Operación reencuentro
Once de la mañana. Desde hace cinco horas hay un movimiento incesante en los estudios de la calle Godoy Cruz. Norma Aleandro, vestida de señora adinerada, ensaya su parte de la nueva comedia "Operación rescate", que emitirá Canal 9, a partir del 31, a las 22.
Parece preocupada hasta por los mínimos detalles: se corre hasta los monitores para verse en cámara, arregla el decorado, pide extremo silencio para su ensayo.
Y no es para menos. Además de regresar a la TV después de 13 años, Aleandro está metida en su propio proyecto, con una idea que surgió de su propia historia, con su nueva y propia productora -AP, junto a Lino Patalano-, con su propio hijo, Oscar Ferrigno, como director de actores, y en compañía de Alfredo Alcón y Juan Carlos Mesa.
Detrás del decorado, una enorme casa de colores intensos, Alcón se pasea también. Pero parece menos preocupado que ella, aunque también para él este sea un regreso a la TV tras seis años de trajinar otros escenarios.
Con el turbante y la casaca larga que caracterizan a su personaje, el profesor Rakesh, repite su texto bajo la atenta mirada del director, Fernando Bassi, y exhibe los anillos de este mentalista apasionado en fenómenos de otras galaxias.
Los dos saben que tienen por delante un desafío: por el lado de la comedia y por el de la TV. Pero también están dispuestos a hacerle frente porque, como dice Alcón, "si Norma me hubiera propuesto ir al circo, también intentaría caminar sobre un alambre".
Aleandro y Alcón, al rescate de la TV
"Aunque parezca un lugar común, ésta es una de las pocas verdades que me salen: trabajar con Norma es un placer. Y si hiciéramos circo juntos, yo hubiera tratado de caminar sobre un alambre porque por lo menos se hubiera reído ella", repite Alfredo Alcón, en respuesta al inevitable tema del reencuentro de ambos, esta vez después de tres años.
A decir verdad, en "Operación rescate" no estará lejos de esos vaivenes del ámbito circense. Es que, en esta comedia que Norma Aleandro viene planeando desde hace años, él hará las veces de un mentalista algo chanta, disfrazado con una ropa que no iría nada mal en aquellos escenarios. Pero apenas "algo chanta" porque toda su teoría celestial, aparentemente falsa, se vendrá abajo con los datos de la realidad.
Ella, Aleandro, será Carmen Fortunato, una mujer de clase alta, casada desde hace 25 años con Esteban (Juan Carlos Mesa). E, insatisfacciones matrimoniales mediante, coleccionista de un largo currículum de cuanto curso se cruce por su vida. Suerte de "Alice", el personaje de la película de Woody Allen, la vida de Carmen cambiará para siempre cuando se cruce con Rakesh a raíz de un insomnio que el "afamado" mentalista logra corregir.
"Todo comienza en una obra de teatro", cuenta apenas Aleandro. Pero luego agrega: "En esa función, Rakesh aparece en el escenario y la llama a Carmen para hacerle una hipnosis. Y esa mujer, que hace mucho que no duerme, logra vencer su insomnio. Rakesh se presenta después para seguir el tratamiento y se le ocurre embarcarla en una situación extraña a raíz de un hecho grave".
La situación extraña y el hecho grave son la clave de esta comedia, y quedarán pendientes para el segundo capítulo que no tienen ninguna intención de adelantar.
Pero lo cierto es que la tercera pata de esta historia, el marido, también juega un papel fundamental. "Sólo puedo decir que soy un empresario que ha decidido no ser tan fiel como Carmen cree que debo ser. Y aunque esta especie de affaire sentimental no llega a ser descubierto, hay un suceso que convierte a mi personaje en un ser muy especial", dice Mesa, midiendo sus palabras.
Es que, después de un supuesto viaje de negocios que en realidad esconde a una amante, su personaje no volverá a ser el mismo. Es más, ni siquiera volverá. Al menos no en la forma habitual en que lo hacía.
Así las cosas, la vida del trío en cuestión se irá enredando y desenredando a lo largo de ocho capítulos entre pirámides energéticas, mapas celestiales, apariciones fantasmales y extraños poderes extraterrestres.
Un regreso con cola "Volver a la TV, con esta productora que armamos con Patalano y Frey, tiene que ver con poder hacerlo a nuestro ritmo y a nuestra manera. Todo partió de una idea que tuve y que le comenté al otro autor, Sergio Bizzio. Pero, lo fundamental, es que Alfredo haya aceptado, porque yo, sola, no vuelvo a la TV. Bien acompañada, sí", repite Aleandro, en su propia versión del eterno reencuentro.
Y la verdad es que, con los planes que tienen, estarán "bien acompañados" por un largo rato. Además de esta comedia, todavía deben ponerse a trabajar juntos en la película que dirigirá Aleandro y protagonizará Alcón: "Dios duerme en Buenos Aires", que comenzará a rodarse en junio. Y también en la obra de teatro "Viaje de un largo día hacia la noche", de Eugene O´Neill, que compartirán bajo la dirección de Agustín Alezzo.
Mesa y un regreso a la ruta del humor
A un costado del decorado, sentado en una silla, Juan Carlos Mesa espera paciente su turno para la grabación. Está tranquilo aunque también para él (y van...), éste sea un regreso al campo de batalla de la TV.
Es que el actor hace ya tres años que no aparece en la pantalla. Desde hace algunos meses conduce "El despertador" (el mismo programa que tuvo hace treinta años) en LV2 de Córdoba, donde se ha mudado hace un año.
En realidad, su incorporación a "Operación rescate", vino a saldar una vieja deuda entre él y Aleandro. Y el papel de Esteban Fortunato, el marido de Aleandro en la ficción, nació después de un desencuentro. "Hace tiempo, Norma me había distinguido con una deferencia muy particular: me había ofrecido hacer teatro en una comedia que ella dirigía. Pero como yo estaba haciendo "Mesa de noticias", no pude aceptar. Me costó mucho decir que no, pero no podía. Un día, hace poco, le hice un reportaje a Norma en mi programa de radio y ella me dijo que le gustaría trabajar conmigo. A los diez días, me llamó para proponerme este papel y cumplir así el sueño de trabajar juntos", cuenta Mesa, después del impasse del almuerzo y antes de que comience la grabación.
Lo cierto es que los tiempos tampoco están ahora en su favor. Pero las deudas son deudas: "Dos veces no se le dice no a Norma, menos cuando ella y Alcón, dos figuras que yo admiro, están como protagonistas", aclara Mesa. Para cumplir con el plan de grabación, el actor abandona su Córdoba natal cada jueves, deja grabado su programa radial de los viernes, y se queda en Capital Federal durante el fin de semana, en el set.
_¿Dejar la televisión fue una decisión personal o circunstancial?
_Yo diría que hay veces en que uno deja las cosas y otras en que las cosas lo dejan a uno. La verdad es que en estos tres años sentí una especie de desgarro por no estar más. Era la primera vez que paraba. Y es como si uno viniera en un auto a doscientos kilómetros por hora y de golpe tiene que seguir caminando. Pero como he tenido muchas satisfacciones a lo largo de mi carrera, como le debo mucho a la TV y como he escrito para mucha gente admirable, el saldo siempre es favorable. Además, me he dedicado a hacer las cosas que me gustan: volver a mi viejo amor de la radio, escribir poesía, con humor, por supuesto.
_¿Por qué siempre el humor?
_No sé, fatalmente me inclino siempre hacia lo mismo. Una vez, en un programa que tenía que alargar mi parte porque no podíamos ir al corte, me puse a recitar una de mis poesías. No era graciosa, hablaba de mi madre y yo la recité con emoción. Pero el público que presenciaba el programa, lejos de poner cara de circunstancias, se largó a reír a carcajadas. ¿Será tan increíblemente malo que todos se ríen?, me preguntaba. Después me dí cuenta de que yo creo dar la emoción y a veces puedo darla, pero que, fatalmente, me voy a la banquina del humor. Si es que el humor es una banquina. Tal vez para mí sea la ruta.
El difícil arte de hacer reír
Para Aleandro no sólo se trata de un regreso a un medio que no visitaba desde hace tiempo, sino, además, de un regreso a la comedia. Alcón, en cambio, acaba de bajarse del set de filmación de la película "Cohen versus Rossi", donde, en el papel de un travesti, también tanteó el terreno de las risas.
"La comedia es el género más difícil", opina Aleandro, en un alto de la grabación. "Hacer llorar es mucho más fácil que hacer reír. En primer lugar, es muy difícil encontrar el tono. Y por otra parte, la gente está más dispuesta a emocionarse que a reírse", argumenta.
"Yo no sé si la comedia es más difícil", interrumpe Alcón. "Uno a veces va al teatro y sólo porque se pronuncia la palabra m....., la gente se ríe. Lo difícil, en todo caso, es lograr la emoción o la risa cuando ese estado que te produce la escena que estás haciendo te enriquezca de alguna manera que se parezca a un hecho artístico."
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