Con un brillo un tanto opaco

Brillantísima

Ficha técnica: Brillantísima. Creación y dirección: Carmen Barbieri y Moria Casán. / Elenco: Barbieri, Casán, Tristán, Sergio Denis, José Luis Gioia, Victoria Xipolitakis, Federico Bal y Stefanía Xipolitakis, entre otros. / Coreografía: Leandro y Fabio Angelo. / Escenografía: Daniel Feijóo. / Iluminación: Soledad Lombardo. / Autores: Guillermo Camblor, Martín Guerra y Daniel Dátola. / Vestuario: Gaby Girls. / Música: Daniel Vila. / Sala: Atlas. / Duración: 100 minutos.
Nuestra opinión: regular.

A menudo se clama por la supervivencia de la revista, género absolutamente popular, y, en términos bajtinianos, impuro, es decir, integrado por sketches, coreografías, monólogos, canciones, etcétera. Brillantísima es una gran apuesta de producción, con cuadros plagados de color y con un gran despliegue y atractivo visual. El diseño de vestuario, a cargo de Gaby Girls, cumple un rol protagónico porque aporta glamour y sofisticación y, como el título de esta propuesta lo indica, mucho brillo.

Carmen Barbieri y Moria Casán se despedían en la temporada anterior, en Escandalosas , caracterizadas como dos viejitas que comentaban sus épocas de gloria. En Brillantísima , con humor abren así el espectáculo y se despiden para siempre, pues en la sala de arriba (América) deben representar el musical Sorpresas . Son sólo ellas quienes abordan temas de actualidad, un rasgo que en otros momentos caracterizaba a la revista, y su destreza reside en poder reírse de ellas mismas. Luego se da inicio a un cuadro de apertura dinámico con innumerables personajes pertenecientes a distintas razas, culturas y momentos históricos. Es un mecanismo de relojería que nada tiene que envidiarles a los musicales más elaborados.

¿De verdad el escándalo vende? Es decir, a los fines prácticos, que se hable de modo intermitente de personajes en la TV, ¿influye a un potencial espectador a comprar una entrada? Una de las lecciones recientes es que el conflicto dentro de la compañía no es una buena estrategia. Ahora la táctica es otra: la pelea entre los integrantes de distintas obras. Pero ¿suma esta nueva práctica de publicidad en las boleterías? La vedette que hoy está en boca de todos es Victoria Xipolitakis. Se anima al topless, al baile, a un sketch, a todo. Hay otros cuerpos esculturales que son apenas conocidos y bailarinas de perfil bajo que merecerían más presencia, como el de Florencia Marcasoli, primera figura del ballet, quien realiza una riesgosa coreografía más cercana a la acrobacia que a la danza con un despliegue inspirado en El rey león. Lorena Liggi, Belén Giménez y Celeste Muriega también, sin ser mediáticas, tienen sus momentos destacados.

Mariquena del Prado (personaje interpretado por Horacio Sansivero) tiene uno de los cuadros más efectivos en un número participativo donde hace subir a cuatro hombres del público. José Luis Gioia (gran intérprete, no sólo monologuista, como lo demostró en El secreto de sus ojos ) y Tristán tienen a cargo el rol de capocómico. El público los aplaude a rabiar. Es un humor sin vueltas, subido de tono (a pesar de que haya niños en la platea) y chabacano, que gira en torno al Viagra, el proctólogo, la infidelidad y la rutina (sexual) del matrimonio y también sobre ciegos y gangosos. Es un contenido distante del que proponen Julián Labruna, Gustavo Monje, Martín Sipicky y Federico Bal, un humor más blanco, que apunta más al gag. Es una lástima que Sergio Denis -sus dos incursiones transcurren de principio a fin con el público de pie, entre él sus admiradoras que intentan a toda costa subir al escenario- cante sobre una pista.