La incorporación de Meghan Markle en la Familia Real británica debe ser interpretada como una verdadera revolución en el corazón de Windsor. Su boda con el príncipe Harry hubiese sido imposible cincuenta años atrás. La misma reina que en 1965 negó la autorización a su hermana, la princesa Margarita, para casarse con un héroe de la Segunda Guerra mundial como el capitán Peter Towsend porque era divorciado, hoy abre las puertas de palacio y recibe con los brazos abiertos a una mujer norteamericana, de profesión actriz, también divorciada. ¿Qué pasó en el medio? De todo: el divorcio de sus tres hijos mayores, una larga sucesión de escándalos que hicieron eco en todo el mundo y, sobre todo, el paso rutilante y desestabilizador de la inolvidable Diana, princesa de corazones, que dejó varias lecciones. Isabel II, que se mantiene en el trono desde hace 65 años, demostró una sorprendente capacidad para aggiornarse y transformar a la Familia Real británica en la cabeza de una monarquía abierta y moderna, que también brega por la igualdad de género.
Algunas consideraciones a tener en cuenta sobre la incorporación de Meghan Markle a la Familia Real británica.
- Meghan no será princesa: el título de princesa se reserva para las mujeres que nacen dentro de la familia real. Sí recibirá tratamiento de "Su Alteza Real" y la reina Isabel, seguramente, le concederá un ducado (se especula con que Meghan y Harry se convertirán en Duques de Sussex).
- La única forma en que Meghan puede convertirse alguna vez en princesa es si su marido, el príncipe Harry, llegara a ubicarse primero en la línea de sucesión al trono británico. Entonces, Harry será nombrado "Príncipe de Gales" (título que se le otorga al heredero) y Meghan, su mujer, se convertirá inmediatamente en "Princesa de Gales". Esto es prácticamente imposible ya que para que suceda tienen que morir el padre de Harry, su hermano y sus tres sobrinos.
- Harry está sexto en la línea de sucesión al trono británico. Y puede seguir perdiendo posiciones si su hermano, el príncipe William, tiene más hijos.
- La princesa Ana, segunda hija de Isabel II, fue perdiendo posiciones en la línea de sucesión al trono tras el nacimiento de sus hermanos varones menores, los príncipes Andrés y Eduardo, y de sus respectivos hijos. Hasta 1960, cuando nació Andrés, estuvo en la segunda posición, mientras que hoy ocupa el décimo tercer lugar.
- El lunes 23 de abril, el nacimiento del príncipe Luis, tercer hijo de William y Kate, produjo un hecho histórico en la genealogía de la Casa Real británica: su hermana Charlotte no tuvo que cederle su lugar en la línea de sucesión y sostuvo la cuarta posición. Hasta su actualización en 2013, la Ley de Sucesión al trono británico impedía a una mujer ser Reina si tenía hermanos varones, aunque sean menores que ella. La modificación a la norma, empata a la Casa Real británica con otras monarquías "modernas" en las que el hijo mayor es el heredero, sin importar su género, como Holanda, Bélgica, Suecia y Noruega. Las que todavía impide a una mujer ser reina si tiene hermanos varones son las de España y Mónaco.