Con pilchas criollas y destreza ecuestre en la sangre, la hija mayor de Adolfo Cambiaso y María Vázquez se lució durante los festejos por el Día de la Tradición organizados en la Catedral del polo
El campo y los caballos son parte fundamental de su vida desde que nació, pero Mia Cambiaso (15), la hija del mejor polista del mundo, le puso su toque criollo a la pasión que por herencia lleva en la sangre. Acompañada por su propia tropilla de moros, regalo de papá, y con un look gauchesco reversionado (bombachas, chaleco de cabrito y una rastra con flecos, patacones y textil peruano), el domingo 19, la hija de Adolfo Cambiaso (42) y de la modelo María Vázquez (42) fue la gran figura del espectáculo de entrevero de tropillas que se presentó en Palermo para celebrar el Día de la Tradición una vez que terminó la octava fecha del Abierto Argentino de Polo.
Dueña de una mezcla perfecta de frescura, belleza y destreza, Miu –como le dicen cariñosamente– brilló junto a Rubia Mireya, la yegua madrina con la que guió a sus trece moros, y con la que replicó esta habilidad criolla que remite a los tiempos en que los gauchos se las ingeniaban para reunir a sus caballos en medio del desierto. “Hace un año vi una tropilla en un remate de domadores y me interesó. Me pareció que era algo que podía intentar porque me divierte todo lo que tenga que ver con caballos”, le cuenta Mia a ¡Hola!
Y sigue: “Hay que trabajar porque es difícil tomarle la mano. Antes de cada presentación, entreno una semana entera, mañana y tarde, para que los caballos se acostumbren a seguir a la yegua, que lleva un cencerro (una campaña)”.
Rebelde como muchos de los adolescentes, Mia intenta cultivar el perfil bajo y durante los partidos de la Triple Corona, donde todos los flashes apuntan a los palenques de su célebre padre, ella elige aplaudirlo desde alguna tribuna alejada. Ella quiere hacer su propio camino y va bien rumbeada. En enero de 2017 debutó en el Festival de Doma y Folklore de Jesús María, donde se llevó el primer premio en el concurso de Tropillas Entabladas. Para hacerlo, ella se impuso una exigente rutina y se instaló en el campo familiar de Córdoba, su lugar en el mundo, y se preparó durante un mes con Alberto García, el padre del domador de los caballos de Adolfito, un experto. “Fue una experiencia muy linda. Y tengo planeado volver el año próximo”, promete la joven, que acaba de volver del colegio (durante el año, cuando la familia gira por el mundo, viajan con una maestra y hacen homeschooling, pero cuando aterrizan en Cañuelas, donde viven, tanto ella como sus hermanos, Poroto y Myla, retoman las clases con normalidad).
La misma tarde en la que habló con ¡Hola!, pensaba en terminar con sus deberes escolares y partir con rumbo a Pilar para montar, pero como polista. Con 5 goles de handicap, Mia ostenta un prometedor futuro en el universo del taco y la bocha. Se unirá a las jinetas con las que completa el equipo (Candelaria y Milagros Fernández Araujo –hijas de Milo, el coach del team de su papá– y la inglesa Nina Clarkin) para defender los colores de La Dolfina Brava, en el primer Abierto de Polo Femenino. Sin novio todavía, además se hace tiempo para defender los colores nacionales en el Seleccionado Argentino de Polo Femenino. Un verdadero orgullo.
- Texto: Lucila Olivera
- Fotos: Matías Callejo, Camila Blousson y Matías Salgado
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