Domingo a la tarde, autos
Suele decirse que los tiempos en los que la TV contaba con horarios fijos y garantizados para espectadores con características bien delimitadas ya quedaron definitivamente atrás.
Y para sostenerlo se recurre a dos ejemplos muy difíciles de poner en duda: por un lado, las clásicas telenovelas que atrapaban a la teleaudiencia femenina a primera hora de la tarde fueron reemplazadas por talk shows que sustituyen dramas de ficción por otros reales o poco escrupulosos ciclos plagados de escándalos farandulescos que tienen en mente públicos más diferenciados; por otro, la mayoría de los programas infantiles, tradicionales a la mañana o a la hora de la merienda, se multiplicaron a lo largo de 24 horas en canales para chicos que lideran el rating de la TV paga.
Pero mientras esta tendencia se consolida, un curioso fenómeno que surge de tanto en tanto en algunos espacios considerados marginales devuelve, al menos parcialmente, la sensación de que todavía quedan en las emisoras de aire lugares reservados para propuestas que quieren ganar a una audiencia bien localizada con armas bastante similares.
Y si ya es bien conocida la preferencia de los ciclos que se dedican a la publicidad por instalarse en la medianoche del sábado, en los últimos tiempos ocurre lo propio con el comienzo de las tardes dominicales para los programas dirigidos al público más tuerca.
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Lo que ocurre a las 14 de cada domingo no tiene equivalente en el resto de la grilla. A esa hora se inician en tres de las cinco emisoras de aire sendas propuestas que no hacen más que hablar de autos: "Kilómetro por hora" (América), "El arranque" (Azul) y "El garage" (Canal 13). Con un eje básicamente similar y que varía sólo en aspectos formales, los tres se ocupan de presentar y testear nuevos modelos, de visitar exposiciones internacionales, de asomarse a curiosidades del pasado, de dar consejos útiles de manejo o de relatar la relación de los famosos con sus vehículos.
El trío de programas trata de sacar ventajas de las posibilidades que ofrece hoy el medio y reproduce fielmente aquella máxima publicitaria que indica que el mensaje referido a los autos funciona mejor si su imagen es reforzada con lo que hoy se conoce como cultura fashion. Así, no es casual que la conducción de estos ciclos esté en manos de un ex futbolista que tuvo algún paso como modelo (Sergio Goycochea en "Kilómetro por hora") o bellas modelos que, siguiendo el ejemplo de "El rayo", repiten aplicadamente un libreto preestablecido.
Todos ellos cumplen su objetivo, que no va más allá de funcionar como punto de encuentro (y de algunos servicios, por cierto, útiles) para quienes se fascinan por los autos. Y, de paso, demuestran que todavía es posible encontrar en la televisión abierta horarios íntegramente dedicados a públicos devotos a una misma idea.