Le Sorelle Macaluso: conmovedora propuesta italiana en el San Martín
Dentro del ciclo Italia XXI, que promueve la embajada de ese país en la Argentina, Emma Dante regresó con una de sus últimas producciones. Le sorelle Macaluso es un trabajo en el que se ocupa de desarrollar una temática que es muy afín a toda su producción: desentrañar esas cuestiones complejas que, en el ámbito de una familia, quiebran cierto statu quo para transformarse en verdaderos problemas irresolutos que pueden arrastrase durante años y generan fuertes perjuicios a la hora de mantener las relaciones parentales.
Siete hermanas vestidas de negro asisten al velatorio de una de ellas. Al comienzo, sus presencias se imponen con fuerza. Se manifiestan con ganas, a un ritmo inesperado dentro del ritual que celebran. Luego deciden despojarse de sus vestuarios y asoman siete jovencitas inquietas que en el seno de una familia humilde transitan sus vidas con gran desparpajo. Pero la muerte de la madre quiebra el equilibrio. Una de las hermanas es ingresada a un hospicio y el mundo familiar pierde transparencia. El padre las sostiene como puede, con trabajos inestables, hasta que muere.
Entre estas mujeres todo es vitalidad, expectativas, el futuro al que aspiran no llegará. Se irán hundiendo en sus propios dilemas. Y aunque los reproches no se hagan esperar, las hermanas parecerían saber que algo va a salvarlas. En sus relatos, dan cuenta de la buena y la mala vida. Pero algo inesperado transformará el rumbo. Los muertos aparecerán para rescatarlas y proponerles, a su manera, reencauzar sus destinos. Y es entonces cuando el juego escénico adquiere otra dinámica. El espectador, conmocionado, descubre que ciertos recuerdos pueden convertirse en inquietantes movilizadores de un presente convulsionado y que hasta resulta hostil. El ritual se transforma en una danza elocuente que, a través de sus movimientos, parecería ir limpiando el horizonte al que aspiran llegar estas muchachas. Después de la gran tormenta, la claridad hace que se abra el alma de esos seres tan desprotegidos.
Emma Dante se expone aquí como una directora muy rigurosa a la hora de guiar a sus intérpretes y diseña una puesta en escena que se desarrolla en un ámbito totalmente despojado donde el cuerpo de los actores ocupará un lugar central. El equipo pasa de la diversión a la desolación con una entrega verdaderamente llamativa. Solo desde ese lugar golpeado podrán asumir sus historias y también desde allí conseguir la sanidad. Y el rito será el gran transformador de tanta muerte en vida y de tanta vida que habrá que sostener en adelante.
Es indudable que el grupo actoral ha sido muy definitorio a la hora de crear este proyecto. Cada uno posee cualidades muy diferentes. Dante valoró esas diferencias y logró potenciarlas y encuadrarlas con la sabiduría de una verdadera maestra. Es una obra que promueve en el espectador diferentes sentimientos. Todos muy contradictorios, quizá, pero reconocibles. El cuerpo de quien observa ha cargado o carga con ellos. Hoy y mañana, a las 20, en el Teatro San Martín.