Una disparatada historia entre el hielo
"Congelada", de María José Gabin. Adaptación de "Cómo me hice monja", novela de César Aira. Intérprete: María José Gabin. Supervisión autoral: Mauricio Kartun. Escenografía: Cristián Morales. Asistente de dirección: Narda Milin. Dirección: Eduardo Bertoglio y María José Gabin. En el Teatro del Pueblo (Roque Sáenz Peña 943). Sábados a las 21.
Nuestra opinión: bueno
Una mujer ha sido congelada después de atravesar una historia de vida más que conflictiva. Pero logra tener conciencia de esa vida y la expone ante los espectadores. Su historia es disparatada y tan patética, que hasta resulta inverosímil. Afortunadamente, esa inverosimilitud ayuda a potenciar valores dramáticos y así el público no tendrá más alternativa que seguir con interés el relato y a la vez divertirse con las distintas situaciones que se van narrando.
Una familia que se traslada de ciudad, un helado que produce intoxicación, una muerte inesperada, una madre con un marido preso, una maestra insoportable que manipula a sus alumnos, una enfermedad y un hospital horrible, otra mujer no esperada, un encierro, el fin. Datos y más datos se van acumulando al cabo de una hora de representación. Los acontecimientos resultan increíblemente fantásticos, por momentos, pero en verdad todos ellos sirven de alimento perfecto para que la actriz María José Gabin vuelva a exponerse en escena con sus recursos expresivos en plenitud y provoque interés y risas.
Si bien la estructura dramática que da forma al texto tiene sus altibajos, eso no termina de resultar complejo a la hora de llevar a escena al personaje. El texto sólo alcanza una fuerte vitalidad y entonces consigue que cualquier valor no demasiado desarrollado pase inadvertido. La dirección potencia la actuación y la va haciendo crecer progresivamente. Así, el disparate ocupa el centro de la escena, se instala y crece hasta la locura.
Eduardo Bertoglio y María José Gabin tienen mucha experiencia a la hora de actuar en escena, y en esta experiencia que comparten eso queda muy claro. Los resultados son muy efectivos. Apenas un elemento escenográfico, una heladera, aporta múltiples posibilidades dramáticas. La actriz se mete dentro de ella, la tira al piso, la para y obliga a ese objeto a completar diversas funciones, tantas como necesita para acrecentar su relato.
"Congelada" no es una historia fría, por el contrario, tiene una fuerte calidez, la misma que Gabin sabe manejar en cada uno de sus trabajos.
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