Murió una figura destacada del off
"Más que la locura, lo que me inquieta son los extremos de la mente. O sea, cuando la mente se desata y se transforma en una especie de caballo desbocado. Mi interés sobre el tema de la locura es antes como persona que como dramaturgo. He visto alrededor mío a mucha gente destruirse o llevar a la catástrofe muchas cosas por una especie de empecinamiento u obsesión mental muy difícil de comprender." Esto declaraba el actor, autor y director Alejandro Acobino, en una larga entrevista publicada en el último número de la revista Picadero , del Instituto del Teatro, en la que además dejaba muy en claro: "Me defino como un espectador que dirige y actúa".
Por qué viene a cuenta aquella declaración, porque en el día de ayer se quitó la vida este hombre joven, apenas 41 años, de forma casi inexplicable para quienes lo conocían de cerca y, mucho más, para aquellos que valorábamos su obra y teníamos un pequeño trato con él.
Creador inquieto, profundamente reflexivo, de conversación afable y una simpatía singular, siempre parecía estar en constante proceso de trabajo. Buscando en la reflexión del otro, en la actitud del otro, hasta en el pequeño gesto, ese germen que le posibilitara asumir un nuevo proceso creativo.
Se dio a conocer a través de Continente viril , obra premiada en una de las primeras ediciones del concurso destinado a nuevos dramaturgos, Germán Rozenmacher. La pieza después alcanzó notoriedad en una muy singular puesta de Los Macocos. Luego llegaron Rodando , Hernanito y su última Absenhta , junto con el grupo La Fronda. Estos trabajos tan personales lo consolidaron como un autor destacado dentro del nuevo panorama creativo porteño.
"Acepto el lenguaje del actor, su dramaturgia -explicaba en la entrevista citada anteriormente-, pero también les presto mucha atención a momentos que no son los que un actor llama los momentos del laburo. Esos momentos que no están necesariamente en los ensayos, sino en otros contextos. Y esto el actor suele no valorarlo. El lenguaje de una obra puede estar disperso por todas partes, incluso en el lugar menos imaginado: paseando o tomando mate con amigos."
En el último tiempo, Alejandro Acobino estaba preparando un nuevo proyecto para La Fronda y seguía muy cerca la edición de un libro con sus textos, que iba a publicar la editorial Colihue.
Hay algo interesante en su pequeña pero tan intensa carrera. Rodando , el unipersonal que protagoniza magníficamente Germán Rodríguez, recorrió muy buena parte del país. En algunos rincones de la Argentina, el mundo provocador (y también convulsionado) de Alejandro seguirá latiendo.
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