Caturno, un lugar donde los desolados van en busca de amparo

Autor y director: Federico Buso. Intérpretes: Matías Broglia, Federico Buso, Martín Tecchi, Débora Zanolli. Vestuario: Ana Markarian, Teresa Morcillo. Escenografía: Rodrigo González Garillo. Iluminación: Sebastián Francia. Coreografía: Marisa Toboadela, Débora Zanolli. Sala: Espacio Callejón, Humahuaca 3759. Funciones: Jueves, a las 21. Duración: 70 minutos.

La acción de este nuevo texto de Federico Buso se desarrolla en un vivero ubicado en alguna ciudad dentro del territorio sanjuanino en el que, inesperadamente, puede aparecer La Pericana (una leyenda popular señala que los niños que salen a la hora de la siesta a la calle pueden ser capturados por una maligna mujer). La recurrencia a ese personaje se combina con el de una tía ausente, supuesta dueña del local, que extrañamente se ha instalado en Caturno, un lugar donde los sueños son posibles.

Dos hombres y una mujer trabajan en la pequeña empresa. Ellos realizan sus tareas cotidianas pero está claro que desean a esa intrusa que ha llegado de otra provincia y que en algún momento mantuvo una relación amorosa con uno de ellos. A este trío de desventurados se suma un hombre adinerado que también está interesado en la mujer.

A su manera los cuatro resultan seres desolados que intentan ocupar un lugar en un mundo en el que puedan concretar sus sueños sin necesidad de rivalizar entre ellos, ya sea por cuestiones meramente cotidianas o amorosas. La solución podría estar en llegar a Caturno pero La Pericana acecha y entonces provoca cierto temor. Los cuatro están como paralizados sin lograr tomar una decisión que modifique algo de sus vidas.

Buso construye cuatro personajes sólidos (bien interpretados por Matías Broglia, Martín Tecchi, Débora Zanolli y él mismo) que en escena se relacionan de manera muy intensa, por momentos. Pero en su intención por cruzar varios universos por fuera de la trama central, algo de la teatralidad se va esfumando y el espectador se va con más interrogantes que certezas.