Por una cabeza. Con espíritu bien porteño
Varios monólogos de Santiago Varela, conocido por su trabajo junto a Tato Bores, recuperados en un unipersonal de Raúl Rizzo
La identidad porteña, observada con guiños humorísticos y también críticos, es el eje central de una nueva producción que está presentándose en El Tinglado, Por una cabeza. Una serie de monólogos de Santiago Varela fueron recuperados por el director Gerardo La Regina, quien junto al actor Raúl Rizzo, encontró la forma de darle a esos textos un carácter más teatral. Y como el tango no puede estar ausente, el bandoneonista Bernardo Fingas aporta una fuerte impronta musical al proyecto.
Varela escribió estos monólogos en diferentes épocas. Este especialista en el tema (durante seis temporadas fue el autor por excelencia de Tato Bores) aclara que algunos tuvieron su origen en la gráfica, ya que fueron producidos para ser publicados. Y como están escritos en primera persona resulta muy fácil trasladarlos al escenario.
"Yo soy muy porteño -cuenta el autor-. Nací en Buenos Aires, siempre viví acá y me siento muy cómodo escribiendo en la cuerda de un porteño. Y Raúl construye un excelente porteño. La trama transcurre en una tanguería. Allí asoma la bohemia y la mística pero, inclusive, hay un tramo donde aparece, también, cierto espíritu crítico. Hoy esas tanguerías, en su mayoría, están destinadas a los turistas. Te recibe un paraguayo disfrazado de tanguero y los asistentes pretenden ver bailar el apache francés. Cuestiono esa cosa de plástico que se quiere vender."
Este nuevo trabajo le impone a Raúl Rizzo dos desafíos. El primero, hacer un unipersonal, un género en el que nunca había incursionado; el segundo, cantar. Y está fascinado con ambas posibilidades. "Encuentro que hay un vínculo diferente con el público, en el que hasta ahora nunca había reparado - explica el intérprete-. Los espectadores te retroalimentan y son unos cómplices maravillosos a la hora de construir el juego. Y eso es muy vital, fuerte."
Su personaje parece salido de un campo de ensoñación. El espíritu de un porteño que sigue aleteando por la ciudad y que obliga a repensar nuestra identidad. "Hoy, dada la celeridad con la que vivimos, no tenemos tiempo para encontrarnos en un café y hablar sobre la vida, como pasaba hace cincuenta años. Aquí lo que proponemos es: sentémonos un rato a charlar de lo que somos, de lo que nos pasó, porque el material también hace hincapié en hechos trascendentes de la historia reciente. Miremos esa historia, tomemos distancia. Esa es una virtud que, entre otras, tiene el teatro. Tomar distancia de la realidad y reflexionar sobre los que nos sucede y lo que somos. Algo muy importante, desde mi ser actor, es que me reencuentro con mi propio porteño", ejemplifica el creador.
Santiago Varela hoy prefiere mantenerse alejado de la televisión. Aunque sigue despuntado el vicio produciendo monólogos. Escribe fuera de los horarios de trabajo y aclara que, hasta cuando escribe un cuento, en esa escritura se impone el formato monólogo. "La televisión es hoy una picadora de carne -dice-. Trabajé en ella bastante tiempo y, por otro lado, hoy pensaría muchísimo antes de aceptar algo. La gente que hace televisión también hace cine, teatro. No tiene tiempo de estudiar. Es muy difícil que te respeten como guionista. Todo se resuelve con el teleprompter y la cucaracha."
"La televisión está muy histérica con el minuto a minuto -agrega Rizzo-. Fijate que es un invento maravilloso pero, muchas veces, está en manos de miserables."
Por eso también el actor está muy metido en el mundo del teatro. Está ensayando, además, dos espectáculos: Desde el jardín, una versión de la novela de Jerzy Kosinski, con dirección de Eduardo Lamoglia, que también se estrenará en El Tinglado, y El tao del sexo de Ignacio Apolo, junto a María José Gabin y con dirección del autor, en el Cervantes. "Me estoy volviendo loco -cuenta Rizzo, riéndose-. Para el actor, el teatro es un refugio maravilloso. Un espacio en el que uno se siente completo. Larga la cosa y ahí estamos, el espectador y el intérprete, lidiando con ese toro. Son momentos de vida de una energía plena."
- Por una cabeza
Con Raúl Rizzo
Sala, Mario Bravo 948
Función, jueves, a las 20
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