Marina Glezer, Marilina Bertoldi, Naomi Preizler y otras artistas explican por qué el Día Internacional de la Mujer volvió a ser una jornada de lucha
Pañuelos verdes, remeras de Ni Una Menos, tetas al aire, tetas con frases en violeta, cantos más fuertes que una cancha, más entonados, contra el patriarcado, contra la Iglesia, contra el macho; este 8 de marzo se va a llenar la calle de mujeres, lesbianas, trans y travestis. Como en más de 50 países del mundo, en Buenos Aires (de Plaza de Mayo al Congreso) y en todas las ciudades argentinas se marchará por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. La movilización llega en la misma semana donde se presentó por séptima vez el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo, con récord de 71 firmas y con la intención oficial de dar el debate legislativo, y mientras las denuncias de abusos a hombres poderosos no paran de aparecer. Acá, seis mujeres hablan de los motivos por los que lo que era un día de flores, bombones y detalles superficiales se transformó en una jornada de lucha.
Marina Glezer, actriz y directora
Las actrices paramos porque sin aborto legal, seguro y gratuito no hay #NiUnaMenos. Necesitamos equipararnos en término de derechos. Es importante que las mujeres nos defendamos entre nosotras frente a la violencia de género, frente a la persuasión masculina que nos desclasa, nos margina, solo por el hecho de cuestionar, de no permitir determinados abusos y violencias. El cambio de paradigma se está dando por la eterna militancia, ardua y dura, de muchas mujeres. El aborto legal, seguro y gratuito tiene que estar legislado porque tenemos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Una actriz tiene el enorme compromiso social de la voz pública, de crear conciencia y de llegar a grandes masas de personas, de hacer pensar a través del arte. Es espeluznante la disparidad de género en todas las áreas de la cultura. Como actrices tenemos que pelear por los roles de dirección para contar nuestras historias. Una mujer no sólo tiene que ser linda en términos de moda para actuar. Que nos den el espacio. No por ultranza o por ultrafeminismo, sino por el hecho de que nuestro género está minimizado, vapuleado, y desvalorizado en un montón de aspectos.
*En NÜn Teatro dirige Salón de belleza, los viernes a las 21 hasta el 6 de abril.
Marilina Bertoldi, música
A mí me gusta hablar del cupo femenino porque me afecta, en un momento estuve del otro lado y no lo entendía. Las cifras son lo más objetivo: se hizo un relevamiento de la participación de mujeres en los festivales y Argentina fue uno de los países que salió más abajo, tenemos un 10% de presencia femenina o mixto versus un 90% masculino. En Estados Unidos es un 33%, lo cual demuestra que es algo global. Esto lo puede entender más una mujer, a veces los hombres no logran hacerlo. Muchas veces nos hacen festivales aparte de chicas, pero lo importante es que se nos integre en los festivales normales porque no somos algo raro. Estamos condicionados a pensar que lo raro, lo que salta a la luz o llama la atención no es el hombre, pero sí la mujer en la música. Muchas críticas que nos hacen a las pocas que ocupamos un rol en la industria es que, si nosotras tenemos un espacio, es porque todas lo pueden tener. Cada mujer que ocupa un lugar es porque tuvo un contexto donde sí la apoyaron o no, pero no le importó, y logró destacarse del resto y no debería ser así, porque el hombre puede ser normal, pésimo o extraordinario e igual tiene un lugar garantizado en la escena. Los productores de shows tienen que abrir los ojos y convocar a músicas porque es muy importante para naturalizar la idea de que una mujer puede estar en cualquier lugar, incluso arriba del escenario.
* Su último disco es Sexo con modelos y su próximo show es en Lollapalooza.
Naomi Preizler, música
Al sacar sus cosas al público, siendo honesta, en mi música, en mis discursos y mis posteos en las redes, creo que hago que el otro conozca otra forma de pensar. A veces una no se da cuenta que estuvo sometida a violencia de género porque estás muy acostumbrada a la cultura machista, pero cuando escuchás que a otra le pasó y lo cuenta, ahí se produce algo y se genera esa cadena de “a mí también me pasó”, que me parece muy importante para concientizar, tanto a los hombres como a las mujeres. En cada marcha va más gente, más mujeres, hombres, trans, travestis, y cada vez más personas están tomando conciencia. Una de las razones por las que voy es porque me hacen bien, es una de las causas que más me representa. Si bien soy mujer y las mujeres somos el 50% de la población, somos una minoría como concepto. Y participar me hace sentir cercana a todas ellas. Es una marcha de unidad y hermandad. Mientras más personas en la calle estemos más poderosas somos.
* Su último disco es Strass.
"En cada marcha va más gente, cada vez más personas están tomando conciencia", asegura Naomi Preizler.
Selva Almada, escritora
Es difícil no sentirse interpelada por todos los reclamos. Me interesa particularmente la idea del Paro de Mujeres en cuanto somos trabajadoras y en el contexto actual de nuestro país las trabajadoras más precarizadas por el ajuste laboral. Creo que este año la marcha también tendrá ese signo. Y la fuerza renovada que toman las luchas de siempre: la despenalización del aborto será una de las grandes banderas, al menos para mí. La posibilidad de que finalmente se transforme en ley; el hecho de que este debate que lleva años y que hemos propulsado siempre las mujeres hoy sea un tema o esté en la agenda diaria de los medios, creo que también demuestra que las marchas de todos estos años, cada vez más concurridas, no son en vano. El estado tiene un papel fundamental y no puede seguir mirando para otro lado. Penalizar el aborto es violencia de género y las mujeres que mueren por abortos mal hechos son las muertas del estado. Los femicidios y los travesticidios: también marcho bajo esa bandera. Creo que ya no alcanza con visibilizar el problema, ahora se trata de desmontar ese aparato machista que asesina mujeres, lesbianas, travestis y trans y que muchas veces está amparado por el estado o es parte de él (no olvidemos que las travestis y trans en un gran número de casos son asesinadas por la fuerza policial). Y a la consigna de aborto legal, seguro y gratuito yo le agregaría “libre”. Creo que todavía hay muchos prejuicios y tabúes sobre la decisión de abortar que no tiene que ver solamente con la prohibición. Me gustaría que además de abortar en condiciones seguras, podamos hacerlo con libertad.
* Su último libro lo editó Literatura Random House y es el ensayo El mono en el remolino: Notas del rodaje de Zama de Lucrecia Martel.
María Luque, dibujante
Estos días estuve pensando lo reciente que es todo y el impacto que tuvo en nuestra sociedad las últimas movilizaciones. Si las marchas de #NiUnaMenos tienen tres años, es todo súper reciente y los cambios que veo en mí y en otras mujeres son enormes. Hay un montón de cosas que hace años eran impensables, como que se trate en el Congreso el aborto, pero también veo diferente cómo se puede hablar de este tipo de cosas con personas más grandes, pienso en mi familia o señoras mayores, con las cuales antes no podía hablar de estos temas o que no sentía la comodidad de hablarlo por cuestión de religión o prejuicios, ahora se puede hablar con mayor naturalidad. Me parece impresionante ver estos cambios en vivo. De todas maneras, sé que hay mucho que aún tenemos que modificar y aprender, todas. En cuanto al trabajo de las mujeres en el dibujo también cambió mucho en el último tiempo. Ahora este sábado es la segunda edición del festival Vamos las Pibas, cuando fui el año pasado me quedé maravillada de ver la cantidad de chicas que están dibujando. Cuando empecé a hacer historietas hace no muchos años la lista de referentes mujeres era cuatro o cinco y ahí terminaba, ahora hay una cantidad gigante de chicas haciendo cosas porque también hay más gente interesada en conocer sus historias. Ese prejuicio de que la historieta era un mundo de hombres está completamente derribado.
*Su último libro es Casa transparente, editado por Sexto Piso, con el que ganó el Premio de Novela Gráfica Ciudades Iberoamericanas.
Fiorella Sargenti, periodista
Una de las cosas que más me movilizan y me interpelan personalmente, por laburo y por mi vida, es lo que tiene que ver con los estereotipos de género y el espacio que se le da a las chicas en los medios, las formas de tratarlas y la representación en la ficción. Lo que más me moviliza es pensar en las nenas y los nenes que vienen, que están creciendo de manera más libre, fuera de la cultura binaria heteronormativa que afecta a todo el mundo, que delimita qué es ser hombre y qué es ser mujer. En mi trabajo, cuando hablo de series, de películas, de cultura pop, intento rescatar lo importante que es la representación de mujeres y hombres que se corren de los estereotipos clásicos haciendo cosas maravillosas. Cuando yo era chica había miles de héroes y había una sola heroína, She-Ra, con espada y fuerza, y todas nos peleábamos por usarla, y si no era eso tenías que jugar a elegir ropita y pavadas. Aún hoy a muchos hombres les cuesta, les asusta que una cuestione sus privilegios. Una se choca con discursos como “no es para tanto”, pero es porque nunca les pasó no haberse sentido representado jamás con la figura heroica de una película. Yo trabajo en radio hace 8 años, que es un ambiente muy varonero, que está cambiando, pero cuesta un montón, aun en los lugares más progresistas cuesta mucho, aun en el oyente.
* Es editora de la revista La Cosa Cine, columnista en Basta de todo (Metro) y podcastera en Posta.
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