Amy Schumer se suma al club de las comediantes que quieren ser escritoras

Hacen televisión, cine y ocasionalmente se presentan en vivo. Ganan premios y millones. Pueden aparecer en tapas de revistas glamorosas o figurar en las sección política de los diarios. Son las mejores comediantes de su generación y se las reconocen como tales. Y ellas sólo quieren ser escritoras.

Amy Schumer acaba de sumarse a Tina Fey , Mindy Kaling, Amy Poehler y Lena Dunham grupo de talentosas actrices y guionistas que dominan la escena de la comedia en Hollywood y que además ganaron millones cuando se pusieron a escribir su propia historia.

El caso de Schumer es el más reciente y uno de los más resonantes entre sus colegas. Para empezar, la exitosa comediante, protagonista y creadora de su propio programa de TV, Inside Amy Schumer (Comedy Central) y del film Esta chica es un desastre –que por estos días emite HBO– consiguió un contrato editorial sin precedentes para un libro de su tipo.

Cobró un adelanto de ocho millones de dólares para escribir The Girl with the Lower Back Tattoo, sus memorias en tono de comedia,y lo más llamativo es que es el segundo contrato millonario que consigue Schumer por el mismo libro. Es que en 2013, antes de ganar un premio Emmy y de transformarse en la favorita de todo el mundo, la actriz había aceptado escribir un libro por un millón de dólares, aunque seis meses más tarde devolvió el adelanto y rescindió el acuerdo cuando sus agentes le recomendaron esperar para recibir una mejor oferta. Y tuvieron razón.

Claro que los fanáticos de la comediante quedaron un poco desconcertados porque Schumer insinuó esta semana que su programa de TV podría haber terminado. Una información que enseguida corrigió vía Twitter para aclarar que ahora se dedicará a la gira por su libro y hacer stand up pero que su programa de Comedy Central sigue en pie. Lo que pasa es que lleva tiempo el asunto de ser un bestseller.

Tina Fey. Antes de Schumer y sus confesiones literarias estuve Bossypants, el brillante libro de Fey. Gracioso, emocionante y una imperdible radiografía sobre el mundo de la TV y cómo funciona para las mujeres, Bossypants fue un éxito tan sorprendente en el mercado editorial norteamericano que abrió la puerta para que toda una generación de comediantes tuviera su propio libro.

Mindy Kaling. Confesa admiradora de Fey y su libro, la actriz y guionista de The Office escribiósus memorias, en clave de comedia, sobre el recorrido de la fantasiosa hija de inmigrantes indios que llegó a ser la creadora y protagonista de su propia comedia romántica televisiva, The Mindy Project. Sin alcanzar la calidad narrativa de Fey, el libro de Kaling –Is Everyone Hanging Out Without Me? (And Other Concerns)–, fue lo suficientemente gracioso y exitoso como para justificar una suerte de continuación, Why Not Me?, la colección de ensayos cómicos lanzada el año pasado.

Amy Poehler. Una brillante comediante y exitosa protagonista de su propia serie, la incomparable Parks & Recreation, Poehler no quería escribir un libro. Le tenía pánico a la página en blanco y a las opiniones de los demás. ¿Qué derecho tenía ella, una chica como cualquier otra de una familia como cualquier otra, con un infancia como cualquier otra, de contar su historia como si fuera la gran cosa? La respuesta al interrogante es Yes Please, el libro en el que la mejor amiga de Tina Fey relata detalles sobre su vida y su carrera pero sobre todo narra lo dificil que le resultó escribir el libro que uno está leyendo. Sus dudas y el pasaje sobre su divorcio de Will Arnett (Arrested Development), son los fragmentos más interesante de un libro bastante menos entretenido que su escritora.

Lena Dunham. Las polémicas y la controversia parecen perseguir a la creadora, protagonista y directora de Girls, la serie de HBO. Y cuando se supo que Dunham había firmado un contrato de tres millones y medio de dólares para escribir sus memorias a los 26 años, sucedió lo esperado. Expertos y neófitos protestaron por la exorbitante cifra, hablaron de las ventajas que tuvo la realizadora gracias a sus padres artistas y desconfiaron del interés que podía generar su historia aun antes de leer una oración. Finalmente, cuando salió No soy ese tipo de chica –el único de estos libros disponible en la Argentina– el escándalo fue por el contenido. Además de indignarse con algunos pasajes sobre su despertar sexual, los críticos de Dunham protestaron por el relato del abuso que sufrió la actriz en la universidad y comenzaron una caza de brujas para identificar al compañero que ella señala –con seudónimo– como responsable. Pasado el tiempo, quedó el libro, unas memorias más crudas que cómicas y mucho más interesantes del revuelo que generaron.