Tan Biónica: deuda saldada

Tan Biónica / Integrado por: Chano Moreno Charpentier, en voz; Bambi Moreno Charpentier, en bajo y coros; Diego Lichtenstein, en batería y percusión, y Sebastián Seoane en guitarra / El lunes, en el luna park / Nueva función: mañana, a las 21.

Nuestra Opinión: Muy Bueno

Con la anatomía del estadio transformada, la demora profundiza la espectacularidad de las condiciones que definen esta noche en el Luna Park. Es la primera noche de las cuatro que marcarán esta semana el regreso de Tan Biónica a los escenarios, demorado sólo media hora, pero demorado también un mes y medio debido al confuso accidente protagonizado por Chano Moreno Charpentier en la madrugada del miércoles 5 de agosto en el barrio de Núñez. Un episodio que no necesita ser aludido ni aclarado ahora, al menos no con palabras. Porque cuando las pantallas que rodean el tablado central muestran por primera vez la imagen del cantante pronunciando el conteo final hacia el comienzo de la presentación de Hola mundo, el último trabajo de la banda, las causas de esa espera dejan de importar, ante la certeza de que el ídolo se encuentra sano y salvo. Después de "Tus horas mágicas", Chano entrega su cuerpo a "Las cosas que pasan", acaso declarando una redención tácita: con la cabeza inclinada hacia el cielo, los brazos abiertos y extendidos en la misma dirección, gira sobre su eje con la velocidad y el dramatismo exagerados de una bailarina poseída o un director de orquesta absorto en la perfección de su obra. A Chano, ahí se nota, tampoco le importa nada más que este momento en el que las pruebas de su magnetismo y los efectos balsámicos de sus hits radiales se traducen en la emoción de miles de fanáticos que disfrutan de manera desprejuiciada.

En esta experiencia que decidieron llamar La vuelta al mundo 360, la banda que completan Bambi Moreno Charpentier, Sebastián Seoane y Diego Lichtenstein supera los límites de su despliegue visual: el escenario central se comunica a través de pasarelas con dos edificaciones de palcos privados mientras que los cuatro sectores del campo se dividen según los elementos de la naturaleza. El frente rota a medida que pasan los temas entre los dos laterales, mientras la batería acompaña con una plataforma giratoria; Chano, agotado pero dejando todo en cada entonación forzada, en cada salto, deambula por todas las esquinas y genera efímeras situaciones de intimidad con cada uno de sus compañeros: en "Mis noches de enero" le planta un pico a Seoane y el piberío biónico delira.

Los temas de sus últimos tres discos (alguno del disco debut, de 2007, como "La ensalada", en respuesta a un pedido del público) se suceden en un setlist basado en los golpes de efecto. Para reproducir el primer éxito masivo de la banda, "Ella" (de Obsesionario, 2010), un tándem de vientos se suma en una de las pasarelas; los bailarines disfrazados decoran la escena en momentos puntuales. Para el tramo más íntimo, Bambi se sienta solo en el piano para tocar y cantar "Pastillas del olvido" dejando lugar para que su hermano se le sume en "No me atreví a sugerirte que te mueras" y el único cover de la noche, "I Think Ur a Contra", de Vampire Weekend, supuestamente ensayado una sola vez.

La megalomanía sonora de los sintetizadores ajustados en un beat bailable genera el clima final, que llega con el mayor y más consistente estallido del público, siempre reactivo, agregando coros y aullidos. Un mix de pulso dubstep comandado por Diego Poso (DJ y colaborador, que también estuvo a cargo de la musicalización previa, con un listado de temas -de los Beatles y Talking Heads a The Killers- confeccionado junto a la banda) calienta el tramo hacia el fin. Un final bien ilustrativo de las influencias del consumo de las bandas de estadios más importantes del pop y el rock actuales (Coldplay, léase). Los certeros "Hola mi vida", "Ciudad mágica" y ya en los bises "La melodía de Dios", rodeados de la ambición de todos los componentes escénicos, vuelven a poner en evidencia el avance estético y sonoro en sintonía con las intenciones de conquista territorial, de estadios y oídos locales y extranjeros, que oculta el concepto de Hola mundo. Acá, en la Argentina y en América latina, la bandera ya está plantada. El resto del planeta espera.