Televisión. La realidad de la ficción
Nadie podrá decir que el año que acaba de concluir no resultó intenso y lleno de alternativas en el mundo de las historias de ficción que trajinan nuestra TV. Tan intenso como pródigo en paradojas y hechos llamativos o curiosos.
Fue 2005 el gran año de una telenovela clásica ("Amor en custodia"), pero una producción que a priori no era menor en atractivos y potencialidades como "El patrón de la vereda" debió luchar contra la pantalla fría y la falta de experiencia en la materia de América, todo lo contrario de lo vivido en Telefé, cuyo potencial respaldó desde el vamos el regreso al éxito de la dupla Laport-Silveyra.
"Ambiciones" nació haciendo honor a su nombre, pero su evolución interesó a muy pocos y concluyó con más silencio que ruido; frente a ella, "Mujeres asesinas" llegó al aire tal vez con menos expectativas iniciales y rápidamente quedó en boca de todos hasta convertirse en una de las mejores producciones del año.
"Sin código" se recicló en una segunda etapa extra large y en clave de comedia, festejada inesperadamente para muchos por su aire fresco y un desparpajo a toda prueba, mientras "Mosca y Smith" cerró también su segundo año en las antípodas del alto rating y la elevada curiosidad con que se había puesto en marcha.
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También queda claro que 2005 quedará escrito en la memoria de nuestra TV como el año en que logró afirmarse con identidad propia una expresión o variante local de lo que se acuñó en la pantalla chica norteamericana como "comedia de situaciones".
No obstante, ni "Casados con hijos" ni "¿Quién es el jefe?" alcanzaron el reconocimiento y la consideración justificadamente ganadas por la pionera del género, la notable versión autóctona de "La niñera". En términos de rating y de interés colectivo, las sitcom estrella de este año quedaron en su momento atrás de "Amor mío", rendidora telecomedia que responde a otras características, aunque "Casados con hijos" recibe en estos días, con su oportuna reposición estival, un espaldarazo digno de atender en las mediciones de audiencia.
También quedaron en el camino frustraciones ("Hombres de honor"), experiencias fallidas ("Una familia muy especial"), polémicas varias ("Criminal") y un número generoso de tiras llegadas desde el exterior que contaron en algunos casos con un respaldo casi incondicional, como "Pasión de gavilanes", y en otros soportaron caprichosas mutilaciones en su continuidad narrativa o su eliminación abrupta sin explicación ni contemplaciones por parte de los programadores locales. Sobre este último caso, basta echar una mirada a los cambios que aplicó todo el tiempo Canal 13 para hacer atractiva su endeble franja vespertina. Un ejercicio permanente de ensayos y errores que todavía no terminó.
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En 2006, la ficción redobla su apuesta. Sin contar las secuelas ya anunciadas ("Mujeres asesinas" promete el esperadísimo episodio con Nacha Guevara personificando a Yiya Murano) y algunas reposiciones de éxitos tan probados como "Chiquititas", para este año se anuncian no menos de 15 novedades entre telenovelas en tira, miniseries, ciclos de unitarios y alguna adaptación de ribetes fuertes, tal es el caso de la versión local de "Desperate Housewives" ("Amas de casa desesperadas"), tan comentada como influyente en Estados Unidos.
Habrá, pues, para todos los gustos en un año que promete -como el que se fue- emociones, alternativas y, con toda seguridad, más de una paradoja. Tres décadas después del debut de una de las cumbres históricas de la ficción televisiva en la Argentina, la extraordinaria versión original de la telecomedia "Mi cuñado", con los impares Ernesto Bianco y Osvaldo Miranda, veremos si en esta materia un presente generoso en nombres estelares y en justificadas expectativas hace honor a la memoria de un ciclo imperecedero.
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