Las Estrellas: el poderoso padre de Fede no acepta a Miranda
Jazmín sufre un accidente y Flor está desesperada porque no logra encontrarla
Miranda ( Justina Bustos ) organiza un almuerzo para festejar su cumpleaños con Federico ( Nicolás Francella ) y Coky (Patricia Viggiano). Pero sorpresivamente un comensal se sumará al festejo: Rodrigo Alcántara (Edgardo Moreira), el padre de Fede. El camarista fue quien le consiguió a la menor de las hermanas un permiso para salir del país y, por eso, con el correr del almuerzo terminará atando cabos y recordará el pasado de la chica. Luego, sin que su hijo lo sepa, le pedirá que se aleje de él para no lastimarlo.
Virginia ( Celeste Cid ) y Javo ( Esteban Lamothe ), por su parte, siguen dando rienda suelta a su clandestina relación y por más que ella le aclare que quiere hacer las cosas bien, y arreglar antes su situación con Ignacio ( Rafael Ferro ), Javo decide darle una copia de las llaves de su casa.
Flor sigue notando que Dany ( Nazareno Casero ) está extraño con ella, pero no sabe el motivo. En realidad, Jazmín (Julieta Nair Calvo) no se atreve a contarle que él se enteró de que a ella le gustan las chicas y se dio cuenta de que pasa algo entre ellas. Por eso, la cocinera decide encarar al remisero para exigirle que deje de tratar mal a Flor.
Luego de meditarlo, Dany decide pedirle disculpas a su ex novia. Jazmín, en tanto, encara su mudanza, pero mientras intenta descargar algunas cosas, tropieza, cae del flete y queda desmayada en plena calle. Cuando Flor va a su casa para ayudarla a acomodar las cosas, no la encuentra y se preocupa.
Lucho ( Pedro Alfonso ) le cuenta a Carla ( Natalie Pérez ) que se anotó para terminar el secundario. La chica recuerda que cuando se conocieron él le dijo que había estudiado hotelería. Sin embargo, festeja la iniciativa, pero le aclara que debe hacerlo por él y no por ella. Mientras están almorzando en un restaurante, los dos son sorprendidos por Lucía ( Marcela Kloosterboer ) y Mariano ( Luciano Castro ). El gerente del hotel comenzará a sentirse cada vez más incómodo con la situación de verse siempre a escondidas.
La situación se vuelve aún más vergonzosa cuando la descubren escondida debajo de la mesa. Eso obliga a Carla a confesarle, más tarde, a su hermana que está comenzando una relación con el gerente del hotel.
Cuando Lucía llega a su casa, al final del día, se encuentra con una sorpresa: allí están Mariano y Anita, su hijastra, jugando en la cocina. Por más que intenta no tomárselo a mal, lo siente como una invasión y eso podría desencadenar un retroceso en la relación con el remisero.