El duro testimonio de Maju Lozano después de haber levantado el móvil de su programa

Ocurrió el jueves por la tarde. Maju Lozano entrevistaba en su programa, Todas las tardes, a Lihuel González, una joven que fue golpeada por su expareja. Mientras la chica contaba lo ocurrido y se veían de fondo las imágenes del suceso captadas con un celular, la conductora le dio paso al móvil, en el que se encontraba un cronista junto a Maximiliano Gaboto, el agresor en cuestión.

Si bien en un principio se mostró sorprendida por la presencia de Gaboto en su propio programa, dejó que el hombre se explayara y diera su versión sobre lo ocurrido. "Todo comenzó con un mensaje que vi que había llegado al teléfono de Lihuel a la mañana. Yo reviso ese celular...", alcanzó a contar el hombre cuando Lozano lo interrumpió. "Lo que quiero saber es: ¿vos le pegaste a tu novia porque viste un mensaje? ¿De ese nivel de taradez estamos hablando?", le preguntó.

Gaboto siguió dando su versión de lo ocurrido, pero fue nuevamente interrumpido. "Pará. Luis -al movilero-, te agradezco enormemente el gran esfuerzo de llevar al móvil a este reverendo hijo de (...). No me interesa escucharlo", cerró desde el piso Lozano, visiblemente ofuscada.

"Este tipo viene a justificarme por qué le pegó. ¡Estamos todos locos!", cerró el tema desde el estudio.

La repercusión de lo ocurrido fue inmediata. Por eso, este sábado, Lozano volvió a referirse al tema en una entrevista radial. En diálogo con el programa Modo Sábado, de Radio Nacional, la conductora explicó su reacción: "Uno en el momento no sabe cómo reaccionar, porque no querés estropear el trabajo de la producción ni a tu compañero que está en el móvil. Nosotros ya veníamos con todo el tema de Rodrigo (Eguillor), ese impresentable, y entonces venía un poco cargada. Una ya viene saturada de todo esto y con una impotencia de muchos años", comenzó explicando.

"Este tema para mí tiene 34 años de existencia, porque uno lo vivió muy de cerca al tema de la violencia. Entonces, cuando se hace tan visible, y estaba Lihuel ahí, con esa sensación de desprotección y de sentirse culpable. Eso era lo loco. En un momento yo pensé: 'Bueno, que se vea', para que se le pueda reconocer la cara [a Gaboto]. Cuando a mí me avisan que estaba, son segundos que tenés para pensar, porque estás en vivo. La idea era que se viera bien su cara y su voz para que la gente pudiera identificarlo. Pero cuando lo escuché hablar, me empezó a correr un fuego. Entonces, creí que era mejor dejarlo hablar para que se hundiera solo, pero me di cuenta que lo que estaba pasando no estaba bien", contó luego.

Su reacción, indicó, tiene mucho que ver con su vida personal. "Yo vengo de una historia heavy con mi papá, que tenía grandes problemas psíquicos con un nivel de violencia muy alto", reveló en la entrevista. "Cuando a los 12 años me pasó (que él haya sido violento conmigo), más allá de que es alguien a quien amo profundamente, yo sentí que algo no estaba bien. Que esos golpes no estaban bien, más allá de su enfermedad", continuó su desgarrador testimonio.

"A mí me cuesta hablar de mi papá porque es mi papá. Y está muerto. Siempre dudé en contar la historia porque es alguien a quien yo amo profundamente. Pero en su momento, yo sentí que más allá de su crisis psiquiátrica, había algo que no estaba bien y era la violencia sobre alguien que no se podía defender. Mi papá era un tipo que pesaba 130 kilos, medía un metro noventa y yo era una preadolescente que no pesaba más de 30 kilos. Me acuerdo que cuando sucedió esto mi reacción fue agarrar el documento e ir a la Comisaría de la Mujer. Lo único que sentí es que tenía que pedir ayuda a otro lado, más allá de la ayuda psiquiátrica para mi papá. Lo que sentía es que los adultos no estaban pudiendo protegerme", continuó.