Mariano Iúdica: el reality que lo hizo volver a la tele, el proyecto musical que tiene en mente y su vínculo con Javier Milei
Mientras se destaca en Bake Off Famosos y se prepara para volver a hacer temporada en Mar del Plata, el conductor habló con LA NACIÓN sobre su alejamiento de los medios, su requisito para ser parte de esta competencia de pastelería y por qué no le gusta hablar de política
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Es unas de las grandes revelaciones de Bake Off Famosos. Candidato a convertirse en el gran pastelero de esta temporada, Mariano Iúdica asegura que este reality le devolvió las ganas de volver a la TV. “Si volvía tenía que ser con algo enorme y Bake Off es un proyecto así, tipo lo que era la tele de antes (...) Esa tele hace que vos lo único que tengas que hacer es tu morisqueta o prepararte para no hacer una porquería porque la pastelería es muy difícil”, cuenta el conductor que guardó su ego en un bolsillo, se calzó el delantal y se puso bajo la lupa de un jurado súper exigente.
Además de mostrar otra versión de sí mismo, este reality le devolvió las ganas de hacer otros proyectos. Mientras que en el verano hará temporada teatral en Mar del Plata, este actor y productor está planeando un proyecto musical que sorprenderá a más de uno: “Quiero sacar algunos temas. Tengo algunas letras, pero también quiero hacer covers con Luck Ra, Migue Granados y Nachito Elizalde”, revela a modo de primicia quien está dispuesto a cumplir cada uno de sus objetivos. “Quiero hacer las cosas que me divierten”, confiesa.
-Estás pasando un gran momento. Fue una vuelta a la tele que se dio perfecta..
-Sí, una decisión de volver con algo enorme y que no me lleve puesto el humor o hacerme malasangre con cosas de producción. Acá hay 200.000 productores por cada figura, es un proyecto enorme tipo la tele de antes. Es muy, muy grande como todo lo que hace Telefe para su prime time. A mí me dejó sorprendido porque mirá que yo hago tele hace 30 años, pero en esta era ese nivel de gasto de producción, los contratos que tenemos... Todo me cerraba por todos lados. Le pedí 700 cosas diferentes porque no quería, no tenía pensado volver a la tele entonces les decía: “Bueno, ahora quiero un perro rosa en la puerta de mi casa” y estaba el perro. Hasta que firmé fue así. Después estando adentro me flasheó. Esa tele hace que vos lo único que tengas que hacer es tu morisqueta o prepararte para no hacer una porquería porque la pastelería es muy difícil.
-¿Pero la decisión te costó?
-Sí, porque tenía para conducir el Cantando, que es un programa que me sale fácil, es conducir con animación. Pero después cuando vi quiénes firmaban como Vero (Lozano) o Damián (De Santo) y entonces pensé: “Si nosotros tres vamos a ser cabeza de compañía de un grupo, nos vamos a divertir”.
-Son muy ustedes dentro del programa...
-Sí, sí, es una versión de mí porque hay cosas que no había mostrado como ser tan vulnerable al aire o permeable a las críticas. Porque ahí vas, dejás tu tortita y si quieren te destruyen tu autoestima, tu ego. Como hace muchos años que conduzco, yo no estaba tan permeable a eso, entonces mi esposa Romina me dijo: “Te va a hacer bien exponerte y quedarte en carne viva”. Y así fue. Aparte el programa tiene llegada a otro público que no sabía quién era yo. Los chicos vienen, me piden fotos y me flashea porque es un público nuevo.
-¿Cómo te llevabas con la pastelería?
-Pésimo. Yo cocino, tengo restaurante, pero la pastelería es otra cosa. La pastelería es una ciencia exacta. Entonces para uno que es medio relajado es un desastre. A mí todo lo que es tan exacto me aburre, pero después le empecé a tomar el gusto y ahora me divierte mucho.
-Cuando llegás a tu casa, ¿seguís cocinando?
-No, no, no. Vero y Cande (Molfese)sí, porque son obsesivas. Guercio mandaba mensajes en el chat a las 2 de la mañana diciendo: “Me salieron los...”. Una locura. Estamos ocho, nueve horas ahí adentro y se van a tomar clases a la salida; un delirio. Yo tomaba la clase cuando no grabábamos o cuando teníamos una sola prueba que al terminar venían los maestros y nos daban una clase ahí, pero agarrar el auto para ir a tomar una clase o que venga un cocinero a tu casa, no. Llego a mi casa y se terminó el cuento.
-¿Qué aprendiste de vos mismo en este tipo de formato que es totalmente diferente a lo que venías haciendo?
-A mí básicamente me gusta mucho aprender. Me da mucha satisfacción haber podido aprender algo nuevo como la pastelería y haber vuelto a ser elenco. Siempre era Mariano Iúdica y... ahora es Betular, Wanda y elenco. Y eso me hizo bien.
-Además te permitiste emocionarte como cuando contaste la historia de tu hermano...
-Es que con la comida pasa eso. Es como con la música, los olores o un lugar. A mí me pasó muchas veces con el bizcochuelo de mi vieja, por ejemplo. Yo no hago ni un budín, y la torta de durazno con crema que hicimos era como estar con mi mamá. O el día que hice la lasaña, me acordé tanto de mi papá. Estás cansado, a flor de piel, y te tocan el botón que te tienen que tocar y pum... llorás seguro.
Un grupo especial y una conductora “extraordinaria”
-¿Cómo fue la conexión que se dio con Damián De Santo y Vero Lozano?
-Yo a Verónica la conozco hace 25 años. Frecuentamos las mismas cosas muchos años, nos conocemos y tenemos amigos en común. Crecimos juntos dentro del medio y pegamos nuestros hits casi a la vez entonces que ella esté para mí fue una condición para firmar. Y después con Damián, él fue el primero que me dijeron que había firmado y ahí dije: “bueno, listo”. Yo sabía que si conectaba con él al programa lo prendíamos fuego porque yo ya había tenido experiencias con él y siempre eran desopilantes. Él es muy amigo de Georgina (Barbarossa), yo también entonces armamos una bandurria. Podría haber salido pésimo y que al tercer programa nos digan “empiecen a pelear y que pasen cosas porque es un plomo, basta con el amor”. Sin embargo, pusimos primero la alegría, el humor, la música, la solidaridad para con el compañero, después la competencia y último lejos allá... el conflicto. El día que Damián me robó las galletitas, yo podría haber puesto cara de culo o enojarme y sin embargo, nos cagamos de risa.
-¿Cómo hiciste para guardar el productor que tenés adentro?
-No lo guardé (risas). Me edito en vivo y si tengo un chiste bueno y no hay cámara, espero que venga y después lo hago. A Wanda la corrijo con los PNT.
-¿Te sorprendió Wanda?
-Sí, me parece extraordinaria. Cuando vos tenés que construir una figura, tiene que tener todo eso. Con ella tenés el escándalo, L-Gante, los cinco pibes, su enfermedad... Es la primera que llega, la última que se va, se queda grabando PNT fuera de horario. Es muy graciosa, se deja cargar cuando se equivoca. Y cuando viene la parte de emoción se emociona de una manera que te hace llorar. Está muy metida en la diaria, muy metida en el grupo porque es un grupo muy particular. No fue normal lo que pasó.
-¿Le aconsejarías bajar un poco lo mediático?
-Si se enamoró, ¿qué vas a hacer? Se enamoró. Si el otro, Icardi, sigue enamorado ¿qué hacés? El pibe aparecía en las grabaciones... hermoso, es perfecto. Pero ella se fue a buscar al pibe de General Rodríguez, que también es un chico muy particular. Yo lo adoro porque es un chico con un vuelo espiritual y social divino. Se enamoró, ¿qué vas a hacer con eso? Es un quilombo pero bueno... Ella arrastra a los cinco pibes a todos lados y son muy educados. Te miran a los ojos, te saludan, sonríen, te contestan bien. Las tiene todas esta piba, aparte las marcas la quieren; es una máquina de vender. Yo la conozco desde muy chiquita y la había visto conducir MasterChef, pero acá me fascinó porque este es un programa que tiene mucha emoción y ella entendió enseguida que nosotros estábamos en otro mood, estábamos de joda tipo viaje de egresados y ella se prendió enseguida porque le gusta la joda más que a nadie.
-Recién decías que no sabías si volver... ¿Por qué te fuiste de la tele después de Polémica en el bar?
-Porque sentí que ya estaba. A mí me gusta la televisión como este programa. Los grandes shows me encantan y estaba muy difícil. Me cansé de estar en todo, todo el tiempo. Cuando pintó el cambio de meterme en los negocios con mi esposa, me pareció muy entretenido. Otra cosa, otra gente, otra industria, otra dinámica, otra exposición. Estuve muy sobreexpuesto muchos años, muchos años con la cara pegada en la pantalla. En un momento hacíamos dos programas diarios de actualidad.
-¿Pero trabajaste para llegar a ese momento de decir: “Bueno, acá bajo la persiana”?
-Sí, es muy difícil, pero bueno, me fue muy bien y pude hacer todo como para no trabajar o trabajar de lo que se me cante un rato. Y no extrañaba aparte. Cuando extrañé, lo llamé. Me pasa lo mismo con el teatro. Yo iba a ver comedias y decía: “con lo que a mí me gusta hacer comedia, ¿cómo no estoy haciendo teatro? Y al toque me llamó el Chato y me dice: “¿Hacemos una compañía? ¿Hacemos una productora?” Y fui para adelante. Y ahora vamos a hacer en Mar del Plata una cosa que está buenísima.
-¿Hace cuánto que no hacés temporada?
-Diez años exactos. Vuelvo con una comedia, con Sergio Marcos (para mí uno de los mejores autores de comedia), con el “Bicho” Gómez, Belén Francese, con Imanol Rodríguez (que es como un hijo para mí porque es amigo de mi hija), con las mellizas Lattanzio de GH y con Brenda (Di Aloy), la hija de Yuyito (que es muy dedicada, muy obsesiva con la letra). Y después le dije al Chato: “Rompamos el chanchito y vamos a buscar a Iván Ramírez (el imitador), que nos cobre lo que nos cobre”.
-Va haber dos Iúdicas entonces...
-Sí, va a haber dos Iúdicas, dos Lizzys, dos Betulares... Iván es un animal. Me encanta producirlo y que esté conmigo en el escenario.
-¿Qué pasó cuando le dijiste a Romina: “Me voy a hacer temporada”?
-”Nos vamos”, le dije. No sé cómo vamos a hacer con Pinamar (tienen un restaurante), pero bueno, nos vamos. Me encanta estar impecable para la noche así que hago muy poquita playa, pero morfar en Mar del Plata con los compañeros de otras compañías es un planazo. Va un montón de gente que adoramos. Todas las mejores amigas de Romina son de Mar de Plata, nuestros ahijados. Mis hijos están chochos. Y yo ahora quiero darle bola a las cosas que tengo ganas de hacer dentro del medio. Te voy a dar una primicia...
-A ver…
-Quiero sacar unos temas.
-¿Cantando y tocando?
-Sí, sí cantando y tocando. Tengo un estudio en mi casa y ya le estoy dando forma. Y hacer un unipersonal también.
-¿Y los temas los tenés?
-Tengo algunas letras, pero también quiero hacer unos covers raros. Quiero cantar uno con Luck Ra, otro con Migue Granados, quiero hacer algunas colaboraciones con Nachito Elizalde. Quiero hacer las cosas que me divierten.
Milei y los “amigos en común”
-Hace varios años estábamos juntos en un programa de televisión y nuestros panelistas eran Javier Milei (nuestro presidente actual) y Manuel Adornis (el vocero presidencial), ¿te imaginabas que ese hombre que entraba con su carpetita iba a ser presidente de la Nación?
- No, ni él tampoco se imaginaba, pero estaba tan convencido, iba tan al frente que cuando vos estás convencido, convencés. Aparte era una cosa nueva. Yo creo que el voto de los chicos fue muy entendible, que es donde él apuntó. “¿Quién nos trajo hasta acá? Pía y Mariano y ¿este? No, este nunca hizo nada. Vamos por este que es nuevo entonces”, dijeron muchos. Por lo menos eso es lo que pasó en mi casa. Y a Manuel sí lo veía. Manuel es un personaje extraordinario. Iván Ramírez lo hace a él y a Milei.
-Hay muchas chances que vayan a verlos al teatro porque Brenda es la hija de Yuyito...
-Llega a venir Yuyito con Javier y va a ser extraordinario. Puede ser muy gracioso porque Iván lo hace igual. Hay una parte en donde Brenda dice: “con papá, no” (risas).
-¿Te hablás hoy con él?
-Sí, hablamos. Tenemos muchos amigos en común. Toda la gente con la que él hacía las conferencias en México son íntimos amigos míos de cuando éramos chicos. Igual que Manuel Adornis. La verdad que con nosotros estuvo bárbaro. En Polémica ni que hablar, venían mucho. Y que ahora sean los que manejan la pelota...
-¿Cómo estás viendo esta Argentina?
-Y bueno, estamos en el proceso del cambio. Es otra matriz, es otra cosa que la gente estaba esperando. Le dio un voto de confianza muy grande porque ganó viniendo de afuera con dos partidos que estaban instaladísimos como el peronismo y el macrismo, el pibe entró y ganó. Entonces creo que tiene más crédito al ser nuevo. Si le va bien a él, atrás vamos todos nosotros. Los que piensan al revés es muy bravo porque querer que a alguien le vaya mal, atrás venimos todos.
-¿Te es difícil hablar de política en la tele?
-Sí, es difícil hablar de política cuando está todo tan polarizado. Yo quiero que a todos les vaya bien porque nos va bien a todos. Entonces es muy difícil poder tener sentido común y no embanderarte en la tele de hoy. Tenés que estar o de un lado o del otro, entonces es muy agotador. No debería haber tanto combate.
Un amor que pasó de todo
-Quiero hablar de Romina, esa mujer que te acompaña hace tantos años...
-Cuando estábamos de novios, yo tenía hijas chicas y era una condición sine qua non que se lleven bien. Si no pegaban onda, yo no iba a seguir con Romina un minuto. Y fue instantáneo. Yo la llevé un día al estudio de la Peluquería... y conectaron con ella inmediatamente. Me flasheó eso y me dejó muy tranquilo. Sabía que iba a estar todo bien y que ella iba a ocupar un lugar femenino en la vida de ellas importante. Ella no pensaba tener hijos. Era una chica muy independiente, laburaba 20 horas por día y fruto del amor vino Salvador. Y después vino Aldo, que lo adoptamos cuando tenía nueve años, casi diez. Siempre apostamos a la familia, al hogar. Pasamos muchas cosas muy terribles. Perdimos un embarazo, nos hicimos millonarios, nos fundimos. Pasamos realmente por un montón de cosas y en los momentos más difíciles es cuando vos te das cuenta que lo que armaste tiene unos cimientos fuertes. Es un amor muy genuino de acompañarnos, de luchar porque el otro se realice, de que el hogar sea el lugar donde uno vaya a refugiarse y no que abra la puerta y sea otra guerra. Y mira que son muchos años y tuvimos momentos de peleas y de ir y venir.
-¿Nunca se separaron en estos 22 años?
-No, no, nunca. Yo nunca dormí fuera de mi casa. En alguna discusión por ahí me iba a otro cuarto o me quedaba en el living, cara de culo una semana, pero nunca me fui.
-¿No son de cuartos separados?
-Nooo, me muero. A mí me gusta que esté ahí. Soy muy chapado a la antigua. Pero bueno, ahora de grande tenemos el baño con dos bachas, cada uno su ducha y su lugar con sus cosas. Pasamos por muchas cosas y trabajamos mucho el tema de la pareja cada uno en su terapia porque ahora viene un momento donde los chicos ya se van y nos quedamos solos otra vez. Y vamos a pasar el resto de nuestras vidas los dos solos y es un temón.
-Por otro lado, siempre fuiste muy agradecido..
-Y pero… ¿cómo no voy a agradecer? Yo podría haberme muerto, yo podría haber estado en mil cromañones y les toco a los chicos esos. Yo me podría haber muerto 500 veces en cualquier recital en Cemento, que era mil veces peor que Cromañón. Mis hijos llegan a hacer un 10% de lo que yo hacía y me muero de un infarto. Que la vida me dé una esposa como la que tengo: buena, trabajadora, compañera, realizada, brillante, talentosa. Tenemos trabajo, los chicos están sanos, están en sus carreras haciendo lo que les gusta, entonces la vida ha sido muy dura, pero muy generosa con nosotros. Dios tenía preparado algo para nosotros enorme y era esto: esta familia que es maravillosa y es la que nos sana a todos.
-Además de agradecido, sos muy coqueto, ¿Seguís igual?
-Sí, voy con el neceser a todos lados (risas).
-¿Qué llevás?
-Un cepillo especial para el pelo, un polvito que te da color, un pequeño spray, un cepillo de dientes, dentífrico, el enjuague bucal, el perfume (uso siempre el mismo desde el año 2009), desodorante, un cortador de uñas, rímel transparente para cuando voy a la tele y toallitas desmaquillantes.
-¿Cuánto tardás hoy en hacerte el jopo?
-40 minutos, en 40 estoy hecho (risas). Joaquín Galán me enseñó a hacerlo. Me dijo: “Cuando estés de viaje, sí tenés un show sacás el secador de pelo (me hizo comprar uno especial chiquitito) y hacés así… Así que ahora me lo hago solo.
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