Las noticias en la TV abierta: informativos extensos, marcados por el "color" y la informalidad
Los canales líderes salen a buscar nuevos nombres para sus espacios noticiosos, mientras prevalece la idea del show informativo marcado por las imágenes impactantes y las historias de vida derivadas de la crónica policial, la inseguridad y las quejas de los consumidores
El llamativo interés que despiertan las novedades, las estrategias y los posibles cambios en los segmentos informativos de los canales abiertos no debería llamarnos la atención. Y mucho menos la danza de nombres que circulan en los últimos días alrededor de algunos importantes noticieros. De hecho, una de las primeras grandes novedades de este año es la incorporación a Telenoche de Diego Leuco , que conducirá el clásico espacio informativo central de Eltrece a partir de marzo. Mientras tanto, se aguardan definiciones inminentes en otro lugar que despierta grandes expectativas: quién reemplazará en Telefé a Nicolás Repetto al frente del noticiero de los mediodías. Y hay movimientos importantes en esta materia en el resto de las emisoras de aire y las señales de TV paga consagradas a la información.
Explicar semejante atención por cuestiones que casi nunca ocuparon el centro de la agenda mediática encierra casi una obviedad: hoy, el tratamiento de la noticia en tiempo real y todo lo que llamamos "actualidad" es la última razón de ser de la televisión de aire, condición que también se extiende al mundo del cable. Quienes abandonaron esta manera tradicional de conectarse con los medios audiovisuales y optaron en su lugar por el catálogo inabarcable de películas, series, documentales y misceláneas disponible online dejaron, con ese mismo acto, de interesarse en el registro de la actualidad a través de la televisión. Para saber lo que pasa en tiempo real las nuevas generaciones prefieren informarse a través de la TV por cable, de los medios digitales o, cada vez más, de las redes sociales en forma directa.
Este cambio de conductas y de hábitos está en permanente mutación. Y lo primero que altera es el mapa de la televisión convencional, obligada a recuperar a la audiencia perdida o, al menos, a evitar que esa fuga continúe hacia las otras opciones. La primera consecuencia es un proceso muy visible de reformulación de los noticieros de la TV de aire. Hoy, esos espacios necesitan de manera forzosa nutrirse de lo nuevo sin perder del todo las marcas de origen.
Esta tensión explica que los informativos de mayor rating en los canales de aire conserven sus nombres tradicionales (Telenoche, Telefé Noticias, TVP Noticias, Telenueve, América Noticias) y algunos de sus presentadores históricos, mientras procuran al mismo tiempo aggiornar su imagen con la incorporación de columnistas y secciones que "reflejen" estos nuevos tiempos. En el plantel de todo noticiero con aspiraciones, por ejemplo, nunca debe faltar el especialista en redes.
Esta presencia es la más visible muestra del perfil de informalidad con que la TV abierta decidió desde hace un tiempo vestir buena parte de sus espacios informativos. La informalidad suele ser la regla. A juzgar por la vestimenta, los peinados y el modo de expresarse de muchos cronistas y columnistas, los noticieros de la TV abierta de hoy son los más "coloridos" de la historia.
Detrás de esta decisión se esconden algunas tensiones, que se hacen cada vez más difíciles de disimular. Lo primero que aparece es un desfile de banalidades, por lo general ilustradas con la flamante categoría de "lo más visto en las redes". Se trata de videos que por sus características (curiosas, atípicas, extravagantes) encuentran infinitas reproducciones en el mundo virtual y esa razón alcanza para que consigan un lugar destacado.
Se trata de una nueva regla de prioridades que responde de manera fiel al ya clásico teorema planteado hace más de una década por el pensador italiano Giovanni Sartori en Homo videns: una imagen llamativa o impactante es la única justificación para poner en el aire una determinada información que, de otra manera, jamás despertaría interés.
Esto lleva, por ejemplo, a que temas delicados de la agenda local e internacional que requieren análisis más o menos rigurosos queden en segundo plano, precisamente porque en estos casos faltan imágenes y, en palabras de Sartori, sobrarían abstracciones. Si dejamos de lado honrosas excepciones como la crisis venezolana, cuyas derivaciones en la Argentina son tan evidentes que no pueden soslayarse, casi siempre la actualidad internacional en los noticieros locales se resuelve en pocos segundos, y con atención casi excluyente en los fenómenos climáticos que pueden traducirse en imágenes estremecedoras.
A propósito de imagen, hay un contraste todavía irresuelto entre el extraordinario avance que registran los noticieros en materia visual y algunos de sus contenidos. Si algo llama la atención de los noticieros más fuertes de los canales líderes es la incorporación destacada en sus respectivas escenografías de grandes pantallas a modo de paredes o muros que facilitan la presentación de los temas, permiten incluir cuadros de fácil comprensión y títulos capaces de resumir con eficacia los temas tratados. Hasta que ese marco de imágenes en alta definición queda casi inutilizado cuando la imagen que se adueña de la pantalla es la precaria descripción de algún hecho de actualidad registrado y exhibido en los estrechísimos márgenes de la pantalla de un teléfono celular. Ese material suele tener un elevado valor testimonial y periodístico, pero el tratamiento muchas veces se agota allí, sin que se usen los otros recursos disponibles para enriquecerlo y contextualizarlo.
El otro tema que deberá resolverse tarde o temprano es el de la duración de los noticieros. Hay canales como la TV Pública, el 9 y América que todavía respetan al televidente honrando los horarios previamente acordados, establecidos y promocionados de comienzo y de final de sus informativos centrales, pero Eltrece y Telefe suelen especular con las expectativas de los programas que los siguen estirando a veces de un modo innecesario la duración de los noticieros vespertinos.
Aquí, la variable de ajuste suelen ser esas historias de vida ligadas a hechos de inseguridad (en la mayoría de los casos) o a historias de vida cargadas de emotividad, que en muchos casos el propio noticiero recarga con más de un golpe de efecto. Estos relatos conectados con los "temas del día", por lo general ligados a la crónica policial o a los problemas de los consumidores, compiten en extensión con algunas señales de cable que dedican largas horas a seguir estos casos en tiempo real.
No deja de llamar la atención, finalmente, un par de detalles recientes ligados a la marcha de estos "nuevos" noticieros. Diego Leuco llega con 29 años a la conducción de Telenoche, el informativo más longevo de la TV de aire, que inició su historia en enero de 1966 con Andrés Percivale (por entonces de 27 años) como uno de sus conductores. Y por el lado de Telefe, resultó llamativa la decisión del canal de anunciar el regreso de los conductores de su informativo de la tarde (los eficientes Rodolfo Barili y Cristina Pérez ) con una publicidad institucional que parodiaba la de un teleteatro.