Roxi arremete de nuevo en un streaming para entendidas
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Como la maternidad, un viaje de ida, la saga de Roxi continúa contra toda adversidad y a favor de mirar la realidad con ojos de comedia. En el Día de la Madre, la actriz Julieta Otero, acompañada por el guitarrista Federico Shujman, sube al escenario del teatro El Picadero para transmitir, en vivo vía streaming, Roxi canta las cuarentena, un espectáculo de monólogos y canciones sobre el tema que atraviesa el mundo pero visto desde el personaje que construyó hace años junto con la autora y directora Azul Lombardía.
"Cuando empezó la cuarentena, era todo muy reciente para sacar conclusiones. Durante los primeros meses no hicimos hablar a Roxi. Hasta que llegó la propuesta del teatro Roma y del Picadero. Recién ahí, como cuatro o cinco meses después, empezamos. Y así surgió este espectáculo que tiene el mismo formato musical del anterior, es casi una continuidad", dice Otero para referirse a Cómo ser la peor mamá del mundo, un show humorístico musical que estrenó en 2017. Ahora, en Roxi canta las cuarentena –que ya presentó desde el teatro Roma de Avellaneda en septiembre y repite el próximo domingo 18 desde El Picadero–, retoma el formato con otros contenidos: alimentación durante la cuarentena, excusas para no hacer gimnasia online, amenazas incumplibles, las cosas que gritan las madres, el clásico "fumochupobailo" y el lanzamiento de una canción escrita con los seguidores de Roxi. Se llama "Agua salada" y es una lista de los motivos para llorar en cuarentena: "Todo surgió de un vivo en el que estábamos tomando vino y descargando. Cuando salió la pregunta sobre de qué lloraba, desbordamos de comentarios. A esas respuestas, con Azul le dimos forma de canción y Federico le puso música".
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La historia es conocida pero siempre notable cómo confluyeron personaje, momento y público para esa propuesta. Primero, en 2012, fue la serie web (surgida de un blog que escribía desde 2006) con un millón de visualizaciones en todo el mundo y miles de fans en las redes sociales, después vino el libro Autobiografía de una madre incorrecta, siguieron las dos temporadas para televisión (TV Pública, Lifetime, Netflix y canales de todo el mundo, incluido remake en Televisa), la obra de teatro La obrita de teatro, dirigida por Lombardía, más otro libro (¿Cómo ser la peor mamá del mundo?) y el espectáculo homónimo. Y este año en que no faltó tela para estallar entre el encierro, el home office y los chicos en casa full time.
Ambas, actriz y personaje, son mamás de dos nenas. Pero, según Otero, ahí terminan los paralelismos: "Roxi es agente inmobiliario, no tiene una vida creativa ni artística, no tiene como hacer catarsis, está muy sola, su amiga se fue a vivir afuera, continúa casada con un hombre patriarcal al que ama. Yo –compara– estoy separada (después de 15 años de matrimonio), tengo un montón de vías de catarsis, actúo, doy clases, canto, hago canciones, vivo rodeada de amigos. Lo que sí compartimos son las preguntas sobre la crianza y el sistema, los miedos, la exigencia. Eso es lo que funcionó para tantas madres de distintas partes del mundo que se identificaron con el personaje; es un relato local, con nuestra coyuntura, pero detrás de eso lo común es un amor desmedido que nos está enloqueciendo".
Eso en común es la enorme exigencia que presiona a las madres para que lleven a la perfección todo sus obligaciones pero sin que el entorno modifique las condiciones. Para Otero, si bien pertenece a una generación acostumbrada a mamás que trabajaban y estudiaban, mucho más libres que nuestras abuelas, todavía están vigentes los privilegios del varón, no se gana lo mismo, lo doméstico continúa, en general, a cargo de las mujeres. "Además están las modas, la crianza con apego, la lactancia hasta los dos años, todo eso nos hizo una ensalada entre nuestra búsqueda profesional, el trabajo, el estudio y la maternidad, más la pareja, cómo seguir siendo sexy, mantener la pasión y seguir sintiéndonos mujeres. Fue un colapso de exigencias que atraviesa a todas", dice.
-¿Por qué Roxi permanece en la queja y no puede romper de raíz con ese entorno que la agobia?
-Extremamos los conflictos, la ubicamos en esa caja de sufrimientos, en ese no encuentro con los demás porque es una comedia, es una ficción donde esa tensión no termina de resolverse. De todos modos, en la segunda temporada Roxi mueve cosas, hace cambios para intentar ser feliz.
-La aparición de Roxi es anterior al #NiUnaMenos y la conciencia feminista entre las más jóvenes. ¿Tuvieron que revisar con Azul Lombardía algunos contenidos?
-Siempre nos interesó la cuestión de género y meternos con el patriarcado pero Roxi no es feminista. Ella es una ex militante de izquierda de los noventa, que ante la maternidad se encierra en una burbuja. Se queja pero no tiene donde encauzar su queja. Por supuesto que tuvimos que revisar y deconstruir, es hermoso lo que estamos viviendo. Pero como te decía, si bien hay cambios en la segunda temporada, el personaje tiene sus particularidades, la necesitamos atrapada en esas contradicciones, resbalando en la cáscara de banana todo el tiempo y no tomando buenas decisiones.
-¿Cómo actriz, temés ser encasillada en este rol?
-Cero, no me cuesta separar a Julieta Otero de Roxi. No tuve una carrera anterior como para decir que corro el riesgo de ser encasillada. Roxi solo trajo cosas nuevas. En este país que te tengan en cuenta para algo ya es una bendición
-¿Qué dicen tus hijas, de 16 y 11 años, de Roxi?
-Mis hijas no me dan bola, no les interesa nada lo que hago, cuando me hago la graciosa en casa me dicen que no lo haga, "no sos graciosa, mamá" y yo les respondo "bueno, chicas, no sé de qué vamos a vivir si no soy graciosa, nos vamos a morir de hambre". Les encanta cuando las llevo conmigo a grabar, les encanta, son músicas, no podían zafar del arte.
-¿Habrá tercera temporada?
-¿Habrá producción audiovisual? ¿Qué pasará con la Argentina? No sé, ni idea, vivo al día, con mis clases en el Teatro de la Cuadra, en Avellaneda, hace 20 años, y con lo que surja. Lo único bueno de este momento horrible es que hay que aprender a valorar el instante y cambiar la perspectiva.
PARA AGENDAR
Roxi canta las cuarentena, de Julieta Otero y Azul Lombardía, junto con el músico Federico Shujman
Domingo 18, a las 20. Por Plateanet $ 500.