Recordar el encanto irresistible de Hollywood
Siempre nos quejamos de que Hollywood se repite a sí mismo, produciendo secuela tras secuela y relanzando lo que llaman "franquicias". Misión: imposible-Nación secreta es la quinta entrega de una franquicia basada en una serie de televisión y, sin embargo, al tomar lo mejor de la tradición del cine norteamericano, nos recuerda por qué éste se convirtió en el entretenimiento más popular en el mundo. Para empezar tiene como protagonista a Tom Cruise, una verdadera estrella de cine, secundado por Jeremy Renner, Ving Rhames y Simon Pegg, cada uno perfecto en su papel (especialmente este último, que escapa al destino de ser sólo el tipo gracioso). También hay una espía lindísima, que no es una estereotipada chica Bond. El personaje de Rebecca Ferguson es complejo, está a la altura del de Cruise y, sobre todo, sabe cuándo conviene sacarse los tacos altos. Este elenco perfecto, que también incluye al gran Alec Baldwin, se combina con un guión y puesta en escena impecables, a cargo de Christopher McQuarrie, que con Jack Reacher ya había demostrado su talento para hacer un buen film de acción. La película tiene una historia con personajes interesantes; extravagantes escenas de acción que se entienden y mucho más trabajo con el cuerpo que imágenes creadas por computadora. Así nos atrapa desde el primer minuto; nos tiene en el borde del asiento y con una sonrisa en la cara. Es una de esas grandes películas de Hollywood, en el mejor sentido posible.