Gastón Trezeguet: "Esta cuarentena es más difícil que el encierro en la casa de Gran Hermano"
Hace 20 años, Gastón Trezeguet estuvo encerrado durante cuatro meses en la casa de Gran Hermano, el primer reality show de una larga saga de Telefe. Hoy Gastón es productor periodístico de Kuarzo y trabaja, entre otros programas, en el de Pampita online.
En aislamiento obligatorio, como todos los argentinos, Gastón hace un paralelismo entre aquel encierro, como parte de un juego, y el de hoy, forzado y para darle pelea al coronavirus. En una charla con LA NACION, reflexiona: "El de hace 20 años era un encierro de verdad, mucho más estricto, incluso, que cualquier otro Gran Hermano que vino después. No teníamos tele, ni internet, ni celulares ni ningún contacto con nada ni con nadie que no estuviera en la casa. Fueron cuatro meses de aislamiento total, sin saber nada de lo que pasaba afuera ni de nuestras familias ni amigos. Sin embargo, y con todo eso, me resulta mucho más difícil esta cuarentena que aquella. Hoy tenemos muchas otras oportunidades y podemos hablar con la familia, con amigos. ¿Por qué es más difícil entonces? Creo que la sobreinformación y el miedo hacen que esta situación sea mucho más complicada que el encierro de GH. En un primer momento no relacioné esta cuarentena con el reality. Pero a lo largo del tiempo eso fue cambiando", contó Gastón.
—¿Qué recordas de ese 2001?
—Lo que recuerdo del encierro de 2001 es que yo tenía 20 años, era una experiencia nueva, todo divertido, todo adrenalina. Me resultaba una experiencia desafiante. Una aventura. Y era algo elegido, nada que ver con este aislamiento que es impuesto y por una catástrofe mundial. Para mí la situación es incomparable. Con el correr de los días empecé a encontrarle paralelismos al encierro. Así y todo hoy puedo llamar a quien quiero, puedo verlos por skype, zoom, conferencias, y estar en contacto con mis seres queridos y con todo el mundo y saber las noticias de todos lados. Pero así es más difícil, insisto. Lo que en aquel momento era un desafío estar desconectado de todo, ahora me doy cuenta que eso justamente era lo que más me ayudaba a continuar ese encierro. Tener noticias de lo que sucede en todo el mundo te da pánico. A lo largo del día paso por todos los estados de ánimo que no pasé en cuatro meses de encierro de Gran Hermano. En un mismo día digo que voy a hacer una torta, lloro, lavo el baño, paseo al perro dos veces.
—¿Desarrollaste tips para pasar el encierro?
—Cuando empezó todo esto, dije: "vamos a sacar lo mejor de uno". La típica que dice todo el mundo, que hay que usar esta crisis y sacar algo positivo, que nos sirva de aprendizaje. Y me puse diez mil metas: escribir una película que siempre quise y no pude, entrenar en mi casa todos los días. Fueron tantas metas que terminé complicándome la existencia y agravando la crisis de esta pandemia, ¿se entiende? En un momento de supervivencia hay que hacerla fácil. Si engordo tres kilos, los bajaré después. Si no logro mis objetivos ahora, será después. Hay que tratar de pasar esto lo mejor que uno pueda. Lo que tiene de parecido aquél encierro y éste es que ambos son una batalla y una fuerza de voluntad contra el autocontrol, tu cabeza, tus límites. Y es muy interesante. Ser positivo es lo que me salvó y me salva. El humor es rescatador. Me sale naturalmente ponerle humor a todas las situaciones, no es un esfuerzo. Y eso me ayuda. Por otra parte, soy solitario, sé disfrutar de estar solo y no me resulta lo más heavy. En Gran Hermano estaba con diez personas pero en realidad estaba solo porque no conocía a nadie, no tenía vínculos de amor. Entonces es más o menos lo mismo que en esta cuarentena, porque estoy sin las personas que quiero.
En un momento de supervivencia hay que hacerla fácil. Si engordo tres kilos, los bajaré después. Si no logro mis objetivos ahora, será después
—¿Tenes rutinas?
—Vivo solo, a media cuadra de mi mamá, así que a veces me ayuda a pasear al perro, o hacer alguna compra. Nos ayudamos entre los dos. Y es la única persona que veo. Mis días son bastante cinéfilos, miro todo: películas viejas clásicas, mucho documental de YouTube, Netflix. Me gustó mucho el documental Tiger King y las series Ozark y Westworld. Limpio mi casa, saco a mi perro Toto tres veces por día a dar una vuelta manzana. Todos los días me invento algo para cocinar, lo desarrollo en mi imaginación, hago la lista mental de todo lo que voy a comprar y termino pidiendo delivery. Hago mucha videoconferencia con amigos y nos subimos el ánimo entre nosotros. Revolviendo cosas encontré mi boletín de primaria y me acordé de mil anécdotas del colegio.
—Sos HIV positivo, ¿tenés algún cuidado especial por ser parte del grupo de riesgo?
—Soy HIV positivo y estoy con carga indetectable del virus desde hace seis años. Lo que quiere decir que no lo puedo transmitir, aunque si tengo relaciones sexuales uso preservativo, obviamente. La carga viral de HIV que tengo es tan baja que por eso se dice que no tiene cura. Porque en realidad ese ínfimo que tengo de virus va a existir siempre aunque no sea transmisible y no permita que me enferme. Mis defensas están bien, sin embargo soy un paciente de riesgo porque al estar infectado necesito de una medicación para estar controlado. Es decir que mi sistema inmunológico está en constante batalla para mantener un nivel indetectable del virus en mi cuerpo.
—Productor, ¿y también modelo? Protagonizás una campaña de una marca de ropa.
—Si, estoy como cara de la marca Bensimon, que se la jugó poniendo a alguien como yo en esta campaña inclusiva. Me convocaron porque uno de mis mejores amigos trabaja ahí hace mucho tiempo y yo, de casualidad, lo acompañé hasta la oficina, me vio una persona y dos días después me llamó para ver si me interesaba.
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