Yanina Screpante estrena título de soltera: "Ahora estoy ocupándome de mi"

Fue un año de cambios, pero creo que todo fue para mejor", sostiene Yanina Screpante (35) al hacer un balance de su 2018. Luego de ocho años de noviazgo con Ezequiel "Pocho" Lavezzi (33), la modelo y ahora diseñadora de interiores volvió a estar soltera, regresó a Argentina y centra su energía en crecer profesionalmente. Casi como un ritual de los últimos tiempos, recibió el Año Nuevo en Punta del Este con amigos y allí posó para ¡Hola! Argentina.

Ya no teníamos proyectos como pareja, no estábamos en la misma sintonía

–¿Cómo te encuentra 2019?

–Muy bien. Después de haber estado en China, volví a Europa, estuve mucho tiempo en Ibiza, viajé a París y a mediados de noviembre del año pasado volví a Buenos Aires y me instalé con todas mis cosas. Después, volé a Punta del Este para recibir 2019 en la casa de unos amigos.

–El "Pocho" también estuvo en Punta del Este, ¿se vieron?

–Sí, nos cruzamos en varias oportunidades porque tenemos muchos amigos en común. Después de tanto tiempo juntos, los novios de mis amigas se hicieron amigos de él, entonces durante las vacaciones nos vimos y compartimos asados. No tengo ningún problema con él, tenemos muy buena onda. No somos amigos, pero quedamos con una buena relación después de separarnos.

–¿Esta separación es definitiva?

–En los ocho años que estuvimos juntos, tuvimos una sola crisis en la que nos separamos tres meses. Creo que esta separación era necesaria porque no teníamos proyectos como pareja, no estábamos en la misma sintonía. Por eso, lo mejor fue separarnos. Tendrían que pasar un montón de cosas para que nos arreglemos, pero tal vez el día de mañana, puede ser. Por ahora no creo que haya reconciliación.

–Después de ocho años de estar en pareja, ¿cómo te llevás con la soltería?

–Bien, porque me estoy ocupando de mí. En un punto, antes estuve ocupada en acompañar al otro. Postergué mi carrera de diseñadora de interiores, de modelo, todo por acompañarlo y adaptarme a su vida en cada país al que iba a jugar. Éramos muy unidos, estábamos todo el tiempo juntos y eso me condicionó en mis proyectos personales. De algún modo era como que trabajaba para mi novio porque le organizaba sus propiedades, me ocupaba de los arquitectos… Era yo la que manejaba todo eso, parece poco, pero era mucho.

–¿Te arrepentís de algo?

–No, lo hice porque era lo que sentía en ese momento. Vivir en muchos países me sirvió para llenarme de experiencias, aprendí idiomas, conocí nuevas culturas, lugares increíbles como Nápoles y China. Lo volvería a hacer con él o con quien sea. Pero me encantaría, si lo puedo planear de otra manera, acompañar a mi pareja y también hacer cosas para mí.

–¿Cómo vivís tu regreso a la Argentina?

–No me tenía mucha fe. [Se ríe]. Soy cero arraigada a mi país, soy más nómade, pero volví en un momento lindo del año, el buen clima acompaña, y estoy entusiasmada en poder centrar las energías en mi trabajo. Nunca antes le había puesto fichas a expandirme en mi carrera. Ahora tengo en mente algunos proyectos, como comprar un departamento, reciclarlo y venderlo. En principio, voy a ayudar a una amiga a construir su casa, desde la dirección de obra hasta la decoración. Estoy analizando las propuestas que me llegan. Me ofrecieron algo de tele, pero no hay nada cerrado. Ya estoy instalada en Argentina así que estoy segura de que van a surgir cosas nuevas y buenas.

–¿Te gustaría volver a enamorarte?

–Todavía no tengo ganas, estoy ocupándome de mi familia y mis amistades. Al estar en pareja quieras o no, siempre pensás de a dos y ahora tengo la oportunidad de pensar sólo en mí, en qué quiero hacer y cuándo quiero hacerlo. No me gusta la soledad, pero sí manejar mis tiempos sin tener que darle explicaciones a nadie.

–¿Soñás con casarte y formar tu propia familia?

–En un futuro, obvio que me encantaría. Soy una mujer sensible y romántica y me gustaría casarme y formar una familia. Pero ahora sólo busco afianzarme como diseñadora de interiores y como modelo.

En los ocho años que estuvimos juntos, tuvimos una sola crisis en la que nos separamos tres meses. Esta separación era necesaria y no creo que haya reconciliación