Los chicos celebran los cien años de la radio
Los chicos recrean los tiempos de la primera emisión radial, hace cien años. De los archivos de la radio sacan publicidades de época, de indagaciones con sus abuelos bucean en las costumbres de décadas pasadas, en las que la escucha tenía mayor espacio para generar imágenes en la fantasía. Presentan fragmentos de Parsifal, la ópera wagneriana que inauguró las transmisiones, explicando algo de su trama con aires de cuento medieval. Son los pequeños periodistas de Clásicos Desatados, el programa que conduce Jéssica Fainsod por Nacional Clásica (FM 96,7, sábados, a las 11, repite miércoles, a las 12).
Este fin de semana celebraron, en sintonía con todo el dial, el aniversario secular de la radio, transportándose a 1920. En otras emisiones tocan la realidad más actual, con reportes sobre la pandemia desde Australia, México, Suiza o Miami, siempre desde la voz y la mirada infantil, de niños-corresponsales radicados en diversas latitudes del mundo. O navegan entre los colores que puede sugerir la música, emitiendo Acuarela, de Toquinho. Le preguntan al régisseur Marcelo Lombardero sobre su propia infancia, descubriendo secretos de su cuna musical.
"Cada programa es como un cuento, un rompecabezas que se arma a partir de una temática que lo aúna", dice Fainsod. Solo los primeros programas pudieron salir en vivo desde los estudios de la radio. La llegada de la pandemia con la cuarentena dio vuelta todos los esquemas. "Son 50 o 60 audios por programa", explica Fainsod. Para generar los contenidos de cada emisión se reúnen los chicos en grupos de cinco o seis vía Zoom con la conductora. El punto de partida son los talleres de periodismo Cordones Desatados, que coordina Jéssica Fainsod desde hace varios años. En su adaptación a los tiempos digitales se produce un ida y vuelta de ideas del que surge el tema de la semana y las tareas periodísticas a realizar.
"Miro a través de sus ojos, descubro con ellos ese universo que ven y después enhebro las historias. El espíritu es jugar a... en este caso a ser periodista, a hacer un programa de radio", explica Fainsod el proceso. "Quizá con la pandemia la radio haya vuelto a entrar en los hogares como una ventana donde escuchar otros sonidos, que te permitan imaginar otras pinturas, otros paisajes. Unos padres me decían por mail que recrearon con su hijo la situación de sentarse alrededor de la radio, le contaron lo que significaba eso para otra generación y el niño se copó para sumarse. En este momento en que hay un exceso de imagen, la radio te capta desde otro lado, como cuando leés un libro", dice Fainsod.
Esa es la ventana que intenta abrir Clásicos Desatados. No corren ya los tiempos de programas como Tarzán, con Oscar Rovito como el hijo del héroe de la selva, o Sandokán y los tigrecitos de la Malasia, que escuchaban los pibes de los años '40 y '50. En las últimas décadas apenas asomó al dial en los '80 A parar la oreja, un excelente programa sobre la música de los chicos conducido en la entonces Radio Municipal por María Teresa Corral, y en los últimos años Los limpiaorejas, que conduce Daniel Viola en Radio El Mundo (domingos a las 14).
Clásicos Desatados se estructura a través de una serie de secciones, una de cazadores literarios con libros recomendados, una de chistes malos, una de juegos vintage, otra de recetas... Y las constantes referencias musicales: intérpretes de orquestas infanto-juveniles presentan el sonido de sus respectivos instrumentos y explican cómo ensayan actualmente por Zoom, los chicos del Coro de Niños del Colón cantan y cuentan anécdotas, se escuchan fragmentos de obras de grandes compositores con una contextualización de época y estilo.
Andrea Merenzon, la directora de Nacional Clásica, convocó a comienzos de año a Fainsod para armar el programa con el concepto de crear nuevas audiencias para la música clásica. "Cuando llegamos a la radio prácticamente no había nada para niños y jóvenes, es muy fuerte eso", dice Merenzon, preocupada desde siempre por la escasez de opciones que acerque a las nuevas generaciones a la música clásica. En ella no es un enunciado teórico. Desde hace una década organiza la movida de orquestas infanto-juveniles que culmina anualmente en el encuentro internacional Iguazú Sinfónico, donde se reúnen centenares de chicos y jóvenes a sumar su música a la de las aves de la selva misionera.
"Faltan ofertas accesibles en la escuela pública, los conciertos didácticos son escasos y su formato no está actualizado. Hace falta cultivar el gusto, el placer por la música no comercial, que sabemos que mejora la calidad de vida de los chicos y sus capacidades cognitivas", dice Merenzon. Planes de organizar visitas de chicos a la radio, para que escuchen a otros chicos que tocan en orquestas, para que formen comunidad de intereses en torno a la música, quedaron pendientes por el coronavirus.
Por el momento se concentra la búsqueda de nuevas audiencias en el programa de Fainsod, en algunas emisiones especiales como para el Día de las Infancias, y, apelando a los adolescentes, en la búsqueda de las relaciones existentes entre la música popular y la clásica de los programas de Marina Calzado Linage (Bombos y Platillos, domingos a las 13) y de Luciano Grinberg (Sonido Consentido, jueves a las 22), en este último caso analizando también la música generada por algoritmos de inteligencia artificial. Todos los demás programas se sumarán en breve con su participación en un concurso para chicos, convocados a identificar, por ejemplo, qué instrumentos sonaron o qué compositor fue mencionado. Una forma más de acercar la oreja de los chicos a la música clásica.
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