Con la brocha en la mano repleta de pintura amarilla, Santino (1 año y seis meses) juega a repasar la casita de madera que hay en el jardín del hogar familiar, ubicado en el barrio El Golf, de Nordelta. Sus padres, Tomás Costantini (36) y Micaela Dalla Libera (26), disfrutan de verlo en acción. Para el menor de los Costantini Correa Ávila los fantasmas del pasado quedaron atrás: ni el divorcio con Lorena Ceriscioli (once años atrás) o las mediáticas peleas con Jimena Campisi –la madre de Milo, su hijo de 5 años– opacan su buen presente. Hoy Tomás dice que tiene el foco en su familia y el trabajo [es Director de Innovación y Tecnología en Consultatio, la compañía de su padre, Eduardo].
–Cuando se conocieron, Tomás tenía un perfil muy mediático. ¿Cómo fue esa primera etapa para vos, Micaela?
–Nos vimos por primera vez en una fiesta. Yo había ido con una amiga y vino una mesera a decirnos que había unos chicos que querían invitarnos a tomar algo. Tomi empezó a hablar con mi amiga y yo después bailé con él. Cuando nos fuimos mi amiga me dijo: "¿Sabés quién era?". Yo no tenía ni idea, vivo en una nube, soy cero chimentos. Con el tiempo me fui enterando de su etapa conflictiva. Para mí, pasó de ser un chico normal a tener mil líos: divorciado, en conflicto con la mamá de su hijo. Yo tenía 23 años y quería una vida tranquila. Por suerte, desde que estamos juntos, empezó a bajar su exposición, pero sigo enterándome hasta hoy de cosas de su pasado. Hace poco supe que había estado con algunas famosas. [Se ríe]. ¡Nuestro pasado, mejor pisado!
–Además, ya están casados y tienen un hijo.
Micaela: Sí, un hijo y el segundo que viene en camino. A Santino lo deseamos un montón. De hecho, fueron como seis meses de búsqueda. Y a este también, pero no creí que iba a quedar embarazada tan rápido. Me gusta mucho que sean seguidos. Mis hermanos y yo nos llevamos pocos años y tenemos un muy buen vínculo.
Tomás: Mica está embarazada de nueve semanas y el parto está previsto para el 22 de mayo. Yo también quería que sean hermanos seguidos, cercanos. Milo quedó más lejos, pero está todo el día detrás de Santino cuidándolo.
–¿Cómo se enteraron de esta feliz noticia?
Tomás: Por Frida, una de nuestros perros bullmastiff.
Micaela: Días antes del casamiento yo estaba en la cama, con la perra, que creíamos que estaba preñada –después supimos que era una cuestión psicológica– y se me pegaba demasiado. Eso me dio sospecha. Y Tomi ya me había dicho que me hiciera un test. Él todos los meses compra tests. Si fuese por él tendríamos veinte hijos. Al toque, dio positivo. No lo podía creer. A las tres horas, me volví a hacer otro porque no lo creía, dicen que cuando estás nerviosa es más difícil quedar embarazada y con el casamiento, yo estaba muy estresada.
–¿Van a seguir agrandando la familia?
Tomás: A mí me gustaría tener cuatro hijos. Los Costantini somos una familia numerosa y lo que uno ve en su casa de chico es lo que replica de grande. Nosotros somos siete hermanos y Mica, cuatro. Pero a la vez tenemos que ir de a poco porque a este ritmo vamos a ser los Ingalls. [Se ríe].
Micaela: Yo quisiera tres. Ahora me gustaría tener una "mini yo", aunque tengo en la mente que va a ser otro varón.
–¿Cómo se definirían como padres?
Tomás: Me di cuenta de que cada hijo es distinto. Con Milo, como es más grande, la relación ya va por otro lado. Con Santino, es más emocional, todavía es chico y me comunico de otra manera. Es muy cariñoso, bastante inquieto y no lo podemos sacar de la cama.
Micaela: Yo soy muy relajada. Intento que Santino la pase bien y sea un ser libre para que no tenga inseguridades ni miedos. Quizás esto viene de cómo me educaron a mí. Mis papás [es una de los cuatro hijos del futbolista Marcelo "Loco" Dalla Libera] me decían "Hacé lo que quieras, jugá como quieras, manchate, disfrutá".
–La semana pasada, Jimena Campisi denunció que Tomás no paga la cuota alimentaria de Milo desde hace años. ¿Qué tienen para decir al respecto?
Tomás: [Se queda callado].
Micaela: Jimena y Tomi firmaron un acuerdo hace años que dice que no pueden hablar absolutamente de nada. Y él quiere mantenerlo así. Lo único que yo te puedo decir es que es un divague el reclamo. Por suerte existe la Justicia, que ya se está encargando de todo.
–¿Creen que influyó que Tomás reapareciera en los medios a raíz de su boda?
Micaela: Posiblemente.
–¿Por qué decidieron casarse ahora?
Tomás: Con Mica ya éramos una familia y con el casamiento celebramos nuestro amor junto a la gente que queremos. Nos casó un primo mío y queríamos que pudieran hablar todos: el papá de Mica, el mío, su hermana, mi mamá y así recibimos el cariño de los que nos rodean. Papá nos abrió su casa en un gesto muy generoso de su parte. Después vino la fiesta, que fue tremenda. Yo quiero consolidar la familia y cerrar el círculo, con un ecosistema sano para todos. Ese es mi sueño.
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