Y puso distancia con Buenos Aires: se fue a Hawái con su mejor amiga, Camila Costantini
Se habían conocido en Carmelo cuando ella tenía apenas 10 años, en casa del Pacha Cantón, íntimo amigo del papá de Lucía, Eduardo Celasco. Pasó el tiempo y a fines del verano de 2012 se reencontraron en la disco Tequila de Punta del Este. Él venía de terminar su noviazgo con Micaela Tinelli y la nieta de Susana Giménez había cortado con Lucas Lombilla, hijo del representante de futbolistas Marcelo Lombilla. Cupido hizo de las suyas, se enamoraron y Joaquín Rozas (28) y Lucía Celasco (23) se tornaron inseparables.
Con muchos intereses en común –los dos son amantes del buen vivir, les gusta viajar por el mundo, comer en buenos restaurantes y descubrir nuevas culturas–, pasearon su amor por las grandes ciudades del mundo, como Londres, Nueva York, Roma o París y también por las playas más exclusivas, como la costa Amalfitana, Cerdeña, Saint-Tropez y Capri. Pero hace algunas semanas decidieron seguir cada uno por su lado, empujados por el desgaste de una relación que llevaba más de cinco años. Y, acto seguido, Lucía voló a Hawái para encontrarse con Camila Costantini, su amiga del alma, y tomarse unos días de playa, sol y relax que la ayuden a no pensar en las cosas del querer.
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