Tangueros de fin de siglo
El Arranque, La Camorra, La Chicana y Cuarteto Almagro son ejemplos de una veintena de formaciones jóvenes de tango, que desde hace tiempo ganan espacio en los escenarios habituales del género. Si a esto se suman la salida del disco "La joven guardia del tango", que reúne a una selección de grupos noveles, y la apertura de espacios como La Trastienda o la Biblioteca Nacional, se presenta un nuevo panorama para un género revitalizado por esta camada de músicos.
"El tango estaba muerto y ahora esta más vivo. Parte de toda una nueva generación se pueden sentir más identificados con gente que es de su mismo palo que con los que actuaban en "Grandes Valores del Tango". De hecho, estamos acá y ahora somos muchos más", dispara Javier "Cardenal" Domínguez, cantante y líder del trío De Puro Grupo.
Los fantasmas del "Polaco" Goyeneche, Troilo y Rivero sobrevuelan el ambiente de un cafetín de principios de siglo en el que están reunidos Ignacio Varchausky (El Arranque), Acho Estol (La Chicana), Laura Casarino (ex Muñecas Bravas), Alfredo Rubin (Cuarteto Almagro) y Javier Domínguez (De Puro Grupo).
Los cinco interpretan al tango apoyados en diferentes visiones, mientras ensayan una hipótesis posible sobre el nacimiento de una nueva etapa de la que son protagonistas. La historia oficial de esta joven guardia del tango dice que surgió de los recitales organizados por la Biblioteca Nacional, aunque los memoriosos fijan el génesis a mediados de los ´90, en reductos under como el Parakultural, La Postango o Planeta Tango. "Eran lugares de encuentro donde descubrías a otros de tu misma edad y que les gustaba el tango. Ahí no te sentías un bicho raro. Siempre eran las veinte mismas caras que se desayunaban con Gobbi y Arolas y por la noche garabateaban sus primeros compases y sus primeras letras", recuerda "El Tape" Rubin, fundador del cuarteto donde compone, canta y toca el bajo eléctrico. Pero fue el año pasado cuando la respuesta masiva de público y la interesante oferta de propuestas, que asomaron en el ciclo, desembocó en este compilado de formaciones tangueras, editado por Melopea, que traza un caprichoso paralelo con aquella vieja guardia gloriosa representada en la figura de Angel Villoldo. "A pesar de la comparación, que es muy fuerte, me parece que es bueno este encasillamiento porque sirve para mostrar que está naciendo un movimiento -explica la cantante Laura Casarino-. Son muchos los jóvenes que están haciendo un esfuerzo enorme para producir esta vuelta al tango".
"El Tape", por su lado, apunta con cautela: "Este puede ser el punto de partida de un nuevo ciclo para nuestra música. Muchos venimos trabajando hace años y se está generando un entusiasmo. Pero todavía no inventamos nada, no impusimos ninguna armonía nueva, la letrística es embrionaria y no aportamos algo sustancioso a esta música".
Luciano Jungman, fueye creativo de La Camorra, grupo que va por su segundo disco editado de forma independiente, tiene su propia visión. "Creo que dentro de unos años nos vamos a dar cuenta de que algo hicimos. Chico o grande pero contribuimos. Los que estamos acá somos los grupos que nos seguimos viendo siempre en los lugares para jóvenes. Eso es importante, porque hay una persistencia de hacer algo a pesar de la falta de espacios y apoyo. Nos pasó con el establishment del tango que hace rato nos cerró las puertas. Cuando recién nos veían decían: que bien pibe que hacés tango . Pero cuando les llevás un tema o un arreglo propio no les interesa".
Una vanguardia con raíces en el pasado
Estos jóvenes músicos cumplieron con ritos particulares que de alguna manera formaron un decálogo general de este incipiente movimiento. El primer paso fue recuperar una memoria sonora fracturada por el olvido. Lo siguiente fue transmitirlo a un público perteneciente a otras tribus urbanas que empezaron a poblar las milongas para jóvenes. Y luego, diferenciarse tomando diferentes épocas del tango.
"No somos todos iguales, ni hay que generalizar. Cada uno busca un estilo y un repertorio propio. Hay diferentes propuestas algunas muy serias y otras no tanto. Nosotros creemos en el estudio profundo de esta música. No es fácil sonar como aquellas legendarias orquestas típicas, aunque ése es nuestro objetivo principal", aclara Ignacio Varchausky, contrabajista del septeto que acaba de sacar su interesante primer disco por el sello Vaivén.
Todos reconocen que el encuentro con el tango no fue fácil. "Hubo que rastrear partituras desaparecidas, rescatar arreglos en viejos discos de pastas", reconoce Acho Estol, guitarrista de La Chicana, que se presentará todos los jueves de agosto en el Club del Vino. El arreglador y compositor de este trío, que lanzó un CD ("Ayerhoyeramañana"), cuenta: "Había que recuperar esa esencia que está en el principio de todo, cuando el tango estaba marginado. Nos interesa toda la raíz negra y ese sonido primal del rock nuestro. Todo eso le da otro marco al tango y que encuentre su aire hoy".
El Tape Rubin interviene y pide la palabra. "Nosotros ahora tenemos que rastrear a los viejos que te batan como se toca el instrumento. Bucear en ese Buenos Aires que está como oculto y recién empieza a las nueve de la noche. Antes, era todo el día así con pibes en las esquinas inventando pasos de baile y lleno de lugares para tocar. Nosotros sólo recibimos el rebote de eso. Va a pasar un trecho largo hasta que podamos inventar nuestro sonido", ratifica el autor de los pocos tangos nuevos que se interpretan actualmente.
El Cardenal Domínguez tiene una imagen de otro tiempo. Tiradores, moño y una verba rea que contrasta con su juventud. Pero es el que define fielmente el pensamiento de todo este grupos de jóvenes que militan en el tango. "El denominador común entre todos es que cada uno tuvo que investigar para encontrarse con los distintos estilos del género. Siempre es una necesidad saber los ingredientes de una comida, para cocinarla con la onda de cada uno. Si no se pasa por ese proceso creativo te limitás a hacer un cover o una copia, y no es el caso de ninguno de nosotros. Estamos empecinados en escribir nuestra propia historia".
Para ver y oír
Los grupos que representan esta nueva movida tanguera serán los protagonistas de dos ciclos imperdibles: "Aguante el tango" y "La joven guardia del Tango". El primero será inaugurado por El Arranque, pasado mañana, a las 21, en La Trastienda, Balcarce 460, y seguirá todos los jueves de agosto y septiembre. Mientras que la Biblioteca Nacional reinicia, el viernes próximo, sus exitosos recitales con Pedro Chemes Cuarteto y El Carrotango, a las 20,30, como parte de una programación que se extenderá hasta fin de septiembre.
Definiciones bien porteñas
- El esquinazo: "Hacer tango es lo menos trabajoso si uno es músico. Es mucho más fácil emocionar, comunicar y expresarnos a través de un sonido que existe en nuestras esquinas desde hace cien años" (Acho Estol).
- Balada para un loco : "Cuando empecé con esto mis amigos me decían que estaba loco. Antes hacía un blues aporteñado, pero se me iba para el tango. Y acercarme a la milonga fue determinante, sentí que había encontrado mi lugar. Cambió mi vestimenta y mi manera de escuchar música. El tango me cambió la vida" (Alfredo Rubin "El Tape").
- Sur, paredón y después: "Elegí tocar tango porque me mueve cosas de mi historia personal. Es una música que tiene que ver con nuestra gente. Una combinación de mazurca, habanera, candombe y tango andaluz. Y nosotros somos una mezcla de todo eso" (Ignacio Varchausky).
- El porteñito: "Algunos quizá lo viven como una cuestión musical. A mí me mató la imagen del cantor, la manera de decir las cosas. Lo que se contaba era de esta raza de Buenos Aires y me encantó. Pero no es un camino fácil. Aunque algunos creen que nos metimos en esto porque estaba de moda. ¿Quién dijo que está de moda?¿Quién dijo que era redituable? " (Javier "Cardenal" Domínguez).
- Romance de barrio : "De adolescente el tango me daba vergüenza, a ningún pibe le gustaba. Pero creo que lo desacralizamos. Hay letras que te parten, y las escribieron tipos de nuestra edad hace 70 años". (Acho Estol)
- Soldán. Me acuerdo que era una tortura saber que mi viejo lo iba a ver todas las semanas. Siempre estaban los mismos muñecos que no hacían nada nuevo. Pero eso no te va a alejar de esta danza o esta música. Al contrario, te genera cierta rebeldía para querer cambiar esa imagen" (Javier "Cardenal" Domínguez).
- Va cayendo gente al baile: "Tuvimos que romper con muchos clisés. Como que el tango es una cosa de viejos y triste. O que la música instrumental es aburrida. Uno encuentra tangos divertidísimos. O vas a una milonga y te das cuenta de que es una fiesta" (Luciano Jungman).
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