El amor es cosa de grandes
Solamente vos, telenovela producida por Pol-ka / Libro: Lily Ann Martin, Marta Betoldi y Daniel Cúparo / Dirección: Claudio Ferrari y Rodolfo Antúnez / Dirección de fotografía: Martín Sapia y Alejo de Falco / Edición y musicalización: Alejandro Alem, Alejandro Parysow y Santiago Parisow / Dirección de producción: Diego Andrasnik / Elenco: Adrián Suar, Natalia Oreiro, Juan Minujín, Muriel Santa Ana, Arturo Puig, Claudia Fontán, Eugenia Suárez, Lali Espósito / Emisiones: de lunes a jueves, a las 21.30, por El Trece.
Nuestra opinión: buena
Quizá la crisis es algo bueno. Quizá era necesario que El Trece viera cómo sus cartas de triunfo de los últimos años perdían lo que les quedaba de lustre para decidirse a ensayar un nuevo camino. Uno que le devolviera un registro más amplio y modulado (uno que durante décadas fue su marca registrada, que ahora adoptó y domina su mayor rival, Telefé). Solamente vos es un gran paso en esa dirección, aunque, como suele ocurrir con las tiras en la TV argentina, es difícil predecir si logrará el objetivo. El pulido final del programa -tanto de la historia como del elenco que quedará a cargo de contarla- siempre ocurre al aire.
Pero vayamos a lo que se sabe: Solamente vos está anclada rotundamente en la clase media (con excursiones antropológicas a la clase alta representada por el matrimonio Juan Minujín-Claudia Fontán, quienes dotan a sus personajes de toda la insensatez y el egoísmo posibles sin llegar a la caricatura). Sus protagonistas son un director de orquesta (Suar) y una estilista (Oreiro), dueña de un centro de estética.
Si bien él pierde su trabajo por un crack up público, e insiste en que hará cualquier cosa para dar de comer a sus cinco hijos, la cosa no llega ni remotamente a mayores: su mejor amigo (Minujín) le consigue un departamento capaz de acomodar a toda la prole y un trabajo aún no precisado en la discográfica de su esposa. El costumbrismo que ha dominado en mayor o menor medida cada uno de los productos diarios de Pol-ka ha desaparecido. Con él se ha ido el barrio y cualquier tipo de necesidad acuciante que no sea afectiva. La calle, donde se dirimían amores y batallas, ha sido abandonada en pos de una ciudad genérica y atractivamente maquillada, compuesta de interiores semivacíos (hospitales, departamentos, cafés, escuelas) en los que se luce la versatilidad de la dirección de arte de Juan Mario Roust y una puesta en escena eficaz. Es difícil saber si el enclaustramiento de su ficción responde a una decisión artística o a una percepción de los cambios de la realidad del país (Guillermo Moreno ya tuvo su mención) y, sobre todo, de su público.
Pero es en sus protagonistas donde Solamente vos se separa definitivamente de la larga lista de buscavidas e idealistas que poblaron sus éxitos. Ni Juan Cousteau ni Aurora Andrés, la pareja romántica en el centro de la historia, entran remotamente en esas categorías. Ella está harta de ser la amante de un hombre que, comienza a darse cuenta, nunca abandonará a su esposa, de la que depende su tren de vida (y, en cierto sentido, también el de ella), ni hará propios los sueños de Aurora de triunfar en París. Él pierde trabajo y matrimonio en un solo día y no sabe qué le queda de sí mismo sin ellos, ni entiende del todo por qué de pronto se encuentra embarcado en un cambio total de vida y personalidad, algo que sus hijos y su ¿ex? esposa (una excelente Muriel Santa Ana) le señalan una y otra vez. Negador sistemático -como su vecina peluquera-, es el único que no se da cuenta de que su separación lo ha liberado.
Como se ve, esta ficción está -al menos en éste, su planteo inicial- ambientada casi completamente en el mundo de los adultos y opta por una caracterización compleja para su cuarteto central, hecha posible por la comprometida labor de ambos protagonistas -cuya natural química denota un largo trabajo previo- y de unos libros sólidos e inspirados en situaciones verosímiles y diálogos reveladores. No hay tampoco aquí grandes momentos de humor ni de drama: todo se resuelve en un medio tono lleno de dudas e inseguridades que los intérpretes hacen propio (la vitriólica hermana Denise de Marina Bellatti es la excepción).
De estas virtudes vienen sus mayores defectos: cuanto más se aleja la narración del corazón de la historia, más endeble y estereotípico se torna lo que cuenta, algo que queda claro en los eternos minutos destinados a los trabajos de Juan y Aurora, y en el elenco juvenil, el que más sufre la sequía.
- 18,4
Puntos de rating
Aunque bajó 2,6 puntos, fue lo más visto del día
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