Marcelo Longobardi: "CNN quiere que entreviste a Cristina Kirchner"
A casi seis años de su abrupto final en C5N, de donde fue despedido por presiones políticas, Marcelo Longobardi regresa a la televisión por CNN con un ciclo de entrevistas que tendrá el desafío de atraer tanto al espectador local como el latinoamericano.
Líder absoluto de la AM con Cada mañana, el programa de Radio Mitre que se llevó el Martín Fierro de Oro en 2016 y que según IBOPE tiene el 51% del share en su horario, el periodista quiere sentarse a dialogar con figuras destacadas de todo el continente. “Creo mucho en las entrevistas, no hay que hacer un escándalo para volver una charla interesante”, aseguró.
En diálogo con Longobardi estará en pantalla desde el día 25 los domingos a las 23 por CNN y es parte del relanzamiento de la señal, que suma desde mañana a Jonatan Viale en el envío diario Perspectivas desde Buenos Aires a las 21.
Antes del debut, el conductor de Radio Mitre se sentó a dialogar a solas con LA NACIÓN y adelantó cómo será el programa, explicó por qué cree que los problemas del gobierno no son de comunicación y adelantó que está negociando una entrevista con Cristina Fernández de Kirchner.
-Aunque usted estuvo al frente de numerosos ciclos televisivos, su fuerte parecer ser la radio, en donde es líder indiscutido desde hace años, ¿por qué decidió volver a la pantalla chica?
-Es una historia difícil: mi último trabajo en televisión fue en C5N y no tuvo un buen cierre: me echaron del canal y de Radio 10. Fue el momento más fuerte de mi vida en el plano profesional y, por otros motivos, también en el personal. Habían sido 14 años de construir un éxito en la AM y menos de estar en pantalla pero me había cansado.
Estaba cansado, ahora me doy cuenta, de hacer televisión en la época de los Kirchner, en donde uno podía hacer muy poco. En la presidencia de Néstor tuve un programa con Alfredo Leuco en América pero terminamos eyectados por la ventana. Y en C5N los inconvenientes eran incontables, era imposible trabajar con los Kirchner en el poder. Mucho más para alguien como yo, que vengo cultivando desde hace casi tres décadas el género de la entrevista, porque nadie hablaba. En la época de Duhalde o de Menem, yo entrevistaba ministros, presidentes, funcionarios... en el kirchnerismo nadie tenía permitido hablar. Entonces, terminaba invitando a mis amigos para analizar la realidad, porque nadie aceptaba sentarse a dialogar. Salvo Lanata, creo que hacer televisión durante ese tiempo fue complicado.
Cuando pasé a Radio Mitre decidí comprometerme con mi equipo a ser líderes. Nosotros no hacemos radio como segundo trabajo ni tampoco dejamos todo si nos llama Tinelli: Cada mañana es nuestra pasión. Y creo que por eso nos va bien, porque somos apasionados por lo que hacemos...
-Frente a este panorama, ¿qué lo convenció de hacer televisión en CNN?
-Tuve la suerte de tener muchas propuestas en este tiempo. Una muy fuerte, incluso, de LN+, que me tentó muchísimo porque siento que trabajar en La Nación es mi gran cuenta pendiente, ya que mi carrera periodística tuvo un recorrido raro y poder estar allí hubiese sido un gran sueño. Pero la radio me absorbe mucho y realmente siento la responsabilidad de ser parte de este equipo que lidera en Mitre, aunque siempre me siento a escuchar invitaciones.
Un día caí en la cuenta que la presidenta de CNN, nada menos, había viajado cinco veces al país sólo para charlar conmigo y verme. Y entendí el compromiso que era para ellos y la responsabilidad que significaba para mí. La oferta original era mucho más grande e incluía un ciclo diario, pero terminamos haciendo algo que yo sentí que podía hacer bien.
Hoy en televisión tenés a gente como Lanata, que es excelente haciendo lo suyo, o a Carlos Pagni, que es el mejor editorialista del país. Yo me siento cómodo haciendo entrevistas y es un género en el que creo, en el que no hay que hacer un escándalo para volverla interesante.
-Una buena entrevista se basa en un buen diálogo y es justamente el título de su ciclo, En diálogo con Longobardi, ¿qué valor encuentra en dialogar?
-¡Mirá al punto en que hemos llegado que algunos creen que la confrontación construye! La confrontación aburre, la Argentina está harta de confrontar. Y debemos rescatar el diálogo, soy un ferviente creyente en eso. Yo cambié mucho mi formato de hacer entrevistas desde que arranqué, en el Canal 9 de Romay, con Fuego cruzado. En ese momento me pedían un ritmo que me obligaba a ser rápido, agresivo e hipercrítico. Hoy siento que puedo entablar diálogos inteligentes y que llego a CNN a aprender mucho
-Se podría afirmar que la política y la economía regresó al prime time televisivo de la mano de Intratables, ¿qué le parece ese estilo de programa?
-Uno tiene que entender que las reglas de la televisión son las reglas de la televisión. Y las reglas del análisis político no son las de un show, por eso yo prefiero ver a Carlos Pagni. Pero hay muchísima gente que prefiere un show político y tenemos la suerte de contar con Santiago del Moro, que tiene una habilidad para conducir que no se la vi a nadie más de su generación. Y logró crear un espectáculo con un razonable resultado y creo que importa poco si a mí me gusta o no. A mí no me gusta, prefiero escuchar lo que tiene para decir Joaquín Morales Solá o Pagni, cuyos análisis serían totalmente inviables en Intratables…
-Pero esta diversidad de ofertas para analizar a la política está atada a un mapa de medios. En los últimos meses cerraron radios, diarios y se redujeron canales, ¿cuáles cree que fueron los motivos?
-En la Argentina hubo un crecimiento de medios al amparo de proyectos políticos. Y cuando esos proyectos terminan, los medios colapsan. Creo que vamos hacia un tiempo de quiebras y finales ruidosos. Ojalá que aparezcan empresarios de medios que quieran invertir y sacar adelante eso medios hasta volverlos rentables pero ¿cuántos grupos de medios profesionales hay en la Argentina? A mí se me ocurren sólo tres: Clarín, Perfil y La Nación.
La reconfiguración de medios será tensa y ruidosa. Vos y yo conocemos muchas personas capaces que van a ser afectadas y eso es algo dolores, pero estamos en un escenario en donde hay medios sin viabilidad alguna.
-¿Y cómo ve la situación de los medios públicos? Están también puestos en debate por algunos sectores...
-Antes que nada hay que entender que en la Argentina los medios públicos son una fuente de trabajo. Entonces, cuando examinamos un medio público, estamos examinando un lugar donde trabajan personas. En segundo lugar, los medios públicos hoy tienen cero repercusión. Cero. Y, por último, son carísimos. Cuestan mucho dinero en un país con problemas fiscales dramáticos. Sé que Macri está mirando el tema porque no está feliz que no tenga repercusión algo tan costoso.
La Argentina debería repensar su sistema de medios públicos y deberíamos ver a la BBC, que es en lo que yo pienso cuando pienso en un medio público. En el pasado sé que varios intentaron un modelo similar pero fracasaron.
-Usted trabaja de comunicar y es frecuente escuchar que “el gobierno de Cambiemos gobierna bien pero comunica mal”, ¿está de acuerdo con esta afirmación? ¿qué consejo de comunicación le daría a la administración actual?
-Dejame poner algo en claro: no me considero comunicador, sino periodista. Eventualmente, frente a mi equipo de radio, ejerzo de conductor, pero soy periodista. Yo hago preguntas y emito comentarios, nada más. Y por lo tanto jamás le daría ningún consejo de comunicación a nadie. Por lo demás, descreo absolutamente de la idea de “problema de comunicación”.
El gobierno de Macri no tiene problemas de comunicación: tiene problemas, punto. Si la inflación de febrero es de tres puntos, no es un tema de cómo se comunica, es una tragedia.
Yo soy un periodista que pondero, que hago, si querés, un trabajo clásico de edición: pienso qué va primero y qué después. En eso me diferencio de las redes sociales donde todo parece importar lo mismo…
No se trata sólo de un tema de las redes ¿viste lo que son algunos diarios en la web y algunos portales? Los títulos son preguntas, acertijos, incógnitas: “Sepa cuál fue ministro que…” ¡Eso no es un título, es una trivia! ¡Llámenlo a José Claudio Escribano para que les enseñe cómo se hace un título! Yo trato de hacer lo contrario, de ser un editor clásico.
-También se ha dicho mucho que hacer periodismo es incomodar al poder pero algunos medios hoy pueden ser acusados de ser más benévolos con Mauricio Macri de lo que fueron con Cristina Fernández de Kirchner...
-Si eso es cierto tiene una explicación: una cosa es un gobierno que intentó poner a la Argentina en un proceso populista radicalizado à la venezolana y otra cosa es un gobierno democrático normal, que puede hacer bien o mal las cosas. No es que seamos buenos con Macri y malos con Cristina: estamos hablando de procesos políticos distintos.
Hay un nivel de crítica a la actual gestión que yo ejerzo, y que no le debe gustar a Macri, pero otra cosa es cuando criticás y la respuesta del gobierno es intentar cerrar la radio en la que trabajás.
Dicho esto, creo que el nivel de crítica al gobierno está subiendo, tanto en la calle como en los medios que eran más opositores y los que eran menos críticos.
-¿Con qué entrevista sueña para el En diálogo con Longobardi?
-En diálogo… va a tener un fuerte contenido argentino pero recordando que esto es CNN. Mi misión es lograr que los temas argentinos sean interesantes para la región y que los temas internacionales interesen en la Argentina. Es un desafío interesantísimo.
Gracias a la tecnología puedo entrevistar desde aquí a Felipe González desde Madrid o poner a Facundo Manes a hablar de la evolución de las neurociencias y que lo vean los colombianos o los mexicanos.
-No respondió a la pregunta: ¿A quién le gustaría entrevistar? ¿Al Papa Francisco, por ejemplo?
Sin dudas CNN podría conseguir al Papa y podría ser interesante. Lo cierto es que al canal le entusiasma la posibilidad de que entreviste a Cristina Fernández de Kirchner. Hay tanteos avanzados con ella y si bien yo soy pesimista, el canal está confiado. Creo que sería un diálogo interesante por la peculiar situación que su gobierno ha tenido conmigo...