En TV, lo que importa es ganar
Ahora ya hace dos años que está en su sillón. La oficina adquirió su forma y las guitarras están descansando detrás de su escritorio, para sus pocos momentos de calma. Pocos. Muy pocos, porque enfrente hay por lo menos diez televisores encendidos en los que Claudio Villarruel no sólo mira obsesivamente el reflejo de sus decisiones, sino el de la competencia.
Su reflejo es Telefé, la pantalla que conduce desde que Gustavo Yankelevich dejó su cargo, a fines de 1999. Desde entonces, Villarruel tuvo que sacarse el traje de productor de "El Show de VideoMatch" y asumir el desafío de ocuparse del canal que lleva la delantera del rating en la TV argentina. Fue justamente ese paso el que lo puso frente a la primera adversidad: "Una cosa es agarrar un canal que va tercero y llevarlo a segundo lugar: seguramente salís en todos los diarios. Pero cuando agarrás un canal que está primero y lo mantenés, la frase es: "Y bueno, ¿qué otra cosa iba a hacer?"
Lo que él hizo, entre otras cosas, fue traer al país a "Gran Hermano", ese reality show que permitió espiar la intimidad y las miserias humanas de un grupo de desconocidos a través del ojo implacable de la TV. Un programa que levantó tanta polvareda como rating. Y que el sábado llegó, por segunda vez, a su fin. Pero no por mucho tiempo. En la oficina de Villarruel ya se está delineando la tercera versión: más polémica y más despiadada también. Como muestra, basta el nombre: "La batalla", una suerte de evolución del género en el que los participantes deberán enfrentarse para ver cuál vive en la mejor casa.
Pero, además, en el mismo año, Villarruel decidió que los programas de Marcelo Tinelli y Susana Giménez irían sólo dos veces a la semana; sumó nuevos ciclos; perdió a Nicolás Repetto, que se mudó a Canal 13, y hasta fue el protagonista de un rumor que aseguraba que sus días al frente de Telefé estaban contados y que sería reemplazado justamente por Tinelli. El dice: "Hay que acostumbrarse a esas cosas". Y que está preparado para hacerles frente. "Estos son lugares muy codiciados, de mucha envidia. Pero los años al lado de mi papá (el periodista Sergio Villarruel) me enseñaron el desapego del rol. Si uno se confunde con el lugar que ocupa, empieza su debacle. Yo sé que éste es un trabajo, y si un día decido irme, o deciden que me tengo que ir, está bien, no es la muerte."
Las reglas del juego
Puede ser. Lo cierto es que cuando Claudio Villarruel llegó a su puesto, en diciembre de 1999, los directores de programación no eran caras reconocidas por el público. Hasta entonces, se ocupaban de preparar el menú televisivo, y la audiencia lo devoraba en la pantalla. Pero las reglas cambiaron. Ahora, de aquel lado del mostrador no sólo está el ex productor de "El show de VideoMatch". Además, enfrente, en Canal 13, estará Adrián Suar, dueño de Pol-ka y protagonista de "22, El Loco".
-¿Te preocupó que Adrián Suar asuma la gerencia de programación de Canal 13?
- Me preocupó por él (se ríe). Me preocupó porque no es lo mismo ser productor que programar un canal. Pero creo que es un desafío que le va a encantar. Y me puso muy contento que gente talentosa como él esté en estos lugares.
-¿De verdad no te preocupó en lo más mínimo?
-No. Me motiva que gente talentosa compita conmigo. Y, además, Adrián tiene buena leche y es un tipo al que quiero y respeto mucho.
-¿Pero se puede hablar de sana competencia en este medio?
-Es que ésas son las reglas del juego. Es como salir a boxear, pero pegarse desde la cintura para arriba. Y ganará el que tenga la mejor propuesta.
-Y en TV, ¿cómo se traduce eso?
-¡Competir a muerte! Yo quiero salir a ganar. Los dos queremos ganar. Pero repito: a mí me motiva que gente talentosa y joven esté donde está él, con el hambre y las ganas que él tiene de salir a mostrar lo que sabe. Cuando yo asumí, fue como cumplir el sueño del pibe. A mí me dieron la lámpara para frotar y salió Telefé. Por eso sé lo que debe de estar sintiendo Adrián en este momento: una mezcla de duda y un gran placer por hacer lo que querés, sin pedirle permiso a nadie artísticamente.
-Este año circuló también el rumor de que Gustavo Yankelevich iría a Azul Televisión. Esa posibilidad, ¿tampoco te preocupó?
-No sé si Gustavo iría a Azul, después de estar diez años acá y yéndose con gloria. Conociendo a Gustavo, lo veo produciendo. Pero no lo veo nuevamente en este sillón. No sé. Yo tengo un respeto profesional muy grande por él. Y si estuviera en Azul sería como competir con el maestro. Tengo una relación bárbara con él y él hizo mucho por que yo estuviera acá. Pero él está más para producir, para asesorar; está por encima, en otro nivel.
La lámpara de Aladino
El sueño del pibe, como él lo llama, se cumplió, sobre todo este año. Es que, en realidad, el 2000 estaba prácticamente decidido por su antecesor, Yankelevich. "El primer año fue muy duro porque, obviamente, la gente no apostaba mucho por un pibe que venía a hacerse cargo de un canal tras una gestión de diez años. Pero a mí la adversidad me agranda, me hace bien..."
-¿Fue difícil pasar de la producción a aquel lado del mostrador?
-No, no fue difícil. Había como supuestos básicos subyacentes de que la programación debía ser de determinada manera. ¡Y guarda con tocar algo! Pero pudimos arriesgar. Y eso hicimos, arriesgar: con Maru Botana, con "Betty la fea", con Marcelo y Susana por separado, dos veces a la semana. Y al principio no sabés si va a funcionar, porque la TV es tan volátil que cada vez que lanzás un programa estás con un nudo en la garganta. Cualquier cosa que hagas es volátil: entre el gusto y el disgusto de la gente hay un hilito muy fino.
- ¿Y cuándo te tranquilizás?
-Cuando ves el rating, al otro día. El rating es una tendencia. Tenés un convencimiento previo, una intuición, pero siempre temblás.
-¿Armás la grilla previamente o te movés por la competencia? Por ejemplo, Telefé acaba de reestrenar "Betty, la fea" el mismo día y horario en que Canal 13 puso al aire la telenovela "Acuarela"...
-Hoy en día la TV no se puede programar por adelantado. Es mucho más versátil. Hay que tener cintura. De hecho, eso es la esencia de la programación: saber cuándo sacar, cuándo poner, cuándo programar o reprogramar. Es como un partido diario. Salís cada día a la cancha, a pelear. Y es un placer que yo fui descubriendo de a poco. El primer año fue durísimo: la sensación era que todos esperaban que me diera el palo . Pero cuando empezás a ver que lo que ponés en el aire funciona, te sentís más seguro.
-Telefé no se apoya tanto en la producción independiente como otros canales. ¿Por qué?
-No es una cuestión de preferencias. Telefé es una de las productoras independientes más grandes. Yo la comparo, en chiquito, con lo que es O Globo, o Televisa. El 85 por ciento de lo que se ve en la pantalla lo hacemos acá. Nosotros tenemos nuestros propios autores, guionistas, etcétera. Y trabajamos con las productoras independientes, pero bajo la premisa de que se aporte algo renovador. Si la productora se transforma en una intermediaria entre un formato que se hace en el exterior y nosotros, prefiero hacerlo yo. Fuera de eso, nosotros hacemos coproducciones, como con los hermanos Borensztein ("Tiempofinal"), con Gustavo Yankelevich (dueño de la empresa RGB, responsable de "Provócame"), o con Ideas del Sur, con quien vamos a hacer "Odisea Patagonia".
-Este año hubo inconvenientes con los actores y productores porque "Gran Hermano" ocupó gran parte de la programación...
-Eso es una fantasía. Y no sé de dónde salió, porque mientras salía "Gran Hermano", Telefé era el canal que más ficción tenía. Y había canales que se embanderaban detrás de la ficción cuando en su pantalla no había ni una sola tira.
-También hubo rumores de que te alejabas del cargo y de que quien te reemplazaba era Tinelli.
-Creo que fue una j... para VideoMatch. La verdad es que era impensable, con los resultados que estamos teniendo. Cuando me preguntaban qué tenía para decir, la verdad es que no podía decir nada, porque no se puede explicar lo inexplicable.
-¿Qué va a ocurrir con el noticiero de Telefé?
-El área de noticias no depende de mí. Pero vamos a tener un nuevo noticiero, a las 19 o a las 20, que arrancará en marzo. Yo quiero tener los mejores noticieros de la TV.
-¿Qué le falta a Telefé?
-No sé qué le falta. Creo que le hemos puesto mucho de lo que es la ficción de culto : "Cuatro amigas", "Tiempofinal" y "Simuladores", que viene el año próximo. ¿Qué le falta? No sé. A mí me gusta ver Telefé.
-¿Y qué te traerías de otro canal?
-Hay cosas que me gustan, pero que no veo para Telefé. "Todo por dos pesos" me encanta, pero no lo veo en Telefé. "Okupas" también, pero tampoco lo veo en Telefé. No lo veo ahora, quizá más adelante sí. Esto es un proceso. Hay que ir corrigiendo el rumbo sin volantazos fuertes.
-¿Te molestó que Nicolás Repetto se fuera a Canal 13?
-Sí. Me molestó, porque no me dio el tiempo para convencerlo. El se fue cuatro meses después de que yo asumiera. Yo estaba muy metido en lo diario y no tuve el tiempo necesario para convencerlo de que Telefé es una pantalla para que él esté.Y me dio mucha pena, porque lo respeto profesionalmente y me parece uno de los comunicadores más importantes que dio la TV. Pero bueno, ya está en el 13 y lo único que me queda es competir.
-¿Por eso le programaste "Gran Hermano" los sábados, justo enfrente de "Sábado Bus"?
-No. Cuando Nico se fue tuve que poner algo fuerte en la franja que él había dejado caliente antes de irse. Y por suerte nos fue muy bien.
-¿Eso fue un golpe de la cintura para arriba?
-Y, sí. Son las reglas del juego...
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