. A veces le pido al pianista, Dan Zamelman, que habla español, que le traduzca al público de habla hispana lo que yo canto. Busco la interacción. Recuerdo que mi padre solía decirme que la energía de su música se la daba el público y eso es lo que intento llevar a la práctica.
-Pregunta infaltable. ¿Cómo era su padre, cómo fue su infancia?
- (Se ríe). Sabía que mi padre como artista tenía que ausentarse. Entonces cada vez que volvía era una fiesta. Nos traía regalos y se pasaba un tiempo en casa fumando habanos y viendo películas de cowboys. Era una persona tranquila, un "laid bag" (bolsa tranquila). Era un hombre sencillo; me dejaba hacer todo lo que quería. (Silencio) Quien sí me ponía los límites era mi madre. Con ella no podía, en cambio mi padre era un tipo muy cool.
-¿Qué músicos visitaban su casa paterna?
-Todos. Pero especialmente recuerdo las visitas de Muddy Waters, un hombre de un carácter muy parecido al de mi padre, con sus camisas con flores al estilo hawaiano. Nada de corbatas, ni saco. También venía mucho Little Walter.
"Pero para mí la estrella mundial era Jimmy Reed (cantante, guitarrista y armoniquista; el mayor exponente del rhythm and blues, una música de tono racial). El era Hollywood. Tenía una gracia, una chispa, un carisma inigualable. Me encandilaba.
Al acercarse el momento de terminar la charla, Zakiya busca reafirmar una idea: "Hoy, el blues no está adelante, pero es el padre de todos los géneros musicales jóvenes", concluye.
Paralelismo
- Hay una enorme relación entre Zakiya Hooker y la cantante argentina Jorgelina Alemán, que será la telonera del show. Además de que ambas llevan ilustres apellidos -Jorgelina, el de su abuelo, Oscar Alemán-, sus respectivos maridos, el bajista Ollan Bell y el pianista Daniel Cosarini, son ambos los respectivos directores de sus grupos.
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