"Ruckauf es un ignorante"

"Considero un poco ignorante decir algo antes de ver mi film. No estoy de acuerdo con este tipo de opiniones, porque lo más importante de la democracia es la libertad. No puedo aceptar desde mi posición de artista que el vicepresidente haya calificado mi obra como un agravio y una ofensa a la figura de Eva Perón".

En su primer encuentro con la prensa en Buenos Aires, el realizador de "Evita", Alan Parker, fue contundente ayer al mediodía al referirse a una declaración hecha por el vicepresidente de la Nación, Carlos Ruckauf, quien propuso un boicot a la proyección del film, sin verlo, por entender que es lesivo para la memoria de Eva Perón.

Añadió que está orgulloso de su producción y añadió: "Cuando "Evita" fue premiada con el Globo de Oro en los Estados Unidos, recibí una carta de felicitación del presidente Carlos Menem".

Parker habló de este y otros temas referidos al film, protagonizado por Madonna, Antonio Banderas y Jonathan Pryce, y que se estrenará pasado mañana en nuestro país, frente a un centenar de periodistas locales y extranjeros reunidos en el Salón Versailles del Alvear Palace Hotel.

Con veinte minutos de retraso respecto de la hora de la cita (las 11), el cineasta ocupó un pequeño estrado a cuyos costados se alzaban dos enormes display de la película. Con total tranquilidad, a la que Parker se apresuró a aclarar que "era aparente", el realizador se dispuso a responder a las preguntas de los periodistas.

Frente a un interrogante acerca de que se habían modificado en la versión cinematográfica algunas letras de la opera-rock original, Parker fue terminante: "La obra de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber sigue los lineamientos de la pieza ampliamente conocida en el mundo. Claro que hubo que adaptarla a un lenguaje cinematográfico y, por ello, se le hizo algunos retoques... Pero, en fin, es imposible complacer a todos".

Las comparaciones

-¿Qué opina acerca del film nacional que dirigió Juan Carlos Desanzo?

-Es un film menor, realizado para televisión. Además, no puede compararse con mi producción, que nace de una obra teatral conocida internacionalmente donde deben predominar la música, el canto y las imágenes.

Con absoluta calma y una sonrisa, Parker detuvo unos momentos su exposición para centrar su mirada en algunos periodistas que, a viva voz, emitían sus controvertidas opiniones que más de una vez recaían en lo político.

El ambiente fue bajando de tono. Parker aprovechó para expresar: "La película es lo que se ve en la pantalla y lo que fundamentalmente me importa es la opinión del público. Para elaborarla, leí infinidad de libros acerca de Eva Perón. Realizar el film fue algo muy grande y muy complicado. Para mí fue un verdadero desafío. En cuanto al trasfondo político, traté de complacer a todos, pero evidentemente esto es imposible".

Cuando se le preguntó si cuando la producción argentina fue presentada en los Estados Unidos para competir por una nominación al Oscar como mejor película había conocido a Esther Goris, su protagonista, Parker esbozó otra de sus breves sonrisas: "Si me la crucé, no me dí cuenta. Habrán sidos dos segundos, y yo ni sabía que era ella".

Ante otra pregunta, el cineasta reiteró estar muy orgulloso de su obra "a pesar de que ella no fue nominada al Oscar como mejor película, ni tampoco figuró en las nominaciones a mejor director o mejor actriz de la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood. A veces se gana y otras se pierde, y me siento contento por las cinco nominaciones menores que obtuvo mi película".

De inmediato, tuvo elogiosas palabras para el trabajo de Madonna "que -apuntó- se esmeró enormemente para crear su nada fácil personaje. La desventaja de elegirla a ella era que el ícono de Madonna se interpusiera con el de Evita. Creo que ésto no ocurrió".

Ya había transcurrido casi una hora de diálogo, y Parker quiso finalizar la reunión con una opinión que, se apresuró a decir, era muy personal: "Si debo hacer una autocrítica acerca de mi película, puedo asegurar que logré una buena recreación de la obra original. Pero somos mortales y, a veces, cometemos errores".

"Evita " se mira al espejo

Superproducción: los Botton Tap prepararon durante tres meses un show previsto en exclusividad para la avant premiére de la película.

Fueron sólo los siete minutos previos a la proyección de "Evita", en la avant premier del teatro Gran Rex que se realizó ayer. Siete minutos que le demandaron a los Botton Tap tres meses de ensayos, 150 trajes, 40 bailarines, 17 extras en escena y toda la carga de adrenalina que significa un estreno. Estreno que, claro, no tendrá continuidad porque "Evita en el espejo", su breve espectáculo, fue especialmente montado para una única vez. La de ayer.

Pero eso no es lo único llamativo de esta "superproducción", como le dicen ellos. En el escaso tiempo que dura la coreografía ideada y dirigida por el Botton Tap Aníbal Pachano, se resume la vida de Eva Perón, desde su llegada a Buenos Aires hasta su muerte. Y allí, con el tema de fondo "Buenos Aires"(de la banda de sonido de la película) una Evita encarnada por Ana Sans repasa la historia de la ex primera dama pasando por Agustín Magaldi, Juan Domingo Perón, los militares y los descamisados, para concluir con el requiem final.

Entre tanto despliegue de personas y escenografía se esconde además otro dato curioso: para representar la fuerza e influencia de Eva Perón, los Botton Tap personificaron a distintas Evitas entre el pueblo, entre los militares y entre los descamisados. El efecto entonces, es su cara multiplicada varias veces en el escenario. Es que, dieciocho mujeres, rubias y con rodete, trasladan a las distintas capas sociales la imagen de la mujer que más polémica despertó en su tiempo (y aparentemente en el nuestro también a juzgar por algunas reacciones adversas al film de Alan Parker).

Para ello convocaron a bailarines del Teatro Colón, del teatro Argentino de La Plata, a bailarines de jazz y de tango, además de 17 extras que se suman al espectáculo los últimos minutos, como parte del pueblo que participa del velorio de Evita. Y a eso falta sumarle la presencia de Sofía, la pequeña hija de Pachano y Sans, que cierra el espectáculo con una emotiva despedida.

La historia de un breve show

Lo cierto es que la idea de comenzar la proyección de ayer con un mini espéctaculo surgió hace tiempo, según contaron a La Nación, Laura Rama y Martín Iraola, ambos de Buena Vista (Disney). Exactamente el primer sábado de diciembre, cuando Diego Lerner, el presidente de la empresa (distribuidora de la película en Argentina), recibió el CD de la banda de sonido de "Evita" que le había enviado especialmente el director inglés, Alan Parker.

Ese mismo día, mientras escuchaba el tema "Buenos Aires" en su auto, imaginó el musical que debía abrir la avant premier, tal como se hace en los grandes estrenos en los Estados Unidos. Y después de una reunión con los directivos de la empresa, el proyecto apuntó directamente hacia el grupo de los Bottom Tap.

A esa altura, cuando la idea comenzó a germinar nadie había visto todavía el musical que interpreta Madonna. Y después, cuando la copia estaba disponible, Pachano y compañía decidieron no verlo. "Queríamos ver qué nos pasaba primero con la música de la ópera y con la historia de Eva Perón", contó Pachano a La Nación, el sábado último, durante un ensayo general en el Gran Rex.

A fines de diciembre entonces, los Botton presentaron la mini historia que se vio ayer. "Evita en el espejo es Eva y el reflejo que provocó en todos nosotros. Una mujer que, a pesar de haber muerto y haber sido despreciada, es hoy una moda universal, un hito en todo el mundo", dijo Pachano.

El sábado último, día de ensayo previo a la función de ayer, ya había empezado a correr el tiempo de descuento. "Es muy raro trabajar para una única vez, pero nos gustan los desafíos. Y esta única vez será como un estreno, que en definitiva es lo máximo de cualquier presentación", agregó Ana Sans mientras intentaba sacarse de la cabeza los restos de spray que la habían convertido en la rubia ex primera dama. Algo que volvió a hacer ayer lunes, unas horas antes de subirse al escenario del Gran Rex para contar, en escasos siete minutos, la historia más corta de Eva Perón.