Fuego cruzado en el paraíso
"Historias íntimas del paraíso". De Jaime Salom. Dirección: Santiago Doria. Con Nicolás Mazzone, Fernando Cerviño, Paula Villanustre y Bettina Fiaccarini. Música: Gabriel Goldman. Escenografía: René Diviú. Vestuario: Maribel Solá. Asistente de dirección: Emanuel Biaggini. En el Taller del Angel. Duración: 60 minutos.
Nuestra opinión: bueno
Jaime Salom está catalogado como uno de los autores más prestigiosos y queridos del teatro actual español. Es autor de todo un catálogo de más de 40 obras de distinto género y su pieza "La casa de las chivas" batió récords de permanencia en cartel en su país. "Historias íntimas del paraíso" fue estrenada en 1978, en Madrid, por Santiago Doria, el mismo director de esta versión actual. El autor se basó en algunas contradicciones que presentarían el Génesis I y el Génesis II, al igual que algunas leyendas hebreas, que aseguran que hubo otra mujer en la vida de Adán antes de que apareciera Eva.
Es la excusa perfecta para este suave alegato feminista. En esta farsa, un ángel medio desconcertado llega al paraíso para administrarlo. Es una especie de yuppie que no tiene demasiada idea de cómo hacer su labor y disfruta de su poder de decisión. Allí vive Adán, un terrible machista, que tiene como pareja a Lili, una chica con una mentalidad muy liberal. Después de varias diferencias, se separan y Adán le pide al ángel que le haga otra mujer de su costilla. Así nace Eva, un ama de casa que no se queja de nada y vive feliz su sometimiento. Lili come manzanas prohibidas y disfruta del paraíso, mientras Adán se acerca más al pecado y a la falta.
Con esta obra, Salom intenta mostrar las miserias de la humanidad y la ridiculez que significa un mundo manejado por el género masculino. La fábula es divertida y hasta tierna, aunque se ve algo antigua y previsible. Pero aquellos que busquen divertimento liviano saldrán satisfechos.
Santiago Doria ya conoce muy bien esta pieza, aprovechó su tono jocoso y logró una comedia que se disfruta. En una escenografía no pretenciosa, pero vistosa y funcional, trazó una puesta con ritmo.
Nicolás Mazzone, como Adán, saca un buen provecho de su protagónico, pone gracia, presencia y seguridad. Del mismo modo, Paula Villanustre, como Lili, es una actriz muy interesante para descubrir. Más allá de su fibra histriónica, deja relucir su talento para cualquier género. Bettina Fiaccarini realiza un trabajo correcto, mientras que a Fernando Cerviño se lo ve algo incómodo y forzado en su personaje. La música de Gabriel Goldman ilustra muy bien algunas situaciones.
lanacionar