Lindsay-Abaire, dúctil para todo género y estilo
¿Se puede volver a reír como antes luego de la pérdida de un hijo? Ese es uno de los dilemas de Rabbit Hole. La versión fílmica dirigida por John Cameron Mitchell contenía una escena potente en la que Nicole Kidman le pregunta a su madre, encarnada por la conmovedora Dianne Wiest, si alguna vez un dolor semejante se pasa. Y su madre, con sabiduría en la mirada, le responde que no, pero que en algún momento se hace soportable.
David Lindsay-Abaire está considerado un maestro y uno de los dramaturgos contemporáneos más dúctiles de los Estados Unidos. Lo que nos une se estrenó por primera vez en Broadway en 2006, protagonizada por Cynthia Nixon, Tyne Daly y John Slattery. Pero a lo largo de su carrera fue capaz de demostrar su habilidad para saltar géneros y formatos casi opuestos. Como guionista cinematográfico pasó de Robots hasta la nueva versión de Poltergeist o El origen de los guardianes. En tanto, para teatro escribió desde la bella, intimista y profunda Buena gente (en Buenos Aires dirigida por Claudio Tolcachir) y la reflexiva Wonder of the World (2001), pasando por una comedia brillante como Ripcord (2015) y dos musicales como Shrek (aquí dirigida por Carla Calabrese) y High Fidelity.
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