Suspenden el ciclo del Colón
La decisión fue adoptada por las autoridades del teatro, a raíz de las medidas de fuerza dispuestas por los trabajadores
Las autoridades del Teatro Colón resolvieron ayer suspender su temporada. La drástica determinación, que contó con la conformidad de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, se debió "a los reiterados conflictos que se han venido sucediendo en el teatro y que causaron, en repetidas ocasiones, levantamiento de funciones, interrupciones de ensayos y dificultades en general en el normal desenvolvimiento de las actividades de este coliseo, con el consiguiente perjuicio para toda la comunidad", según informó un comunicado de prensa emitido ayer a media tarde.
Se trata del corolario de una súbita escalada en un conflicto de larga data y cuyo eje central es la situación de 299 trabajadores contratados, que revisten tareas de planta permanente desde hace años.
El martes último, la Comisión Intercuerpos -que agrupa a los diferentes trabajadores artísticos, técnicos y administrativos del Colón- le reclamó a Jorge Telerman, secretario de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, la inmediata efectivización de estos contratados, que deberían sumarse a una ya abultada planta de aproximadamente 1100 estables.
Dicha efectivización había sido aceptada por el gobierno porteño en uno de los catorce puntos del acta-acuerdo firmado en mayo de 1998(cuando Darío Lopérfido era secretario de Cultura). El problema es que las autoridades quieren cubrir las vacantes mediante concursos abiertos, en concordancia con la nueva ley de empleo de la ciudad. En cambio, la comisión rechazó la realización de concursos abiertos porque considera que los 299 contratados "ya han dado pruebas sobradas de su capacidad durante el tiempo en que tomaron parte de la actividad del teatro".
Los delegados argumentaron, además, que si no se los efectivizaba directamente, lo que iba a ocurrir es que quedarían en la calle porque sus contratos vencen a fin de año.
Por eso, el martes por la noche, el estreno de la nueva producción escénica de "Il trovatore" se atrasó media hora, por la realización de una asamblea general. El miércoles, los trabajadores cancelaron la función de la ópera de Verdi correspondiente al abono de la DAIA.
A partir de entonces, la controversia se agudizó hasta adquirir ribetes surrealistas.
La contraoferta realizada por las autoridades del Colón fue "el dictado de una norma para prorrogar los contratos y el llamado a concursos abiertos en el marco de la ley de empleo de la ciudad de Buenos Aires", según el comunicado de ayer.
Dicha oferta fue enviada por escrito a la Comisión Intercuerpos, pero sus integrantes niegan haber recibido nada, mientras se ponía en duda que se realizara la tercera función de "Il trovatore".
En una vuelta de tuerca insólita, cuando los trabajadores se enteraron de la decisión de levantar la temporada, resolvieron convocar a una asamblea con la intención de, ahora sí, cumplir con la función de anoche, algo que se discutía al cierre de esta edición y que significaría una virtual toma del teatro.
En diálogo telefónico con La Nación , Telerman explicó algunas de las razones por las que se llegó a la determinación de detener la actividad artística. "Se necesita restablecer las condiciones que permitan el normal desenvolvimiento de las actividades", dijo.
Telerman manifestó su desconcierto por la actitud tomada por la Comisión Intercuerpos. "Es un conflicto de años y por razones para mí incomprensibles ellos han producido esta escalada. Se trata de una situación absurda, puesto que no se entiende que no acepten realizar concursos abiertos."
Telerman remarcó que la decisión fue tomada en conjunto con Enrique Fazio, director adjunto del Teatro Colón, y que tuvo el visto bueno del jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
"Es absolutamente indispensable restablecer el principio de autoridad. Es una condición necesaria para poder pensar en lograr la transformación del teatro", insistió el funcionario. Asimismo, Telerman desmintió que la suspensión de la temporada se haga por un problema financiero del Teatro Colón. "Dicen que no hay plata, que queremos privatizar el teatro. La mejor demostración de que esto no es así se puede ver en el hecho de que el director artrístico, Sergio Renán, ya tiene preparada la temporada 2001 y están avanzando sobre la del 2002", argumentó Telerman para desmentir el sinnúmero de rumores que circularon durante toda la semana.
-¿Cómo se sale de esta situación?
-Con racionalidad. Lo que va a prevalecer es el sentido común, que creo que es algo queposee más del 90 % de la gente que trabaja en el Colón.
Desde el teatro Colón, fue Enrique Fazio quien salió a hacer declaraciones en la misma sintonía que Telerman, mientras que Sergio Renan, director artístico del teatro, se llamó a silencio y hasta el cierre de esta edición no respondió a la requisitoria periodística.
Telerman y Fazio insistieron en confirmar la oferta presentada a los trabajadores, tanto como la necesidad de lograr lo que definen como "el restablecimiento del sentido de autoridad".
Fazio sostuvo: "No estaban dadas las condiciones para garantizar el normal funcionamiento del teatro. Y hay una clara decisión y un mandato del del gobierno de la ciudad para reestablecer en forma indelegable el principio de autoridad".
Según Fazio, esta es la condición básica para pensar en "un proceso de transformación en el cual estamos empeñados, que abarca no solo la reforma edilicia y la renovación tecnológica de las infraestructyura escénica, sino también de la excelencia de los cuerpos estables.".
Teléfono descompuesto
Fazio negó la aseveración de la Comisión Intercuerpos en el sentido de que no les había llegado en forma oficial la oferta de renovar automáticamente los contratos de los 299 trabajadores involucrados en el epicentro del conflicto. "Concretamente, lo recibieron de dos maneras, primero verbalmente, a través de uno de los directores. Y luego fue una persona del teatro que se los entregó en mano y lo recibieron, sólo que se negaron a firmar nada", explicó.
Fazio insistió: "Les dimos garantías de que no se perdían sus puestos de trabajo, porque se renovarían los contratos hasta tanto se sustancien los concursos, como marca la ley". Como respuesta, Fazio dcie que "lo que querían era la incorporación inmediata y por decreto del jefe de gobierno, Aníbal Ibarra, de todos los contratados. En ese punto no hubo más negociación".
Las negociaciones parecen haber llegado a un punto muerto, sin embargo Fazio dejó abiertas algunas puertas. "No cerramos el Colón, solo suspendemos la temporada", explicó. "Nosotros seguimos adelante con la firme convición de que la oferta que les hemos hecho es justa".
Mientras tanto, los abonados del teatro deberán esperar hasta la semana próxima para saber si podrán disfrutar de los espectáculos para los que ya pagaron, o si por el contrario, deberán acercarse al Teatro para reclamar el dinero por las funciones caídas.
Antecedente histórico
El antecedente más remoto de este conflicto se registró en 1925, cuando se produjo lo que se llamó "la segunda fundación del Colón". Ese año, el teatro pasó de ser una sala de manejo independiente, que se arrendaba a diversas compañías, a ser una entidad municipal con cuerpos estables. Entonces era público que el teatro estaba manejado por la Asociación Wagneriana de Buenos Aires, al punto de que, el primer triunvirato administrativo del teatro, nombrado en 1925, se integró con Cirilo Grassi Díaz, Floro Ugarte y Carlos López Buchardo, tres notables de la institución. Ellos debieron afrontar el primer conflicto cuando dispusieron formar la Orquesta Estable del teatro. La Asociación del Profesorado Orquestal (APO), primera agrupación gremial de los músicos, pidió "concursos abiertos" para los postulantes, siempre que fueran miembros de la APO. El nuevo Colón sostuvo la necesidad de "concursos cerrados" para incorporar a quienes ya se conocían en el teatro. Esto es la inversión de las exigencias planteadas hoy entre los trabajadores y el teatro.